La razón por la cual
el periodista norteamericano John Miller quería entrevistar a Osama
bin Laden para la cadena televisiva ABC era que el FBI sospechaba que
él y su dinero estaban detrás del atentado del World Trade
Center en 1993, de los ataques que habían bajado helicópteros
norteamericanos en Somalía y de ataques que hicieron blanco en
soldados norteamericanos en Arabia Saudita y Yemén. Esta era la
razón, también, por la que entrevistarlo no iba a ser un
proceso simple, tal como relató Miller en una nota de 1999 de la
revista Esquire.
El aparato de relaciones públicas de Bin Laden resultó una
red compleja de agentes e intermediarios. Las primeras discusiones tuvieron
lugar en el viejo Hotel Jefferson de Washington. Un par de productores
de ABC News, Chris Isham y Len Tepper, habían llevado a Miller
para que se encontrara allí con un contacto que tenía buenas
conexiones en el mundo del fundamentalismo islámico. El paso siguiente
fue viajar a Londres, y encontrarse con gente de Bin Laden, quien aparentemente
tenía gente en todas partes. Miller, al mejor estilo de Los
profesionales, visitó las debidas mansiones Tudor, cada una
a media hora de la otra, para sacarse religiosamente los zapatos y encontrarse
con agentes de Bin Laden que le dijeron que se fuera a Pakistán,
a esperar en el Marriott de la capital, Islamabad, que los afganos se
contactaran con él.
El contacto llegó, y con él nuevas instrucciones. Fueron
al aeropuerto de Islamabad, volaron a Peshawar, en la frontera, y de ahí
entraron en territorio afgano. Miller iba acompañado del camarógrafo
Rick, de Akhtar, su contacto talibán, y un traductor iraquí,
al que llama Alí. Fueron alojados en una tienda en el primer campamento
de Bin Laden. Esperaron días y días, que cuando se espera
a Castro o a Khadafi se pasan en buenos hoteles, según se quejó
Miller. Finalmente, rodeado de guardias armados con AK-47, el mismísimo
Bin Laden hizo su entrada en el lugar elegido para la entrevista.
Sólo que una entrevista, en Talibania, se parece poco a una entrevista
en el mundo occidental. Bin Laden había pedido el día anterior
la lista completa de las preguntas, para que se las tradujeran del inglés.
Uno de los asistentes le dijo a Miller: Tenemos buenas noticias.
El señor Bin Laden contestará todas las preguntas.
Después agregó que las respuestas del señor Bin Laden
no sería traducidas en el momento, porque el camarógrafo
podía grabar y después se podía traducir en Estados
Unidos. ¿Pero, entonces, cómo voy a repreguntar?,
se quejó el periodista Miller. No hay problema. No habrá
repreguntas, fue la respuesta.
Osama recapituló su vida. Había nacido en 1957 en Arabia
Saudita, y era uno de las decenas de hijos del magnate de la construcción
Mohammed bin Laden. El Bin Laden Group en el reino saudita vale 5000 millones
de dólares. Los contactos familiares de los Bin Laden con la familia
real hicieron que siempre fuera fácil conseguir contratos del gobierno
para construir caminos entre ciudades y desiertos. Si la Historia no hubiera
intervenido, Osama se habría educado en los mejores colegios, probablemente
se habría establecido en Londres y dedicado a vivir confortablemente.
El 25 de diciembre de 1979 el ejército soviético invadió
Afganistán. Bin Laden partió inmediatamente al frente. Cuando
llegó, no perdió el tiempo. Gastando su dinero, financió
el reclutamiento, transporte y armamento de miles de palestinos, tunecinos,
somalíes, egipcios, sauditas y paquistaníes para que lucharan
contra los rusos.
Peleamos crueles batallas contra los rusos, dijo Bin Laden
a Miller. Los rusos son bien conocidos por su brutalidad. Usaron
gases venenosos contra nosotros. Yo los padecí. Perdimos a muchos
combatientes. Pero fuimos capaces de detener muchos ataques comando, como
nunca antes.
La entrevista siguió en líneas generales como sigue aquí,
pero hay que recordar que Miller se limitaba a mirar, y asentir, mientras
Bin Laden iba contestando las preguntas que le habían traducido
el día anterior. También hay que tener en cuenta que Bin
Laden parece entrenado por un especialistanorteamericano en Relaciones
públicas. La regla es: ante una pregunta, lo importante es decir
lo que uno quiere, y sólo después, en el mejor de los casos,
contestarla.
¿Por qué un hombre como usted, rico y de una familia
poderosa, había ido a Afganistán para vivir en las trincheras
y combatir a los rusos desde la línea del frente?
Es difícil de comprender para una persona que no comprende
el Islam. Durante los días de la Jihad afgana, miles de jóvenes
cuyo nivel de vida era muy alto sin embargo dejaron la península
arábiga y otras regiones y se unieron a la Guerra Santa. Cientos
de ellos fueron muertos en Afganistán, en Bosnia y en Chechenia.
