Por
Fabián Lebenglik
Los diagramas de Hernán Marina (Buenos Aires, 1967), basados en
el género infográfico, modifican sin embargo la estética
de ese género periodístico e informativo: desde la perspectiva
de la línea son muy similares, pero esa línea, en Marina,
es el resultado de una imagen fotográfica tomada de una fuente
de luz blanca que parece ser de neón. Como los diagramas del artista
remiten a escenas de violencia urbana porteña, el efecto de los
fondos negros que irradian líneas de luz blanca evocan y suponen
un estética Buenos Aires by night tal el título
de la serie.
Marina estudió dibujo y pintura, y cursó seminarios de dirección
de arte en Estados Unidos. Presentó algunas exposiciones individuales
y colectivas. El año pasado recibió una mención en
el Salón Nacional; participó de la III Bienal de la Crítica
(Museo Castagnino, Rosario); la Feria Arco de Madrid (en la sección
Cutting Edge, a la que fue invitado nuevamente en la edición 2001)
y también participó del Primer Festival Internacional de
Investigación Artística de Valencia.
Ante las
obras de Marina, el espectador pasa a ser el turista accidental que recorre
con la mirada una ciudad fantasmagórica e infográfica. Lo
que se ve es el más frío de los artificios, nacido al calor
de las noticias. Las diferentes escenas reconstruidas por Marina no
importa si reales o ficticias en cuanto a su verdad histórica
resultan absolutamente verosímiles en el contexto argentino. Si
por una parte estas obras suponen cierta universalidad (por la ausencia
casi total de particularidades), como resultado del borramiento de las
características y diferencias propio del costado imperial de los
sistemas informativos globales, por otra parte estos trabajos de Marina
construyen una visión fantasmal y sombría, casi radiográfica
del clima social (irradiaciones de luz sobre negro, como con los rayos
X). El aspecto fantasmal también se verifica formalmente en la
obra, dado que el recorrido de las líneas de neón proyecta
una sombra sutil que acompaña, en otro registro lumínico,
el trazo; algo así como los pentimenti pictóricos pasados
por el tamiz de la tecnología.
Las reconstrucciones de los crímenes, accidentes, catástrofes
y escenas violentas que aparecen en las infografías de los diarios,
generalmente coloreadas, tienen un carácter tan naïf como
adocenado, que borra el factor humano y reduce todo al plano de las leyes
de la física. La infografía oculta la tragedia a través
de diagramas anodinos y anónimos porque configuran una clase de
reconstrucción aséptica, vaciada de violencia: la caída
libre de un ascensor con obreros se reconstruye en la infografía
como el efecto de la ley de Newton. Los balazos dirigidos por francotiradores
contra un automóvil se transforman en una secuencia de rayitas
que indican la trayectoria de los proyectiles hasta hacer impacto. La
idea de sucesión y movimiento se esquematiza con flechitas y con
la repetición de, por ejemplo, las sucesivas posiciones y derrapes
de un automóvil baleado que a partir de recibir los impactos de
bala comienza un recorrido errático y final hasta dar contra un
árbol.
Además de artista plástico, Hernán Marina es sociólogo,
y desde la producción artística invierte y mina desde adentro
los usos generalizados de la sociología, convertida hoy en una
ciencia auxiliar del marketing comercial y político en vista de
su destino de productora infinita de encuestas y de tortas estadísticas
asépticas que ven a los congéneres sólo como consumidores.
En la segunda sala del ICI se exhibe la muestra de Analía Segal
(Rosario, 1967). Se formó en artes plásticas y diseño,
en la UBA y en la New York University, y recibió varias becas y
distinciones. Desde hace dos años vive y trabaja en Nueva York,
donde realiza exposiciones y es docente.
Al entrar a la sala blanca, el visitante se encuentra con un espacio vacío.
La sutil obra de Segal aparece después, inscripta en las paredes
ylas columnas, se trata de relieves y saliencias de yeso que visualmente
constituyen al mismo tiempo una continuidad perfecta en color y
textura- con la arquitectura, pero al mismo tiempo una ruptura profunda
de forma y sentido. Se trata de pliegues, saliencias y perforaciones tomados
de moldes corporales: vaginas, anos y demás porciones del cuerpo
que forman parte del ambiente, profundamente inquietantes y sensuales
en su delicadeza y suavidad, pero también pudorosos en su blancura
y frialdad.
Los pliegues, relieves y perforaciones inscriptos en las paredes y columnas
a veces resultan anatómicamente reconocibles y a veces son muy
ambiguos. Están colocados a distintas alturas, en zonas muy visibles,
pero también en lugares inesperados. A medida que la muestra va
siendo descubierta, el espectador busca y toda marca en la
pared pasa a ser motivo de rastreo, también las tapas de los enchufes
o las cerraduras y picaportes. Segal obliga al visitante a poner el ojo
en la materialidad arquitectónica, que se transforma de manera
inquietante. A veces la obra de la artista se reparte en grupos, como
una erupción de pezones en la pared. A veces aparece a modo de
molde solitario. Más allá de las asociaciones y fantasías
que la obra despierta, surgen diferencias entre las mismas partes de distintas
personas. Los moldes, tomados del círculo de amistades de la propia
artista, cuentan con un mapa o manual de referencias,
en el que se indica, al modo de símbolos, un nombre para cada anatomía.
