Domingo
Cavallo quiere ahorrarse unos 900 millones de pesos que debería
transferir por ley a las provincias hasta fin de año, como una
forma de acercar los números de la Nación a la regla de
déficit cero que coinciden todos los analistas de otro
modo sería imposible de cumplir. El ministro lo dejó entrever
el domingo pasado en declaraciones periodísticas, lo que ya provocó
una dura reacción de los gobernadores más influyentes en
el tablero político nacional, como José Manuel de la Sota
y Carlos Ruckauf. Pero en los próximos días, los funcionarios
de Economía sacarán ante los gobernadores otra carta de
negociación: plantearán que, a partir del año próximo,
el Fondo de Incentivo deberá ser pagado por las provincias, lo
que significará un ahorro a la Nación de 700 millones. Ambas
son condiciones acordadas con el Fondo Monetario para destrabar el salvataje
financiero. Washington busca así forzar el ajuste provincial.
De acuerdo con el último pacto federal fiscal entre Nación
y provincias, ratificado por ley, el gobierno nacional se comprometió
a garantizar a los estados provinciales una suma fija de transferencia
de fondos mensuales, que para este año asciende a 1364 millones
de pesos. Dichos recursos son girados a las provincias en concepto de
la coparticipación de impuestos nacionales. La lógica
es la siguiente: la Nación recolecta esos tributos en jurisdicciones
provinciales, y por lo tanto después debe devolverlos mediante
transferencias mensuales. La coparticipación, entonces,
es
una ley para distribuir la torta de la recaudación de impuestos
nacionales entre Nación y provincias. A su vez, también
por ley, fija el criterio de reparto de dichos fondos entre las provincias.
La coparticipación fue siempre en la última década
un porcentaje de la recaudación de los principales impuestos nacionales.
Pero, hacia fines de 1999, al ex ministro de la Alianza, José Luis
Machinea, se le ocurrió negociar con los gobernadores un monto
fijo, con la idea de que la economía crecería y en consecuencia
la recaudación aumentaría cómodamente por encima
de la garantía. Además, porque así evitaría
coparticipar los nuevos impuestos creados en marzo de 2000.
Sin embargo, la prolongación de la recesión provocó
el derrumbe de la recaudación. Y por lo tanto, en los últimos
meses, la garantía de los 1364 millones mensuales sólo se
alcanza si la Nación resigna recursos propios o pide crédito
para cubrir el bache.
Según un estudio reciente del IEFE (Instituto de Estudios Fiscales
y Económicos), si Cavallo lograra eliminar esta garantía
se ahorraría, como mínimo, unos 870 millones de pesos en
lo que resta del año. El cálculo de la entidad con sede
en La Plata es que la recaudación coparticipable se ubicaría
entre agosto y setiembre unos 180 mensuales por abajo de la garantía.
Con un número similar en mente, el equipo económico encabezado
por Daniel Marx mostró en Washington las ventajas de dar de baja
ese compromiso, tanto para cumplir con el déficit cero a nivel
nacional como para presionar por más ajuste a los gobernadores.
De hecho, en el comunicado del Fondo Monetario con el que se anunció
el salvataje se menciona, aunque de manera ambigua, la necesidad de contar
con una nueva ley de coparticipación de impuestos.
El secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger,
ratificó ayer la decisión de su jefe. Consultado acerca
de si Economía pensaba incumplir el monto fijo de transferencia
de recursos a las provincias, contestó: Una cosa que uno
no puede soslayar es la realidad. Es como una familia a la que le caen
los ingresos, puede soñar con gastar más, pero si el dinero
no está, no se puede hacer, afirmó. Y adelantó
una renegociación con los hombres del interior: ante esa
realidad hay que sentarse con los gobernadores y ver cómo hacemos,
aseguró.
En cambio, en Jefatura de Gabinete, en donde empezarán las negociaciones
fueron más cautos. Será una negociación larga.
Lo que el gobierno quiere es que se discuta una nueva ley (de distribución
de impuestos) en el Congreso, dijo un funcionario cercano a Chrystian
Colombo. El jueves, eljefe de Gabinete mantendrá una reunión
con legisladores de todos los partidos para sondear concretamente qué
espacio hay para negociar una modificación de la coparticipación
en plena campaña electoral.
