INTRODUCCION
Los estudios socio-lógicos de los movimientos socio-políticos
de los últimos años han abarcado una serie de cuestiones
relacionadas con la base social de estos movimientos, los temas alrededor
de los cuales la acción colectiva se moviliza, las formas de lucha
adoptadas, y el contexto en el cual se dan estas luchas. Lo que generalmente
está ausente en estos estudios es un análisis del rol y
de la dinámica social de sus líderes políticos, una
omisión curiosa dado el lugar destacado de este factor en estudios
anteriores y la perspectiva estructuralista o posestructuralista del actor
social adoptada hoy por tantos analistas de los movimientos sociales
(Calderón, 1995; Escobar y Alvarez, 1992; Esteva y Prakash, 1998).
Una explicación posible
de esto es la emergencia de una sensibilidad posmoderna en esta área.
El efecto de esta sensibilidad posmoderna ha sido generalmente desatender
los factores estructurales y abstenerse de un análisis comparativo
y objetivo de estos movimientos. En efecto, esta ausencia de un análisis
comparativo, junto con el enfoque en las contextualizadas, bien descriptas
pero en buena parte inexplicadas acciones colectivas de un solo movimiento,
es una característica notable de los estudios socio-lógicos
en los ochenta y en los noventa (Munck, 1997).
Otra característica
de estos estudios es su orientación hacia formas posestructuralistas
de análisis del discurso y, en este contexto intelectual, un abandono
de cualquier suerte de estructuralismo, particularmente de aquellos basados
en la teoría marxista de clase (Veltmeyer, 1997; Petras y Veltmeyer,
2001). Es en este contexto que se escribe este ensayo, como un contrapunto
a esta emergente forma posestructuralista de análisis y a la sensibilidad
posmodernista asociada a ella. En este contexto se sostiene, en referencia
al factor del liderazgo político, que la dinámica de los
movimientos socio-políticos en América latina pueden mejor
ser comprendidos en términos estructurales y en base de una forma
reconstituida de análisis de clase.
Estos argumentos se presentan
basándose en la investigación de campo realizada por los
autores sobre el liderazgo político en uno de los más dinámicos
movimientos socio-políticos de América latina hoy, el Movimiento
de los Trabajadores sin Tierra de Brasil (MST). La información
para este estudio proviene de una encuesta y de entrevistas en profundidad
de los cuadros líderes del movimiento: 32 líderes regionales
y nacionales representantes de cada estado donde el MST opera. Esta encuesta
y las entrevistas se llevaron a cabo durante un seminario en mayo del
2000 alque asistieron estos líderes en Sao Paulo. La encuesta y
las entrevistas se basaron en una serie de hipótesis construidas
por los autores en base no a una teoría general sino a la previa
investigación sobre la dinámica social de los movimientos
socio-políticos de base campesina en América latina (Veltmeyer
y Petras, 2000; Petras y Veltmeyer, 2001).
El Movimiento de los Sin
Tierra. La dinámica social de una lucha prolongada
El Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra del Brasil es el
más exitoso movimiento social en la América latina contemporánea.
Basándose en una organización de clase y de base y en la
acción colectiva como movimiento social ha logrado radicar exitosamente
más de 225.000 familias sin tierras, que representan numéricamente
más de un millón de personas en extensas fincas previamente
sin cultivo (Petras, 1998; Stedile, 2000). Ha organizado docenas de empresas
cooperativas que han entrado exitosamente al mercado una serie de productos
agrícolas. Ha negociado exitosamente con el instituto de reforma
agraria gubernamental la financiación del crédito, casas
y escuelas para los colonos. Ha construido amplias coaliciones con organizaciones
de la iglesia, sindicatos, partidos políticos y organizaciones
no gubernamentales. Ha subido el nivel de vida de sus miembros y puesto
en marcha programas educacionales extensivos e intensivos que proveen
una comprensión integral de la historia y la economía política
del Brasil, renovando sus cuadros líderes (Caldart 1997, 2000).
El MST ha organizado ocupaciones
de tierras en 24 estados extendiendo su apoyo desde sus orígenes
en el sudeste del país hasta las regiones del oeste. Esto ha demostrado,
en el curso de los quince años pasados, una inigualada capacidad
de organización en el nivel de base. Desde el 1º al 8 de mayo
se organizaron más de 300 ocupaciones de Tierra a lo largo del
país, más de noventa sólo en el estado de Pernambuco.
