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Ruckauf necesitará más emisión de patacones para cubrir el déficit

La caída de la recaudación provincial obligaría a una emisión adicional de 200 millones de pesos. Temor al conflicto generalizado si Cavallo cumple su amenaza.

Por David Cufré

La situación fiscal de la provincia de Buenos Aires es tan delicada que el gobierno se vería obligado a ampliar la emisión de patacones para pagar sueldos, jubilaciones y a proveedores. Hasta fin de año, la administración de Carlos Ruckauf obtuvo autorización de la Legislatura para imprimir hasta 600 millones de patacones. Pero en la gobernación circulan algunas proyecciones alarmantes. Una de ellas indica que si la recaudación sigue en picada, como advierten informes de consultores privados, sería preciso elevar la cantidad de patacones en circulación a 800 millones. En ese caso, ya no cobrarían con esos bonos los empleados que ganan más de 700 pesos, como en la actualidad, sino que habría más bonaerenses con patacones en sus bolsillos.
Ante ese panorama, en La Plata suena a provocación que Domingo Cavallo pretenda desconocer el último Pacto Fiscal para restringir los envíos de coparticipación. “El escenario fiscal de la provincia es pavoroso. Cualquier reducción adicional de la coparticipación desataría un tremendo conflicto social”, describió ante este diario un economista con llegada a Ruckauf, quien advirtió que el gobernador está dispuesto a pintarse la cara para defender los recursos que la Nación se comprometió a enviarle.
Para Cavallo la ecuación es distinta. Después del acuerdo con el FMI, su única opción es cumplir con la regla de déficit cero a como de lugar. Página/12 publicó ayer un informe de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia que alerta sobre las formas en que Cavallo alcanzaría su objetivo. Una de ellas sería podando entre el 38 y el 50 por ciento los salarios de empleados públicos y las jubilaciones. Semejante alternativa, como resulta evidente, generaría tal resistencia social que la tornaría inaplicable. Los economistas del Bapro dijeron entonces que el ministro recurriría a recortes en las transferencias a las provincias, al incentivo docente o a los gastos universitarios. De ese menú, el mediterráneo ya adelantó su (primera) elección: cortará los desembolsos de coparticipación
en función de lo que se recaude.
El Pacto Fiscal que selló José Luis Machinea en noviembre de 1999 –y que fue ratificado por ley– dispuso que las provincias recibirán una suma fija de 1364 millones de pesos, sin importar la evolución de los ingresos tributarios. Ahora Cavallo aduce que la norma de déficit cero supera en jerarquía a aquel acuerdo, porque la realidad la impone. Pero en Buenos Aires desconocen ese argumento. Ruckauf anticipó que no tolerará cortes en la coparticipación, al igual que otros gobernadores justicialistas (ver aparte). Más allá de la razón que le asista por lo que sería la violación de un Pacto Fiscal, el mandatario bonaerense se resiste a un tijeretazo en las partidas que debe remitirle la Nación porque se encuentra tan o más arrinconado que Cavallo.
En la provincia que administra, el déficit fiscal de enero a julio consumió el 87,5 por ciento del desequilibrio que se había pautado para todo el año. La meta original era de 1421 millones de pesos, pero ante la caída de 5 por ciento en la recaudación, ya se estima que el déficit trepará a algo más de 1800 millones. El impuesto a los Ingresos Brutos registra una baja de 8 por ciento en lo que va del año. En el Ministerio de Economía provincial sostienen que la situación fiscal está “bajo control”, y que los 600 millones de patacones que estaba previsto emitirse para cubrir el financiamiento serán suficientes. Sin embargo, otras fuentes con llegada a la gobernación admiten que las emisiones deberían extenderse a 800 millones, ya que la recaudación seguiría cayendo.
Para disponer de más patacones para pagar sueldos, jubilaciones y a proveedores, Ruckauf necesitaría la autorización de la Legislatura. Y, además, recomponer su acuerdo con la Nación, ya que se dispuso que en unos 60 días, los patacones serán reemplazados por los bonos nacionales Lecop. Pero sólo en la suma de 600 millones. Una vía de negociación entre Cavalloy Ruckauf podría ser que la Nación le asignara a Buenos Aires tantos Lecop como necesite, a cambio de un recorte en las partidas que debe remitirle la Nación.

 

 

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