La obra también remite a un dato urbano curioso e igualmente sugestivo:
las sensuales ranuras que el Banco Itaú colocó en las columnas
anaranjadas de entrada de sus locales, para pasar la tarjeta de débito.
Sólo a una firma brasileña podría habérsele
ocurrido tal diseño para una operación bancaria, relacionando
sensualidad y dinero. En este sentido, las eróticas aplicaciones
arquitectónicas de Analía Segal van teniendo aplicación
edilicia en la vida urbana.
También presenta el video The Tourist, que consiste
en un lento, minucios y ambiguo recorrido turístico
por el territorio corporal, a una distancia ínfima, con lente macro.
De modo que los pliegues, texturas, poros, vellosidades y movimientos
sugieren un paisaje abstracto, pero también una situación
erótica imposible de precisar. Todo está mostrado de tal
modo que al mismo tiempo se exhibe demasiado, pero se deja librado a la
imaginación y al acompañamiento de los espectadores. (Florida
943, hasta el 7 de septiembre).
Parque
de la Memoria
El objetivo
del Monumento a las Víctimas del terrorismo de Estado en
el Parque de la Memoria es recordar y homenajear a los detenidos-desaparecidos
y asesinados durante la última dictadura militar. Junto al
monumento se construirá un salón de usos múltiples
donde a través del arte, la investigación y las reuniones
públicas se mantendrá viva la memoria colectiva. El
jueves 30 de agosto a las 11 se inaugurará la Plaza de Acceso
al Parque de la Memoria, en la que ya está emplazada la escultura
Victoria de William Tucker y, próximamente, se
emplazará la obra Monumento al escape, de Dennis
Oppenheim. Del acto participarán el jefe de Gobierno, Aníbal
Ibarra, representantes de los organismos de derechos humanos, legisladores
y autoridades de la Ciudad.
Con
La Boca abierta
En el marco
del programa Estudios Abiertos, que Cultura del Gobierno
de la Ciudad organiza con los artistas, museos y talleres de los
barrios desde el año pasado, el próximo fin de semana,
1º y 2 de septiembre, se llevará a cabo La Boca
Estudios Abiertos. Entre todas las actividades, la Fundación
Andreani presentará Acción Ceremonial
de Alfredo Portillos, consistente en una caminata que partirá
desde el domicilio del artista (Magallanes 970, sábado y
domingo a las 15) y terminará con la elevación de
una apacheta (altar) frente al local de la Fundación, Pedro
de Mendoza 1993. La instalación será exhibida hasta
las 18 del sábado y toda la jornada del domingo.
Inauguran
en la semana
- Genevieve
Naylor, Escenas de Brasil, Fotos, hoy, en el Centro
de Estudios Brasileños, Esmeralda 969.
- Irene Banchero y Guadalupe Fernández, mañana, en
Del Infinito, Av. Quintana 325 PB.
- Roberto Plate, pinturas, mañana, en la Fundación
Klemm, Marcelo T. de Alvear 686.
- Milano è, muestra sobre la ciudad de Milán;
Raúl Ponce, arte digital, el jueves 30, en el Centro Recoleta.
- Muestra colectiva de arte chileno contemporáneo que
incluye obras de Roberto Matta, Montes de Oca, Catalina Parra, Beatriz
Leyton y Eugenio Dittborn, entre otros muchos otros, el sábado
1º y domingo 2 de septiembre, en la Embajada de Chile, Tagle
2772 (entre las avenidas Del Libertador y Figueroa Alcorta), de
10 a 17.
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El
Salón Manuel Belgrano
El
Museo Eduardo Sívori convoca a los artistas plásticos de
todo el país a participar del Salón Manuel Belgrano que
organiza el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desde hace más
de medio siglo. El tradicional Salón se divide en cinco especialidades:
pintura, escultura, dibujo, grabado y monocopia. Se trata de uno de los
pocos concursos del país que, organizado por un municipio, está
abierto a todas las jurisdicciones nacionales. Los primeros premios de
todas las disciplinas reciben además de una suma de dinero
inicial una importante pensión vitalicia y pasan a formar
parte del patrimonio de la Ciudad. Los tres primeros premios de cada sección
y el premio único de monocopia tienen carácter de adquisición.
Las fechas de recepción de las obras, según las categorías,
son las siguientes: dibujo, grabado y monocopia, el 3, 4 y 5 de octubre;
pintura y escultura, el 8, 9 y 10 de octubre. Los participantes deben
enviar sus obras (no más de una por sección) a Pedro de
Mendoza 3951, de 9 a 15. Informes al 4772-5628 y 4775-9452. Las obras
seleccionadas serán exhibidas en marzo del 2002.
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