Por
Suzanne Goldenberg *
Desde Ramalá
El
líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina
fue asesinado ayer en su escritorio, cuando dos misiles israelíes
atravesaron la ventana de las oficinas de la organización en Ramalá.
Mustafá Zibri, conocido universalmente como Abú Alí
Mustafá, es la víctima política de más alto
rango de la política de asesinatos selectivos de Israel en los
últimos años. La oficina queda en el primer piso de un bloque
de departamentos en un área residencial acomodada. Estaba trabajando
solo en su oficina. Poco después de su muerte, a las 11.15, el
ala militar del FPLP dijo que como respuesta inicial uno de
sus grupos había disparado y asesinado a un colono israelí
cerca del asentamiento de Itamar, en Cisjordania. Por la noche, tanques
israelíes entraron en las localidades palestinas de Beit Jalá
(Cisjordania) y Rafah (Gaza), como represalia por disparos palestinos
hacia asentamientos judíos. Un alto responsable israelí
dijo al diario israelí Haaretz que estos asesinatos selectivos
no alcanzarán ni a diputados palestinos ni a miembros de
la Autoridad Palestina.
Para muchos palestinos, Mustafá tenía un status icónico.
La facción marxista que él lideraba formaba parte de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que
integran además la organización Al Fatah de Yasser Arafat
y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina
(FDLP), que el sábado había cometido un atentado comando
contra una base militar israelí. Miles salieron a las calles a
protestar y hubo llamados de venganza de todo el espectro político.
Las explosiones destrozaron los vidrios y los espejos de las habitaciones
adyacentes, pero salvo por marcas de quemaduras sobre las ventanas que
miran al norte y al este de su oficina de la esquina, el edificio no registró
daños.
Mustafá es por lejos el oficial de más alto rango de los
40 palestinos asesinados por Israel desde que comenzó la intifada.
Hasta puede ser el más significativo desde 1988, cuando comandos
israelíes asesinaron al lugarteniente de Arafat, Abú Jihad,
en Túnez. Su asesinato marca un cambio en la estrategia de Israel,
que hasta ahora se abocó a asesinar activistas de Al Fatah y del
grupo islámico Hamas, más que miembros de facciones de izquierda.
Su velorio en la municipalidad a unas pocas cuadras reflejaba su status
de alto rango. Los líderes de Hamas y del FDLP le rindieron homenaje.
Al principio hubo una sensación de conmoción, pero
ahora hay una sensación de venganza, dijo el lider del FDLP,
Qais Abu Laylah. Cuando Israel hace blanco en los altos líderes
palestinos, no creo que haya lugar para lo que se podría llamar
moderación. Esta es una guerra abierta.
El Ejército israelí dijo que Mustafá era directamente
responsable de los ataques con coches bombas. Su declaración dijo
que él invirtió la mayor parte de su energía
en establecer células militares clandestinas del FPLP. Pero
no ofreció prueba alguna que estuviera involucrado directamente.
Mustafá fue asesinado sólo pocas horas después que
el primer ministro, Ariel Sharon, convocara a sus ministros más
cercanos del gabinete, incluyendo al canciller Shimon Peres, para ordenar
un incremento en los asesinatos de activistas palestinos. Un potencial
sucesor al liderazgo de la FPLP, Abdul Rahim Maluah, dijo que la estrategia
israelí era un tiro por la culata. Los israelíes cruzaron
todas las líneas rojas cuando asesinaron a una persona como Abú
Alí Mustafá, dijo. Esto llegó al más
alto nivel del liderazgo palestino y deben saber, sin lugar a dudas, que
su decisión traerá consecuencias.
Además de la importancia del objetivo, el ataque de ayer sobresalió
por su mera audacia. Tres de los ocho pisos del edificio atacado estaban
ocupados por familias palestinas con pasaportes estadounidenses. Estaba
sentada en mi escritorio dibujando una rosa, y luego me fui a la cocina
a buscar una banana para Haneen, dijo Leila Daas, de 10 años.
