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EL VIERNES EMPIEZA LA CONSULTA POPULAR DEL FRENAPO
Votar el combate contra la pobreza

El Frente Nacional contra la Pobreza llama a votar la propuesta de un Seguro de Empleo y Formación de 380 pesos para jefes de hogar desocupados, una asignación universal de 60 por hijo y otra de 150 para jubilados sin cobertura. Página/12 discutió el tema con dos integrantes del Frenapo y la socióloga María del Carmen Feijoó.

CLAUDIO LOZANO, ECONOMISTA
“Es poner límites”

Por Laura Vales

–Imaginemos que la consulta fuera vinculante y que el 17 diciembre la propuesta se implementara. ¿Cuáles serían sus efectos inmediatos?
–Como se trata de asignar fondos entre la población en situación de pobreza, el primer efecto sería un aumento en el consumo. Se estarían recomponiendo los niveles de demanda, abriendo condiciones para salir de la recesión y relanzar la actividad productiva. A su vez, la implementación de estas medidas obligaría a enfrentar otro tipo de discusiones, como la defensa de la producción local frente a la importada o el papel de las tarifas y las tasas de interés. Al votar por estos instrumentos, también se vota por otras cosas, un enfoque diferente para afrontar la crisis.
–¿Por qué el Frenapo considera la distribución de la riqueza como el tema central?
–La Argentina ha venido funcionando bajo un régimen de acumulación financiera que produjo desindustrialización, aumento del desempleo y caída de los ingresos. La consecuencia fue que se incubaron desequilibrios muy profundos entre la producción y la ocupación. Estos problemas de carácter distributivo se expresan tanto en el terreno fiscal como en el externo. Al colocar la prioridad en la distribución se asume que un país que tiene 37 millones de habitantes y 14 millones de pobres es un país que ha prescindido de su mercado interno. También implica pensar el crecimiento de la economía en el largo plazo, porque si el 56 por ciento de la población menor de 18 años está por debajo de la línea de pobreza, es obvio que a futuro no vamos a ser ni más productivos ni más competitivos. En tercer lugar apunta a cambiar la ecuación fiscal, es decir el esquema bajo el cual funciona el Estado argentino. Este es un Estado que profundiza la desigualdad porque cobra impuestos sobre el conjunto de la población y los canaliza como subsidios improductivos sobre los sectores más concentrados de la economía.
–El aumento de la desigualdad, ¿no excede largamente a la Argentina?
–Si tomamos el caso latinoamericano, Argentina fue el país que más se empobreció en las últimas dos décadas. La caída fue de una magnitud que realmente merece consideraciones especiales.
–En el sentido de que este desbarranco no es obra de un destino fatal.
–La consideración es que efectivamente hubo una ofensiva política de las clases dominantes a partir del golpe de Estado, que le ha asignado a este proceso una envergadura tal que se hace difícil encontrar casos de caídas tan brutales de una sociedad en tan corto lapso, que no estén mediados por fenómenos bélicos.
–Como el Paraguay luego de la guerra de la Triple Alianza.
–Tengo un amigo que dice, justamente, que somos algo así como el Paraguay del siglo XX. El plantea que habida cuenta de que en este país (del mismo modo que en aquel Paraguay) hubo en algún momento una discusión del poder político, el tipo de revancha social que supuso la Triple Alianza sobre el pueblo paraguayo es similar a lo que se plantea hoy en la Argentina.
–¿Cuántas familias serían beneficiadas con el seguro de desempleo, la asignación por hijo y el piso jubilatorio?
–Llegaría a 800 mil jefes de hogar desocupados, a aproximadamente 6 millones de chicos menores de 18 años y a un millón de mayores de 65 años. –¿Hay fondos para hacerlo?
–Nosotros identificamos cuatro fuentes de financiamiento. La primera es que al haber más consumo y más actividad habrá más recaudación; en segundo lugar planteamos la reasignación de los planes sociales vigentes, que son anárquicos y no trabajan sobre las causas de la pobreza sino sobre sus efectos. La tercera es repensar el régimen impositivo y la cuarta rediscutir el sistema de jubilación privada. Sumadas estas fuentesduplican el nivel de fondos necesarios, que es de 11.400 millones de dólares. Lo ponemos así para que se perciba que existen.
–El planteo es que lo que falta es un Estado que funcione con un criterio de redistribución.
–Que si se toma la opción por esta estrategia, habrá recursos. Uno podrá discutir cuál es la mejor alternativa para conseguir los fondos, pero lo que no se puede decir es que esos fondos no existen. Nosotros estamos planteando también una cuestión de carácter estratégico, que es que sólo democratizando la sociedad, es decir siendo más los actores en capacidad de influir en las decisiones públicas es que vamos a poder ponerle límite a aquellos actores económicos que mantienen, sostienen y viven de las políticas de ajuste.

MARIA DEL CARMEN FEIJOO, SOCIOLOGA
Sálvese quien pueda

 

 

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