El crecimiento del MST contrasta agudamente con la experiencia de los
ex grupos guerrilleros de América Central que se han convertido
en políticos electorales. En El Salvador y en Guatemala los comandantes
de la guerrilla firmaron acuerdos de paz con muy poca o ninguna consulta
con sus seguidores campesinos.
En Nicaragua, el Frente Sandinista
de Liberación Nacional (FSLN) alcanzó un pacto político
primero con el régimen de Chamorro y una década después
con el presidente de derecha Aleman. Mientras el Frente Farabundo Martí
de Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador ha aumentado su presencia
en el Congreso y ha abandonado la mayor parte de la agenda de reformas
agrarias y urbanas del período anterior. Se han incrementado los
niveles de pobreza, la pérdida de tierras y la desintegración
social que lleva a un aumento exorbitante del nivel de criminalidad.
Los jefes partidarios arrellanados
en el Congreso han ignorado a los violadores de derechos humanos que permanecen
en el poder en las instituciones militares y de inteligencia. En las recientes
elecciones más del 65 por ciento del electorado se abstuvo ya que
los programas quepresentan los exguerrilleros son completamente similares
a los de los partidos tradicionales de la derecha. La dirigencia sandinista
actúa en connivencia con el régimen de Aleman en dividirse
el clientelismo mientras muchos de los ex comandantes se han convertido
en ricos operadores de negocios. El movimiento de masa que originalmente
era parte de su red de apoyo se ha desintegrado, ha hecho su propio camino
o se ha convertido en parte de la clientela de las máquinas electorales.
El conformismo político
y la decadencia social de los grupos de la guerrilla pueden ser atribuidos
a varios factores: muchos tenían un origen de clase media con escasos
lazos orgánicos con los pobres rurales y urbanos; sus organizaciones
eran verticalistas, organizadas para transmitir órdenes redactadas
por los comandantes; sus poderes eran absolutos para decidir si emprender
la guerra o firmar un acuerdo de paz y compensar bancas en el Congreso
por la reforma agraria. Al volcarse a la política electoral, los
ex guerrilleros se aseguraron un nuevo status de elite en el cual las
luchas populares se subordinaban a las campañas electorales, en
las cuales los ex comandantes buscaban atraer ricos inversores y profesionales
para financiarles sus campañas.
Resumiendo, en contraste con
el MST, los ex líderes guerrilleros retornaron a sus orígenes
de clase media, poniéndose en contra de las aspiraciones populares
en el proceso. Transfirieron la división elitista entre líderes
y militantes incrustada en la organización de la guerrilla a su
nuevo rol como parlamentarios, aumentando la distinción entre los
congresales y los votantes. El fracaso de los ex líderes guerrilleros
convertidos en políticos electorales para sostener la reforma social
puede ser atribuido a su origen de clase y a sus vínculos sociales,
la preocupación por la movilidad individual, y su integración
y subordinación en el sistema parlamentario elitista donde la norma
es el divorcio de las necesidades cotidianas de los pobres rurales y urbanos.
En contraste, durante los años
noventa, el MST ha sido crecientemente exitoso en transformar las relaciones
de tenencia de la tierra y en profundizar y ampliar el apoyo popular.
Esto levanta una cuestión: ¿Qué clase de organización
y liderazgo puede ser responsable del éxito de radicar más
de 200.000 familias en una década? ¿Cuáles son los
atributos de liderazgo que han permitido al MST implementar exitosamente
una estrategia de transformación rural basada en una estrategia
coordinada que compromete a trabajadores rurales sin tierra?
La cuestión del
liderazgo. 10 Hipótesis
En base a estas consideraciones (como el origen de clase de los líderes
en varios movimientos de campesinos en la región), los autores
han formulado las siguientes hipótesis:
1 Los líderes
del MST tienen profundas y continuas raíces en el campo y en la
región y el medio que ellos están organizando.
2 Los líderes
son relativamente bien instruidos y comprometidos a la educación
permanente, asegurando así el aprendizaje y las habilidades de
enseñanza para el diagnóstico de las realidades sociales
y el desarrollo de estrategias apropiadas.
3 Las lealtades primarias
de los líderes del MST son hacia esa organización. No tienen
ningún conflicto de lealtades con otros grupos políticos
que pudieran llevar a divisiones ideológicas y minar la unidad
de propósitos.