Estábamos enla puerta cuando ocurrió la explosión,
y luego todos comenzamos a correr y gritar. Los vecinos de Mustafá
dicen que tenían poco que ver con él y presumían
que su presencia en el edificio no comprometía su seguridad porque
él era un líder político. Pero su guardaespalda,
Fadi Abu Salah, dijo que había estado actuando como un hombre acechado
durante meses; cambiaba sus horarios de llegada a la oficina y su vehículo.
Los israelíes poseen alta tecnología. Tienen satélites
y colaboradores y espías. Es obvio que un lider conocido siempre
será seguido por Israel y por sus colaboradores, dijo.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: C.D.
EE.UU.
RECHAZA LA CONFERENCIA SOBRE EL RACISMO
Otro
choque entre Bush y Powell
Por
Enric González *
Desde Nueva York
Colin
Powell, el primer secretario de Estado de raza negra en la historia de
los Estados Unidos, no acudirá a la conferencia de la Organización
de las Naciones Unidas sobre racismo. Lo más probable es que una
delegación técnica de escaso nivel político represente
a Washington en la reunión, que comenzará el 7 de setiembre
en Durban (Sudáfrica), aunque nada estará seguro hasta última
hora porque la cumbre sobre racismo parece haber suscitado el enésimo
problema entre Powell, teórico jefe de la diplomacia estadounidense,
y la Casa Blanca. Powell quería viajar a Sudáfrica. Pero
el viernes pasado, el presidente George W. Bush realizó unas declaraciones
durísimas sobre la conferencia de Durban y el Departamento de Estado
perdió todo margen de maniobra. No tendremos representantes
allí mientras sigan diciendo que el sionismo es racismo,
afirmó el presidente.
Powell había rechazado desde el principio las aspiraciones árabes
de que se acuse a Israel de racismo por su conflicto con los palestinos,
y consideraba que Washington debía oponerse con todo su peso a
la propia agenda de la reunión, pero estimaba que su presencia
personal tendría un alto valor simbólico. La semana pasada,
varios altos cargos del Departamento de Estado convocaron a los representantes
de las organizaciones judías en Estados Unidos para informarles
de que enviarían una delegación importante a
Durban, y que el propio Powell seguía sopesando la posibilidad
de encabezarla.
Inmediatamente después de las declaraciones del presidente, el
Departamento de Estado negó que existieran diferencias entre Bush
y Powell. Pero durante todo el fin de semana hubo reuniones entre Powell
y sus principales colaboradores, quienes se encargaron de filtrar a la
prensa su malestar por el hecho de que el presidente no hubiera tenido
en cuenta la opinión del Departamento de Estado antes de pronunciar
unas palabras tan tajantes. Desde el inicio de su mandato, en enero, Bush
parece haber concedido un papel preponderante en cuestiones de política
exterior a su asesora de seguridad nacional, Condoleezza Rice, por encima
incluso del propio Powell. Rice orientó a Bush en el terreno internacional
(en el que el propio presidente reconoce su ignorancia) durante la campaña
electoral y mantiene con él relaciones de amistad.
Hay demasiado lenguaje ofensivo en el documento sobre el que se
basa la conferencia de Durban, explicó el domingo un portavoz
del Departamento de Estado, y eso hace imposible la presencia de
Powell. La presión de Estados Unidos y la Unión Europea
ha logrado ya, sin embargo, que se eliminara del texto la afirmación
de que el sionismo equivale a racismo.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
UN
ENEMIGO ACERRIMO DEL ESTADO DE ISRAEL
A
la izquierda de Arafat
Por
Lawrence Joffe *
Desde Londres
En
julio pasado, Mustafá sucedió a George Habash como
secretario general de la FPLP. Considerada la segunda mayor facción
dentro del aparato de la OLP después del propio Al Fatah
de Yasser Arafat, el Frente Popular fue creado oficialmente durante
el comienzo de la Guerra de los Seis Días, en diciembre
de 1967. Desde 1948 los palestinos se habían sentido agraviosamente
decepcionados por los otros líderes árabes. Al Fatah
eligió el camino de galvanizar las masas de Cisjordania
y Gaza para sacarse de encima el yugo de sus nuevos dirigentes
israelíes. Cuando esto resultó ser un fracaso, Al
Fatah efectivamente se hizo cargo del desacreditado OLP y buscó
amigos y dinero en el mundo árabe. En contraste, el FPLP
interpretó el problema palestino como el peor síntoma
de una enfermedad general en Medio Oriente. Evitaron el apoyo
de los países potentados del Golfo, y se volcaron en cambio,
al patronazgo de Rusia y China.
