Voy a comenzar
por lo que debe ser la conclusión de este artículo, respondiendo
esta pregunta: ¿Tiene salida la actual situación económica
argentina? Claro que sí. No sólo hay salida, sino que es
posible instrumentarla rápidamente y de ella lograr resultados
que en muy poco tiempo reviertan la actual situación y en adelante
se marche por un camino de crecimiento con desarrollo y justicia social.
Y voy a ampliar o precisar esa misma pregunta: ¿Tiene salida la
actual situación económica argentina con la conducción
de los actuales dirigentes? Claro que no. Es más que evidente que
los dirigentes políticos, tanto del oficialismo como
los de la oposición constituyen hoy un verdadero partido
único que sólo se esfuerza en cumplir (e incluso superar)
las exigencias de los organismos financieros internacionales, representantes
de los países imperialistas y de sus socios locales, que han saqueado,
saquean y continuarán saqueando al país en la medida en
que continúan y continúen contando con la complicidad de
esos políticos, economistas, profesionales, militares, publicistas,
intelectuales, periodistas y empresarios, jauría de cipayos cuyas
nefastas actuaciones y acciones en contra de la Nación y a favor
de sus enemigos merecerían el cargo de alta traición
a la patria.
Habiendo dado respuesta a esas dos preguntas, la acotada y la ampliada,
se puede afirmar que el país tiene salida, sí, pero que
de ninguna manera podemos pensar que esa salida va a venir de la mano
de los que lo destruyeron.
No de la mano de los que lo hipotecaron generando la gran estafa de la
deuda externa al convertir la deuda privada en pública.
No de la mano de los que desmantelaron el Estado ineficiente,
rematando el sacrificio de decenas de años de generaciones de argentinos
por precio vil, a través de privatizaciones fraudulentas, que les
permitió a los privados obtener suculentas ganancias que supieron
compartir con los políticos y funcionarios corruptos,
a los que, simultáneamente, los formadores del pensamiento único,
los medios de comunicación monopólicos, mostraban como prototipos
de los hombres exitosos del modelo.
No de la mano de los que eliminaron la moneda nacional mediante la ley
de Convertibilidad, que puso al país de rodillas ante el mundo
entero, que generó más desocupación y miseria, que
fomentó el endeudamiento externo y el quiebre de la empresa nacional,
y que chantajea y asusta a los miles de deudores en dólares, obligándolos
a convertirse en activos defensores de una medida que los condiciona y
empobrece.
Y no de la mano de los que sólo proponen ajustes tras ajustes,
en detrimento de los sectores más indefensos de la sociedad, que
además de marginar reprimen; que han concretado la entrega más
vergonzosa e indigna de nuestra historia por conseguir algunos millones
que ni siquiera ingresan al país; de la de los que ahora aplican
el déficit cero, es decir, cero educación, cero
salud, cero cultura, cero en deportes, cero alimentación, pero
a la vez entregan más remesas a los monopolios, y pagan más
intereses por la deuda.
No podemos reincidir en torpeza, en pensar que los responsables de este
gigantesco crimen pueden ser los que van a solucionar la crisis. Simplemente
la van a agravar, pues para eso están, ésa es su misión
aunquedigan lo contrario y es un trabajo que hacen con espantosa eficiencia.
Eficiencia que el establishment recompensa, por eso habitualmente no hay
desocupados en ese grupo, por eso el Banco Mundial recompensa
a Machinea, lo gratifica con un contrato de 15 mil dólares mensuales,
no por lo que va a hacer, sino por lo que hizo.
Tampoco podemos volver a comprar las estrategias de los opositores
al modelo, que hablan en contra del mismo mientras contribuyen a
su consolidación. Entre esos opositores encontramos
nuevamente al Alfonsín de las Felices Pascuas, del
punto final y la obediencia debida y del abandono anticipado del gobierno;
encontramos al Menem 2003 del salariazo, del indulto, de la
frivolidad y de las nuevas mafias; encontramos al Alvarez de una
nueva forma de hacer política cuya mayor acción fue
recomendar, antes de rajar, al Cavallo perenne, para que nos salve de
la crisis que él mismo había conducido; encontramos al Ruckauf
de los decretos de exterminio que dejó 30 mil desaparecidos y de
la mano dura que segó la vida de cientos de ciudadanos
inocentes, la mayoría de menos de 25 años, y de las zapatillas
firmadas y de los patacones; encontramos a Duhalde, ladero de primera
hora de Menem, que dejó a la provincia, donde continuó privatizando,
quebrada, con un enorme crecimiento de la desocupación, marginación
y miseria de sus habitantes mientras manifestaba luchar por los
pobres; encontramos a Terragno que fue el ideólogo de las
privatizaciones, aunque más racionales e inteligentes
y encontramos a muchos otros que ahora vuelven a ofrecer alternativas
mientras fueron las piezas fundamentales de este oprobioso sistema capitalista,
piezas que posibilitaron la consolidación del despojo y la impunidad
en nuestra patria.
Ni los que ejecutan desde el gobierno los planes de los grandes grupos
financieros del capital transnacional, ni los que dicen ser oposición
y vuelven a hablar de un capitalismo más justo nos van a salvar.