4 La principal fuente
de reclutamiento se basa en la capacidad de resolver problemas prácticos
que atrae a los hacedores más que a los ideólogos.
5 Los líderes
han acumulado experiencia práctica a través de acciones
directas continuas que amplían sus capacidades de organización
y llevan a cabo acciones exitosas que pueden y en efecto atraen nuevos
miembros y sostenedores.
6 Los líderes
tienden a tener confianza en sí mismos y ser menos dependientes
de los políticos electoralistas, por consiguiente capaces y deseosos
de comprometerse en obtener cambios vía la acción directa.
7 Hay una común
comprensión o consenso entre los líderes con respecto a
quiénes son el enemigo común, la naturaleza del poder de
Estado y el impacto del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional
y otras instituciones financieras sobre sus seguidores y el proceso de
reforma agraria.
8 La dirigencia tiene
una visión realista de la configuración internacional y
nacional de la estructura de poder y a qué intereses ésta
sirve.
9 Los líderes
del movimiento tienen una visión común de una alternativa
al sistema social que informa sus acciones, que provee entonces las líneas
guías de acción y motiva la organización.
10 Los líderes
tienen el elán y la mística para lograr cambios
en el futuro, que les provee de motivación para sostener la acción
en tiempos de represión y oposición por parte de imponentes
adversarios.
Resumiendo, nuestro perfil
de un liderazgo exitoso de grupo se basa en una profundamente enraizada
dirigencia cuyos orígenes sociales son aproximadamente los del
cuerpo a organizar, esto es, quienes tienen vínculos orgánicos
con la base social del movimiento; quienes han logrado una mayor educación
que la norma, están directamente metidos en las luchas prácticas
que atraen sostenedores y son independientes de otras organizaciones políticas.
Estos líderes tienen una visión política unificada
sobre el futuro y tienen una visión positiva de la eficacia de
sus acciones y están muy motivados con respecto al triunfo futuro.
La antítesis de este perfil positivo de líderes exitosos
podría ser la de líderes provenientes de clases sociales
que son distantes de la base social a organizar (siendo parte de la elite
rural o profesionales urbanos) o quienes son de la misma clase pero escasamente
educados, atraídos hacia la organización por puras razones
ideológicas más que por razones pragmáticas, remotos
de las acciones emprendidas (líderes arrellanados en los cuarteles
centrales) y confiados en los procesos electorales para las soluciones.
Los líderes que tienen ilusiones acerca de las concesiones y reformas
desde los regímenes establecidos o desde los donantes internacionales
es probable que carezcan de visión e iniciativa y que desencaucen
la organización con falsas expectativas que tienden a generar divisiones
internas, conflictos ideológicos y desmoralización política,
un sentimiento de ausencia de alternativas.
Diez hipótesis y
los líderes del MST: Discusión de los datos
Hipotesis 1.
Una de las más sorprendentes características del MST
es la alta proporción de líderes que tienen duraderos vínculos
con los pobres rurales, la base social del movimiento. Cerca de dos tercios
(65.8 por ciento) son hijos e hijas de campesinos, pequeños chacareros
o trabajadores rurales sin tierras. Sólo el 9.4 por ciento proviene
de familias de grandes o medianos propietarios de tierras. La mayoría
de los líderes del MST (79 por ciento) son ellos mismos y provienen
de familias de pequeños chacareros, miembros de cooperativas o
trabajadores sin tierras. Es claro que los líderes del MST tienen
profundas y continuas raíces en el campo. Es bien conocido que
líderes que comparten las mismas condiciones materiales que sus
seguidores emprendan más probablemente luchas que se relacionen
con sus intereses comunes, en oposición a los burócratas
arrellanados en jerarquías que tienden a focalizarse y defender
sus propias posiciones privilegiadas.
Hipotesis 2.
Movimientos exitosos de las clases populares requieren líderes
que están bien entrenados y que son capaces de articular y formular
estrategias y diagnosticar las situaciones sociales. En muchas situaciones,
los movimientos tienen líderes bien educados provenientes de la
clase profesional o líderes de base que les falta educación.
El MST posee líderes de las clases populares que están altamente
educados. Más de la mitad de los líderes tienen una educación
possecundaria (sea en escuelas técnicas o universidad).