Según el IEFE, el incumplimiento del pacto federal implicaría
una caída de recursos, hasta fin de año, de 189 millones
de pesos a Buenos Aires; de 76 millones a Córdoba; de 77 millones
a Santa Fe; de 42 millones a Chaco y Entre Ríos; y de 41 millones
a Tucumán, entre los distritos más afectados. De ahí,
se entiende la reacción casi automática de De la Sota y
Ruckauf, a quienes ayer se sumaron al frente de batalla otros gobernadores
(ver aparte).
La realidad, como dice Sturzenegger, es que ningún
consultor económico cree que el gobierno nacional pueda cumplir,
como marcha la recaudación, con el déficit cero en los próximos
meses, a menos que suba la apuesta con medidas adicionales de ajuste.
Así, presionado por el FMI y los mercados que lo castigarían
duramente si incumpliera con una regla autoimpuesta, Cavallo necesita
recortar de manera inmediata las transferencias a provincias por debajo
de la garantía. Para el Presupuesto 2002, en cambio, esa garantía
no sería una cuestión de vida o muerte para la administración
De la Rúa. Porque si los números se hacen sobre la base
de que la economía crecería como mínimo un 4 por
ciento, como especulan por estos días en el Palacio de Hacienda,
ese monto de recaudación podría alcanzarse al menos
en los papeles sin mayores problemas. Sin embargo, como reconocen
en Economía, en el Fondo quieren que la renegociación de
la coparticipación con los gobernadores no sea una cuestión
coyuntural, guiada por las urgencias de la Nación, sino que siente
las bases para un ajuste más permanente en las provincias. De otro
modo: Washington abona la idea de que la mejor manera de que el vecino
ajuste sus gastos es cortándole la luz.
De ahí que, en los próximos días, los funcionarios
de Cavallo probablemente lancen sobre la mesa otro tema que provocará
la reacción de los gobernadores: la financiación del Fondo
de Incentivo Docente. Desde su creación, a fines de 1999, se estableció
que dicho fondo, de unos 700 millones de pesos anuales, sería garantizado
por el Tesoro nacional hasta diciembre de 2001. Sin embargo, por razones
obvias, ninguna provincia está en condiciones actualmente de asumir
el costo. Pero Cavallo ya prometió al FMI, como otra prueba de
que el déficit cero será respetado, que apurará la
transferencia.
Tienen
que ajustar
Esperemos
que la economía recupere rápidamente, que se puedan
cumplir todas las garantías que ya se pautaron, para que no
tenga que haber recortes adicionales a los que ya hay, dijo
ayer el secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger.
Pero de inmediato aclaró que
las provincias vienen con un déficit muy importante,
así que también tienen que ajustar. Sin embargo,
según un estudio del IEFE, durante el año 2000, las
provincias redujeron más el gasto primario (sin incluir el
pago de intereses de la deuda) que la Nación, siendo el ajuste
para las primeras de 4,1 por ciento mientras que la Nación
lo redujo sólo 2,3 por ciento. Como se informa por separado,
el funcionario confirmó ayer la decisión de su jefe,
Domingo Cavallo, de desconocer el pacto federal fiscal, que establece
una garantía de 1364 millones de pesos que la Nación
debe transferir mensualmente a las provincias. Consultado por si se
viene un fuerte ajuste en las provincias, Sturzenegger respondió
que hay una Ley de Déficit Cero que dice que podemos
gastar el dinero que tenemos y tendremos todos que acomodarnos a ese
conjunto de recursos. |
GUERRA
CONTRA CAVALLO POR LA COPARTICIPACION
Las
provincias se pintan la cara
Por
R.D.