Ahora el enemigo soviético no existe. El nuevo enemigo es
Estados Unidos. ¿No teme ser capturado en una operación
comando norteamericana?
No. Los norteamericanos acusan a nuestros niños palestinos
de ser terroristas. Nuestros niños, que no tienen armas y ni siquiera
llegaron a la madurez. Al mismo tiempo, los norteamericanos defienden
un país, el Estado judío, que tiene como estrategia destruir
el futuro de esos niños. Estamos seguros de nuestra victoria sobre
los norteamericanos y los judíos tal como fue prometida por el
profeta: El día del Juicio no llegará sin que el árabe
combata al judío, sin que el judío se esconda detrás
de árboles y piedras, y el árbol y la piedra hablen y digan:
Musulmán, detrás de mí hay un judío.
Ven y mátalo. Lo que hacen ustedes con los musulmanes en
Palestina es vergonzoso, si es que queda alguna vergüenza en Estados
Unidos. A los niños les demuelen las casas encima. También,
de acuerdo con el testimonio de las agencias humanitarias, las sanciones
norteamericanas en Irak resultaron en la muerte de más de un millón
de niños iraquíes. Todo se hace en nombre de los intereses
norteamericanos. Creemos que los mayores ladrones y terroristas en el
mundo son los norteamericanos. La única manera que tenemos de frenar
esos ataques es usar medios similares. No nos preocupamos por los norteamericanos
ni por el precio que han puesto por nuestras cabezas. Nosotros como musulmanes
creemos que nuestro destino está prefijado. Hay aquí una
lección, para el que la quiera aprender. La Unión Soviética
entró en Afganistán en la última semana de 1979,
y con la ayuda de Alá a los pocos años su bandera fue doblada
y arrojada a la basura, y hoy ya no hay nada que se pueda llamar Unión
Soviética.
¿En 1992 el frente fue Somalía, cuando Estados Unidos
intervino para prestar ayuda humanitaria en la guerra civil y la hambruna?
Después de abandonar Afganistán, los guerreros islámicos
se dirigieron a Somalía y prepararon para una larga batalla, pensando
que los norteamericanos eran como los rusos. Los jóvenes se sorprendieron
de la baja moral de los soldados norteamericanos y se dieron cuenta mucho
más que antes de que el soldado norteamericano es un tigre de papel
y que después de unos pocos golpes huía corriendo y derrotado.
Y Estados Unidos se olvidó de toda la propaganda de los medios
acerca del líder mundial y el líder del Nuevo Orden Mundial,
y después de unos pocos golpes se olvidaron de este título
y se fueron, arrastrando sus cadáveres y su vergonzosa derrota.
¿Por qué matar soldados norteamericanos cuya única
función era restaurar el orden y hacer posible la distribución
de comida?
¿Por qué debíamos creer que esa era la verdadera
razón por la que los norteamericanos estaban allí? En todas
las otras partes a donde fueron, lo único que hicieron fue matar
niños y ocupar tierra musulmana.
¿Conocía usted a Ramzi Yousef, el organizador del
atentado al World Trade Center en 1993?
Desgraciadamente, no lo conocía antes del atentado.
¿Trató usted de asesinar al presidente Bill Clinton?
Como siempre dije, toda acción produce una reacción
similar. ¿Qué espera Clinton de los que él mató,
agraviando a sus hijos y madres? Yo no estuve en Somalía, pero
lo que vi me hizo feliz. No atenté contra las basesnorteamericanas
en Arabia Saudita, pero los que lo hicieron son mártires. No pagué
el atentado contra el World Trade Center, pero fue una buena idea.
¿Cuáles son sus planes para el futuro?
La prioridad es expulsar a los norteamericanos de Arabia Saudita,
la tierra más sagrada del Islam. Cada día que los norteamericanos
dilaten su partida, recibirán un nuevo cadáver. No hace
ninguna diferencia si el gobierno saudita quiere que ustedes se queden
o se vayan. Ustedes se irán cuando los jóvenes combatientes
islámicos les envíen cajas de madera y ataúdes. Y
adentro irán los cuerpos de militares y civiles norteamericanos.
Ahí sí que se irán ustedes.
¿Hacen diferencias entre militares y civiles?
No diferenciamos entre los que están revestidos de uniformes
militares y civiles; todos son blanco de la fatwa. Así que les
decimos a los norteamericanos como pueblo, y les decimos a las madres
de soldados y a las madres norteamericanas en general, que si valoran
sus vidas y las vidas de sus hijos encuentren un gobierno nacionalista
que cuide sus intereses y no los intereses de los judíos. La continuación
de la tiranía significará la continuación de la lucha
contra Estados Unidos, como Ramzi Yousef y otros lo hicieron. Este es
mi mensaje al pueblo norteamericano: búsquense un gobierno serio
que se preocupe por sus propios intereses y no ataque a otros, a sus tierras
o su honor. Y mi mensaje para los periodistas norteamericanos es que no
pregunten por qué hicimos esto o aquello, sino que pregunten qué
hizo su gobierno que nos forzó a nosotros a defendernos.