Además, otro tercio (27.9 por ciento) ha completado o ha cursado
estudios universitarios y sólo el 12 por ciento no ha ido nunca
a la escuela o no ha terminado la escuela primaria completa. El MST ha
invertido una gran proporción de su presupuesto en educación
y ha desarrollado vínculos con universidades que les proveen de
cursos de extensión para líderes y activistas. Las líderes
mujeres del MST estánparticularmente bien educadas, 56 por ciento
tienen una educación universitaria en comparación al 23
por ciento de los hombres. Está claro que el MST tiene un cuadro
de líderes con la educación formal y la experiencia de clase
para desarrollar exitosas campañas nacionales de organización.
Hipotesis 3.
Uno de los azotes perennes de los movimientos populares en América
latina es el sectarismo político que los divide. Dado que muchos
de los líderes vienen de partidos políticos cuyo propósito
principal es usar los movimientos para construir sus partidos, los movimientos
han sido canibalizados e inmovilizados frecuentemente. En contraste, el
MST es un movimiento socio-político autónomo que mantiene
relaciones fraternales con otros partidos pero retiene su independencia.
La mayoría de los líderes se han reunido a través
de la participación en las ocupaciones de tierras organizadas por
el MST y/o a través de la asistencia a encuestas y discusiones.
Habiendo logrado el conocimiento del movimiento a través del contacto
directo con sus actividades y no a través de intermediarios
del partido, su formación ideológica y la práctica
es esencialmente un resultado de su interacción en el movimiento.
Esto se manifiesta en sus actitudes políticas: amplias mayorías,
en un arco del 65 al 100 por ciento, acuerdan en las principales temáticas
del día: el rol negativo del régimen de Fernando Cardoso
en cuanto a la realización de la reforma agraria, el impacto negativo
de las políticas diseñadas y esponsorizadas por el FMI y
el Banco Mundial. Este consenso dentro de la organización permite
al Movimiento abocarse a la construcción de sostén afuera
y canalizar la energía en organizar y movilizar la acción
directa.
Hipotesis 4.
La mayoría de las organizaciones políticas que reclutan
sus miembros sobre la base de polémicas ideológicas tienden
a crear revolucionarios de sillón dados a abstractas
teorizaciones y a descubrir diferencias ideológicas, puristas muy
ideologizados, divorciados del lenguaje y de los intereses de la gente.
Como la mayoría de los
líderes se juntan a través de la participación en
las ocupaciones de tierras y a través de encuentros públicos,
su atracción con respecto al Movimiento se basa en las victorias
al resolver problemas prácticos, incluso los propios. Una mayoría
de los líderes (69 por ciento) ha participado en diez o más
ocupaciones de tierras.
Más de los dos tercios cree que las ocupaciones de tierras son
el camino más efectivo para lograr la reforma agraria. Mientras
el MST enfatiza la educación política constante en el contexto
de la resolución práctica de problemas es más probable
que reclute hacedores más que ideólogos.
Hipotesis 5.
Los líderes del MST no emprenden acciones exitosas para luego
descansar sobre los laureles. Están en acción continua.
A despecho de su relativa juventud (el 88 por ciento está por debajo
de los cuarenta años y más de un tercio en los veinte) muchos
han participado en múltiples ocupaciones de tierras. Frecuentemente
las ocupaciones de tierras son experiencias prolongadas durante las cuales
los ocupantes son organizados para administrar el asentamiento, negociar
con el gobierno y presionar para una resolución favorable. A través
de estas múltiples y variadas experiencias, los líderes
del MST han desarrollado un sentido común para resolver muchas
ocupaciones en modo tal de beneficiar a sus miembros constitutivos y sus
seguidores, los trabajadores sin tierra.
La continuidad de este tipo de líderes con experiencia acumulada
en la resolución de problemas se presenta como un factor clave
en el éxito del MST.
Hipotesis 6.
A diferencia de líderes de movimientos en otros contextos
(particularmente el caso de los ex guerrilleros en América Central),
los líderes del MST tienen una saludable desconfianza de los procesos
electorales y de los políticos. Han visto muchos líderes
populares entrar al Parlamento y abandonar la lucha. Han visto también
el éxito que ellos han obtenido vía la acción directa.