No
hay negociación abierta, ni siquiera hay comunicación con
el gobierno, advirtió a Página/12 a última
hora de anoche una fuente del Frente Federal, que agrupa a los once mandatarios
justicialistas de provincias chicas. El anuncio de Domingo Cavallo de
que desconocerá el piso de la coparticipación, que les asegura
a las provincias recibir 1364 millones de pesos mensuales, fue respondido
por una catarata de críticas y hasta amenazas de juicio por incumplimiento
de normas constitucionales. El encuentro anunciado para hoy entre el jefe
de Gabinete y los mandatarios provinciales para empezar a tratar una nueva
ley de coparticipación no se hará y, por ahora, ni siquiera
tiene fecha.
Los gobernadores dedicaron el día de ayer a hacer consultas y analizar
la nueva situación creada por las declaraciones de Cavallo al diario
Clarín, publicadas el domingo, señalando que no iba a poder
cumplirse el piso de la coparticipación comprometido en un Pacto
Fiscal Federal. Cavallo dejó un flanco muy grande, porque
el Pacto tiene estatus constitucional, es muy raro que se equivoque tanto,
salvo que lo haga a propósito, conjeturó uno de los
mandatarios justicialistas consultado por este diario.
Los gobernadores, que manifestaron su acuerdo con la meta del Déficit
Cero, se manifestaron engañados por el cambio de actitud
del gobierno nacional. Incluso, hasta pusieron en duda el manejo de los
datos de la recaudación impositiva por parte del gobierno. ¿Realmente
estará bajando tanto como dicen?, se preguntó un funcionario
provincial ayer en diálogo con este diario. Dicen que baja
la recaudación de IVA y Ganancias, que se coparticipan, pero la
recaudación del impuesto al cheque, que es a cuenta de los anteriores
y que por lo tanto le baja la recaudación, no se coparticipa; esto
da lugar a un posible doble juego contable en donde ya no sabemos qué
se cobró y qué no, sugirió la fuente. Por lo
pronto, los funcionarios provinciales advierten que en los últimos
días se han reducido los envíos de fondos que reciben de
la administración nacional.
Rubén Marín, gobernador de La Pampa y vicepresidente del
PJ, definió la postura de Cavallo como un chachetazo,
al tiempo que la consideró ilegal. La voz de Marín
se sumó a la de los justicialistas José Manuel de la Sota
y Carlos Ruckauf, quienes advirtieron sobre la posibilidad de que una
quita en los recursos que administran las provincias estimule la efervescencia
social que existe en el interior. Pero al coro se agregó el aliancista
Angel Rozas, quien, fortalecido tras su reciente triunfo electoral, advirtió
que los gobernadores aplicarán unanimidad de criterio para
oponerse al ajuste.
Los gobernadores justicialistas se reunirán mañana para
analizar una respuesta en conjunto a la postura del gobierno, que las
fuentes descartan que será unánime, porque estamos
ante una situación terminal. Por lo pronto, lo que surge
claramente es que el anuncio de desconocer el piso de la coparticipación
trabó la posibilidad de avanzar en una nueva ley en la materia.
Los gobernadores justicialistas se repitieron ayer varias veces la misma
pregunta a lo largo de la geografía nacional: ¿a qué
está jugando Cavallo?.
Para
los formoseños, Boncafor
A
partir de hoy comenzarán a circular en Formosa los bonos con
los que el gobernador Gildo Insfrán pretende cancelar la deuda
que sostiene con empleados estatales por sus salarios de julio y aguinaldo.
Los Boncafor (Bonos de Consolidación de deuda de Formosa) serán
emitidos, al menos en esta serie, por un monto total de 50 millones
de pesos y en papeles cuyo valor unitario será de 2, 5, 10,20
y 50 pesos. Según la cámara local que agrupa a supermercados,
estos títulos serán aceptados, pero sólo para
cubrir el 30 por ciento del monto de la compra, ya que el resto tendrá
que ser pagado en efectivo. Hasta anoche, las negociaciones de la
gobernación con ese gremio y otros comerciantes no habían
conseguido garantías de que los títulos serán
admitidos del mismo modo que los pesos. Los Boncafor son la versión
norteña de los Patacones, el desesperado recurso al que apeló
la provincia de Buenos Aires para pagar salarios, ante una caída
importante de la recaudación. Nada impide presumir que estos
estados serán en las próximas semanas imitados por otros. |
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