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Con una inversión de 20 millones de dólares, Cervecería
Quilmes inauguró un centro de distribución y el nuevo edificio
corporativo de Embotelladora Buenos Aires (Baesa), en el barrio de Pompeya.
El centro de distribución permitirá la operación
de unos 380 camiones por día, que transportarán mercadería
a 25.000 puntos de venta.
- El Banco Credicoop
obtuvo una ganancia de 15,7 millones de pesos en su último ejercicio
anual. La liquidez de la entidad financiera, del 48,4 por ciento sobre
los depósitos, es la más importante del sistema. El banco
posee 224 sucursales en todo el país.
- Laboratorios
Roemmers fue distinguido con el Premio Invertir por la construcción
de su nueva planta de elaboración de especialidades farmacéuticas
sólidas no antibióticas. Es la tercera vez que Roemmers
recibe este premio que se otorga anualmente a las empresas que concretan
inversiones.
- Movicom beneficiará
con descuentos de entre 15 y 50 por ciento a los clientes que carguen
minutos de comunicaciones a través de las tarjetas de débito
NovaCash. Para cargar minutos se debe llamar al *444. Los plásticos
pueden adquirirse en las redes Musimundo, Dexter y Grimoldi.
- Repsol YPF recibió
el Premio Invertir 2001 por un proyecto de hidrocarburos realizado en
la provincia de Neuquén, con un desembolso de 2150 millones de
dólares entre 1998 y 2000.
- Allied Domecq
invirtió 500 mil dólares para lanzar Tía María
Cream, que será producido en la planta de Allied Domecq en
Bella Vista y que se exportará al Mercosur.
- Las Bodegas San
Huberto prevén cerrar el 2001 con exportaciones por un millón
de dólares para todo el año. Los principales destinos fueron
Estados Unidos, Alemania, Canadá, Dinamarca y Japón.
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FINANZAS el Buen Inversor |
Por
Claudio Zlotnik
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LOS BANCOS
INSTUMENTAN MECANISMOS DE SALVATAJES
Salvavidas de las empresas
Para
cuidar sus balances y evitar contabilizar pérdidas, los
bancos están aplicando métodos no tradicionales
cuando vencen deudas de las empresas. Tensión en el mercado
de Obligaciones Negociables.
En
algunos casos, los bancos deciden refinanciar las deudas a tasas
de interés por debajo de las de mercado. En otros, cubren
el bache con un aporte de capital. En medio de la crisis, las
entidades financieras recurren a diversos salvatajes que en los
hechos impiden la quiebra de empresas endeudadas. No lo hacen
por bondadosos. Si se diera una ola de quebrantos, tendrían
que reflejarlos en sus balances. En un contexto explosivo, de
salida de depósitos y de reservas del Banco Central, teniendo
por delante un canje de deuda que les restringirá liquidez,
el interrogante pasa por saber hasta cuándo el sistema
financiero seguirá siendo bombero de las empresas.
Con la cadena de pagos rota, las compañías buscan
auxilio en las entidades. Muchas de ellas logran que les refinancien
los vencimientos. Otras pasan a integrar la lista de convocatorias
de acreedores o directamente quiebran. Entre las medianas y grandes
que emitieron Obligaciones Negociables (títulos de deuda)
también buscan la mano salvadora de los bancos.
Salvo ejemplos muy puntuales, como el de Fargo, en el mercado
de bonos corporativos no hubo default. La dinámica que
asumió el mercado de las ON permite un acercamiento al
manejo de la crisis por parte de los bancos y las empresas:
- Ante el cierre del mercado de crédito, algunas casas
matrices de empresas extranjeras deciden efectuar aportes de capital
para cancelar vencimientos. Por ejemplo, Telefónica de
España transfirió a su filial argentina unos 400
millones de dólares.
- Telecom Internacional, en cambio, no hizo un aporte directo
de capital. Pero optó por rebajar las comisiones que la
filial argentina le gira en concepto de know how.
- Cuando bancos detentan ON, en el momento del vencimiento las
entidades otorgan un préstamo puente a la compañía
para cancelar esa obligación. Según el tamaño
de la empresa, ese crédito se otorga a una tasa del 10
al 15 por ciento anual, por debajo del costo de mercado, que oscila
de 30 al 50 por ciento anual.
- Hubo compañías que liquidaron activos para cumplir
con el vencimiento de deuda.
En el actual contexto, no existen previsiones de nuevas emisiones.
Si algunas empresas grandes, como podrían ser SanCor o
Cablevisión, decidieran endeudarse, la tasa de interés
a la que tendrían que hacer frente rondaría el 58
por ciento anual. Distinto es el caso de las multinacionales que
pueden recibir asistencia de sus casas matrices a tasas de interés
muy inferiores al rendimiento de los títulos emitidos por
el Estado. Un bono de Telefónica que vence el año
que viene, por ejemplo, rinde en el mercado el 9,875 por ciento
anual. El Bonte 2002, en cambio, muestra un rendimiento del 60
por ciento.
En todo caso, la máxima preocupación de los financistas
es qué pasará el año que viene. En 2002 vencen
bonos por casi 7000 millones de dólares. Y si la situación
no mejora, muy pocos dudan de que habrá un colapso.
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