En términos de su propio reclutamiento y en términos de
evaluar la mejor estrategia para lograr la reforma agraria más
de los dos tercios favorecen la ocupación de tierras sobre el proceso
electoral (70 por ciento). Una minoría significativa (23 por ciento)
cree que una combinación de acción directa y campañas
electorales es la mejor ruta al cambio social. Un solo líder prioriza
el camino electoral hacia el cambio social y el desarrollo. En este contexto
el MST apoya a los políticos progresistas que apoyen su programa
(principalmente a los del Partido de los Trabajadores) pero siempre desde
una posición de autonomía de su movimiento social, no suspenden
la ocupación de tierras durante las campañas electorales.
Hipotesis 7.
Los líderes del MST manifiestan un alto nivel de consenso
con respecto a sus adversarios y a la naturaleza del poder del Estado:
el 75 por ciento percibe al régimen de Cardoso como completamente
opuesto a la reforma agraria; más de los dos tercios ve al gobierno
y a los latifundistas actuando concertadamente contra la reforma agraria;
más del 75 por ciento percibe un aumento de la represión
durante los años de la presidencia de Cardoso; hay un acuerdo unánime
que los programas de ajuste estructural del Banco Mundial y del FMI están
diseñados según los intereses de los ricos como también
que las grandes corporaciones dominan la economía. Su impacto en
las clases productivas y trabajadoras del Brasil es percibido como muy
negativo. Específicamente en este tema el 90 por ciento piensa
que las políticas del FMI y del Banco Mundial benefician ampliamente
al extranjero a los brasileños ricos; el 94 por ciento cree en
referencia a las corporaciones transnacionales, a la inversión
directa extranjera y a las políticas mandadas por el FMI y el Banco
Mundial y al impacto de EE.UU. sobre Brasil que son totalmente negativas;
casi los dos tercios seorientan hacia alguna forma de socialismo y en
este aspecto el 84 por ciento son optimistas respecto del futuro.
Hipotesis 8.
A diferencia de los líderes ex guerrilleros de América
Central, los líderes del MST no tienen ilusiones acerca de la configuración
internacional del poder. Ellos claramente comprenden la naturaleza imperial
de la política y los intereses de EE.UU.; son hostiles a las instituciones
financieras internacionales y tienen una clara comprensión de los
alineamientos de clase organizados contra ellos. Por consiguiente, están
generalmente resueltos a movilizarse por lograr apoyo interno más
que apelar a organizaciones de afuera para apoyo o a condicionar su acción
para acomodarla a los intereses y demandas de tales organizaciones.
Hipotesis 9.
Muchos de los partidos de izquierda, especialmente aunque no sólo,
en América Central se han adaptado a las realidades neoliberales,
despojándose de sus antiguas visiones socialistas. Esto explica
en parte su divorcio de las luchas de masa y su pragmatismo electoral.
En contraste los líderes del MST y sus acciones continúan
en ser guiadas por una visión de una sociedad igualitaria, participativa,
basada en las realidades brasileñas. A diferencia de la situación
de América Central su visión socialista rechaza el modelo
soviético y no fue afectada por la caída de la Unión
Soviética y por el presente colapso del socialismo existente.
Hipotesis 10.
A diferencia de los líderes de partidos de movimientos de
izquierda, quienes son cínicos acerca del cambio en gran escala
y pesimistas sobre el socialismo, los líderes del MST manifiestan
un alto grado de optimismo (84 por ciento) basado en sus propias prácticas
y éxitos como también en la fe de la justicia de su causa.
La clase como factor dinámico
en la organización y el liderazgo político
A pesar de la propensión reciente de los analistas sociólogos
armados de una sensibilidad posmoderna para descuidar si no ignorar el
factor clase en los movimientos sociales, a saber, la objetividad y subjetividad
de las condiciones de clase, hay una pequeña cuestión acerca
de la centralidad de la clase con respecto a la base social de los más
significativos y dinámicos movimientos socio-políticos en
América latina (Veltmeyer, 2000; Petras # Veltmeyer, 2001). Pero
cuando se trata el liderazgo, las cuestiones que tratan el concepto de
clase están más empañadas. Varios movimientos socio-políticos
de campesinos y trabajadores en la región extraen sus líderes
de las clases medias urbanas, particularmente suestrato intelectual. No
obstante, en el caso del MST, el movimiento es tanto liderado como socialmente
compuesto por campesinos; la clase es un factor central en el liderazgo
como también en la base social del movimiento.