El FPLP vio la eliminación de Israel como un medio hacia
el último objetivo: liberar a Medio Oriente de dictadores
que se arrodillaban ante el capitalismo occidental. Bajo el gobierno
de Habash, fusionaron una mezcla de nacionalismo maoísta
y árabe. Pronto, el grupo ganó notoriedad internacional
por los ataques terroristas y los secuestros. En Amman, Jordania,
la beligerancia de sus cuadros fue acusada por el ataque del Septiembre
Negro de 1970, que aplastó a la OLP y forzó su huida
a terrenos más seguros, en el sur del Líbano. Pero
con la caída de la economía soviética, el
FPLP perdió terreno ante los radicales no seculares de
Hamas. Mustafá fue importante al promulgar la Intifada
de 1987 a través de emisiones de radio, pero con el tiempo
el grupo mostró señales de cismas, mientras los
internos de Cisjordania, como Raid al-Malki, forjaban
relaciones con Al Fatah y hasta con izquierdistas israelíes.
Intentando volver a ganar la iniciativa después de la firma
de los Acuerdos de Oslo en 1993, el FPLP unió fuerzas con
un frente de rechazo de 10 miembros, con base en Damasco. Le prohibió
a los miembros participar en las elecciones palestinas de 1996,
pero tres años más tarde, Mustafá, aceptando
la Autoridad Palestina como un hecho consumado, corrió
al El Cairo a negociar en mejores términos con Yasser Arafat.
La historia personal de Abú Alí Mustafá es
la imagen de una saga familiar palestina. Nacido en Arabeh, en
Cisjordania, hijo de un campesino, se encontró viviendo
después de 1948 no en una Palestina libre sino
bajo la soberanía de Jordania. En 1957, el joven de 19
años fue encarcelado por pertenecer al Movimiento Nacionalista
Arabe del cristiano Habash. Diez años después se
unió a su patrón (ahora basado en Damasco) para
formar el FPLP. Mustafá se hizo un nombre como vocero de
refugiados, y eventualmente se convirtió en delegado de
Habash. Muchos colegas se sorprendieron entonces, cuando en septiembre
de 1999, después de 32 años de exilio, regresó
a Cisjordania bajo un acuerdo entre Yasser Arafat y el premier
israelí de entonces, Ehud Barak. Por primera vez en décadas
vio a su madre inválida y visitó la tumba de su
padre.
Su llegada inicial a Jericó provocó una ambigua
recepción, con algunos llenos de buenos deseos y otros
militantes que pedían que fuera boicoteado por aceptar
la legitimidad de Israel. Era un cargo que Mustafá rechazó
vehementemente. En repetidas entrevistas, enfatizó que
Israel era una entidad ilegítima y se comprometió
a crear una única Palestina democrática del
mar (Mediterráneo) al río (Jordán).
Reconoció al diario Al Ahram que el regreso de cuatro millones
de refugiados, un punto que el insistió en que Arafat marcara
en las conversaciones de Camp David II, en julio 2000, presagiaría
la desaparición de Israel.
Para el ministro israelí Efraim Sneh, Mustafá convirtió
al FPLP en los que fue en las décadas del 60, 70
y 80: una organización terrorista activa y mortífera.
Pero es dudoso que su asesinato, en el clima actual, ayude aque
su reemplazante promueva una atmósfera mejor. Mustafá
deja a una mujer, Jitam, tres hijas y dos hijos.
* De The Guardian de Gran Bretaña..Especial para Página/12.
Traducción: C.D.
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