Las últimas palabras que pronunció Bin Laden en la última
entrevista conocida en Occidente, mirando a cámara, fueron: Es
nuestro deber llevar a la gente a la luz. No fueron las últimas
que hizo llegar a Miller. Después de los bombardeos norteamericanos
a Sudán y Afganistán como represalia a los atentados de
1998 contra las embajadas de Kenia y Tanzania, le hizo alcanzar un mensaje:
La guerra recién empieza, ahora viene lo mejor.
Claves
- Todas las agencias de inteligencia norteamericanas y la mayoría
de las europeas expresaron su convicción de que Osama bin
Laden es el organizador y sponsor de los atentados contra las Torres
Gemelas y el Pentágono.
- El millonario saudita tiene sus campamentos de entrenamiento en
Afganistán, donde vive gracias al visto bueno del régimen
talibán, que anunció que no lo entregará a
los norteamericanos.
- Bush se reunió ayer con sus funcionarios clave y el Consejo
de Seguridad Nacional para planificar las represalias militares
contra Afganistán.
- En el plano militar, el Pentágono dispuso el envío
de 200 aviones, un portaaviones y un barco de asalto al océano
Indico y Asia Central, y llamó a 5000 reservistas que se
agregarán a los 5000 ya convocados para tomar parte de las
operaciones terrestres (ver nota página 4).
- En la edición urgente online de Time, se informó
que en un allanamiento se había encontrado un manual que
explicaba cómo pilotear aviones fumigadores, lo que causó
alarma en Nueva York (ver nota página
9).
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MUTISMO
DE LA CASA BLANCA SOBRE LO QUE VIENE
Con todos los teléfonos rojos
Desde su residencia de descanso
de Camp David, el presidente norteamericano George W. Bush programó
este fin de semana cuáles serán los pasos siguientes de
la ofensiva contra el terrorismo. Al mismo tiempo que se completaba el
despliegue militar en Afganistán, Bush debatió por videoconferencia,
con el Consejo de Seguridad Nacional, la modalidad y las secuencia de
la respuesta contra el terrorismo. Luego, habló por teléfono
con su par ruso Vladimir Putin durante una hora y programó la agenda
diplomática de los próximos días: mañana se
entrevistará con el primer ministro de Canadá, Jean Chrétien,
y el martes con el de Japón, Junichiro Koizumi. Mientras, el secretario
de Estado Colin Powell acelera los contactos diplomáticos para
sumar adhesiones a la coalición universal contra Bin Laden. Con
ese objetivo, Bush levantó las sanciones por sus ensayos
nucleares contra dos aliados estratégicos: India y Pakistán.
Los resultados de la reunión a distancia entre Bush y su Consejo
de Seguridad se mantuvieron bajo un bien guardado hermetismo; la Casa
Blanca se limitó a difundir una foto pero no anticipó palabra
de los planes sobre cómo continúa la ofensiva militar. Bush
estuvo acompañado por su consejera de Seguridad, Condoleezza Rice,
el secretario general de la Casa Blanca, Andrew Card, y el director de
la CIA, George Tenet. Al rato, se comunicó por tercera vez
desde el 11 de setiembre con Vladimir Putin. La charla fue muy
constructiva informó el portavoz de la Casa Blanca, Sean
McCromack, al insistir en que el presidente norteamericano valora
el compromiso y el respaldo del presidente Putin en la lucha contra el
terrorismo. Bush también se dio un tiempo para su arenga
nacionalista. En su mensaje radial de los sábados a la nación,
dijo que Estados Unidos es el país más grande sobre
la faz de la tierra y ningún terrorista podrá decidir nuestro
destino. Y se atajó de lo que parece ser un problema que
ya repercutió en las empresas áreas, el turismo y la bolsa:
A pesar de todos los desafíos, la economía estadounidense
es sólida. Tenemos los trabajadores mejor capacitados y más
productivos del mundo, recordó.
Powell hizo su parte: ayer obtuvo del canciller ruso, Igor Ivanov, y de
su par chino, Tang Jiaxuan, la promesa de cooperación de sus servicios
de inteligencia. De Irán, un país con el que EE.UU. no mantiene
relaciones desde la revolución islámica de 1979, también
se logró vía diplomacia europea el respaldo
para las medidas contra el terrorismo internacional, aunque los iraníes
advirtieron que una acción contra Afganistán desencadenará
una enorme tragedia humana. Mañana el ministro de Relaciones
Exteriores británico, Jack Straw, hará una visita sin precedentes
a Irán para llevar un mensaje de Washington. Además, los
estadounidenses cuentan, desde el viernes, con la solidaridad legítima
de los 15 países de la Unión Europea que, sin embargo, insistieron
en que la respuesta militar debe ser localizada y bajo los
auspicios de la ONU.
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