Con respecto a este factor, nuestra investigación sugiere que las
consideraciones y principios de análisis de clase establecidos
por Marx y generalmente usados por los marxistas se aplican: la dinámica
del cambio social se basa en la dialéctica entre lo objetivo y
lo subjetivo, entre la objetividad de las condiciones estructurales compartidas
por los líderes del MST y sus miembros y la correspondiente subjetividad
de la conciencia compartida de estas condiciones. Los líderes del
MST exhiben un alto grado de conciencia de clase de las condiciones socialmente
compartidas generadas por la estructura económica de la sociedad
brasileña. Las movilizaciones y acciones directas comprendidas
por el Movimiento reflejan claramente esta conciencia de clase como también
los orígenes de clase de estos líderes. Las respuestas a
nuestra encuesta dadas por los líderes del MST establecían
claramente la centralidad de la clase como factor dinámico para
la organización social del Movimiento y para las luchas emprendidas,
como también la conciencia subjetiva de los líderes y activistas.
CONCLUSION
La ruina de muchos movimientos populares es el fenómeno del
hijo pródigo: líderes que reniegan de su clase
y se identifican con las clases bajas, pero que luego de obtener éxito
retornan a su clase de origen, descarrilando así las acciones colectivas
en dirección de un cambio social fundamental y sostenido. Provenientes
en su gran mayoría de la clase de trabajadores sin tierra en el
sector rural, los líderes del MST no han mostrado propensión
hacia el acomodamiento del statu quo como un medio de armar su propio
nido.
En el tiempo transcurrido la
organización ha crecido, y se ha institucionalizado en un cierto
grado, y tiene las oficinas de la central nacional en un edificio de dos
pisos en San Pablo, como también una red de profesionales contables
y agrónomos, aunque aún depende fuertemente de la acción
voluntaria de abogados y sobre todo de sus propios miembros para llevar
a cabo sus operaciones diarias. Institucionalización sin burocratización
parece funcionar bien proveyendo regularidad y orden mientras se sostiene
un estilo innovativo y descentralizado de liderazgo que es receptiva y
responsable ante los afiliados. Podría decirse que la pequeña
diferencia material que separa los líderes del vértice de
los miembros del llano es un factor crítico en el éxito
del MST. Igualdad en las condiciones materiales, una similaridad de origen
social y perspectivas sociales compartidas construyen compromisos durables
y luchas sostenidas.
Las ocupaciones de tierras
son un elemento clave en la estrategia del MST para realizar la reforma
agraria. El éxito de esta estrategia se basa en la participación
democrática de la masa de beneficiarios en la planificación,
organización y ejecución de las ocupaciones y en la resistencia
a la represión por guardias armados locales y la policíamilitarizada.
La importancia de la estrategia de la ocupación de tierras en el
pensamiento y las acciones de los líderes del MST está estrechamente
ligada al estilo participativo del cambio social practicado por el Movimiento.
La centralidad del Movimiento
en las vidas, creencias y prácticas de los líderes es un
factor crucial en la creación de un alto grado de cohesión
que sostiene sus actividades. El Movimiento es la organización
social, política y económica para desarrollar actividad.
No hay separación entre partido, sindicato
y empresa con lealtades paralelas y competitivas como sucede
en la mayoría de los países latinoamericanos. Un movimiento
socio-político unificado y combinado provee práctica social
y dirección ideológica, evitando entonces los típicos
problemas de los movimientos sociales dependientes de los partidos políticos
y sujetos a sus agendas separadas. A través de los años,
hemos encontrado innumerables quejas de los activistas de haber sido usados
y manipulados por sus líderes políticos o guerrilleros,
las metas prácticas y esenciales de la organización sacrificados
en pos de supuestos más altos fines. De todos modos, la auto-referencia
mantenida por los líderes del MST ha garantizado que el fundamental
tema de interés de su gente la reforma agraria ha permanecido
en primer plano en sus programas, luchas y negociaciones con las autoridades
políticas.
En conclusión, y éste
es el punto teorético de nuestro análisis, el liderazgo
exitoso tiende a coincidir con igualdad material en el seno de la organización,
solidaridad social como una estrategia alcanzada y democracia participativa
en la realización de las metas organizativas. El hecho que no existe
una separación entre las metas del movimiento y la práctica
diaria significa que el cinismo y el pesimismo no echan raíces;
la coincidencia de las realidades cotidianas y el idealismo alimentan
el optimismo, la fe y la creencia que la gente puede cambiar el mundo
y que éste cambio puede beneficiar al pueblo.
Traducción: María
Luján Leiva.
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