Nos van a exterminar en el real sentido de la palabra. Por lo tanto es
necesario conformar un gran movimiento político y social, un verdadero
y gigantesco acuerdo nacional, donde se excluyan a esos responsables del
genocidio físico económico y social y a sus cómplices.
Un gran movimiento que unifique a millones de voluntades para lograr la
fuerza necesaria que garantice el éxito de las medidas, medidas
que existen y que hay que tomar para revertir la crisis y provocar el
crecimiento social de nuestra patria.
Se trata de aglutinar, tras un proyecto de país real, al conjunto
de las fuerzas políticas y sociales no comprometidas con el despojo
y la traición. Se trata de proyectar a los pequeños partidos
progresistas y de izquierda a cumplir un rol más protagónico
exigiéndoles, a la vez, una mayor madurez política que los
obligue a desprenderse del sectarismo y la soberbia que los condicionan.
Y se trata, a la vez, de generar otro tipo de relación política,
otra forma de democracia, solidaria y colectiva, donde la participación
de cada uno de nosotros sea protagónica, donde cada uno de los
dirigentes por nosotros designados sean exigidos y controlados, e inmediatamente
removidos si se apartan del mandato popular otorgado. Participación
activa y masiva, unidad en la acción y vigilancia permanente a
los compromisos asumidos, constituyen una de las condiciones básicas
que garantizarán y harán posible el cambio.
También debemos saber en qué país vivimos, cuáles
son los recursos que contamos para efectuar la gran transformación
social, qué debemos respetar y qué no debemos respetar,
a quién vamos a beneficiar y a quiénes debemos hacerles
pagar los costos. El genocidio, el despojo y el festín de los banqueros
y sus aliados no deben salirles gratis.
EL PAIS QUE
TENEMOS
Existen dos criterios para computar el PBI de un país: el
método de tipo de cambio corriente utilizado por el Banco Mundial,
que no refleja necesariamente el nivel de los precios relativos a los
diferentes países, produciéndose distorsiones considerables
como la de valuar una tonelada de arroz en Japón siete veces más
que la misma tonelada de arroz en Tailandia; y el método de PBI
real, desarrollado por instituciones internacionales (ONU) que calculan
el PBI de un país a Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), lo que
lo hace más realista y comparativo: en ese caso una tonelada de
arroz producida en Japón, en Tailandia o donde se cultive, se valúa
al mismo precio. Esa metodología, la del PBI a PPA será
la utilizada en este análisis.
Se determinó que el PBI a PPA de la Argentina fue, para el año
2000, de 380 mil millones de pesos (380.000.000.000), para una población
promedio total de dicho año de 37 millones de personas.
Ello significa que a cada persona se le asigna un PBI per cápita
de 10.270 dólares anuales. O lo que es lo mismo: 856 dólares
mensuales por habitante.
Si el reparto o distribución de la riqueza se hiciese de manera
igualitaria, ello significaría que cada familia tipo,
es decir matrimonio y dos hijos, recibiría hoy, como ingreso promedio,
3424 dólares mensuales.
Pero todos sabemos que el per cápita es sólo
un dato estadístico, y como tal hay que tomarlo. No obstante, el
hecho de que a cada argentino (desde el recién nacido hasta al
más anciano) le corresponda un ingreso de 856 dólares mensuales
indica algo muy importante, diríamos que muy fundamental: recursos
existen, pero están vergonzosamente distribuidos.
Y es también importante el dato, pues un país rico con una
enorme parte de la población en la miseria y sin futuro, sólo
puede ser consecuencia de la aplicación de políticas nefastas
al servicio de pequeñas minorías privilegiadas, antinacionales
y al servicio de los monopolios financieros internacionales.
Y no hay que perder la memoria: desde Martínez de Hoz en adelante,
es decir desde los planificadores del genocidio ejecutado por los militares
traidores al espíritu sanmartiniano y a su patria, hasta los demócratas
del alfonsinismo que los protegió, del menemismo corrupto prolongado
por el Pacto de Olivos y ahora por la Alianza para el desastre,
y todos con el mismo asesor siempre presente, el Cavallo de Troya, contribuyeron
con especial ahínco, fervor y sadismo a la destrucción de
la Nación argentina y de sus habitantes.
Ya podemos confirmar la primera conclusión: nuestro país
es un país rico dominado por un grupo de inmorales al servicio
del gran capital financiero, que ejecuta políticas que concentran
la riqueza descaradamente a favor de esos grupos minoritarios obligando
a convivir en la miseria y en la marginación a millones de ciudadanos.
27,5 veces más percibe de ingresos el 10 por ciento más
rico con relación al 10 por ciento más pobre en la Argentina.
Es la base de la inmoralidad que mencionábamos recién. Es
la prueba de la injusticia y una de las deformaciones que debemos erradicar.
No se puede siquiera pensar que nuestros problemas pueden contar con alguna
solución si no se corrige esta tremenda desproporción, superior
a la de Haití, en la apropiación de la riqueza.
Detengámonos unos minutos en observar lo siguiente: si los ingresos
se distribuyeran proporcionalmente, a cada argentino le correspondería
10.270 dólares por año. La contundente realidad muestra
que, a mayo del 2001 la riqueza se distribuía de manera muy distinta.
Ello significa que, dividida la población argentina en 10 partes
iguales (deciles), los mismos reciben anualmente, de menor a mayor, los
siguientes ingresos: 1335; 2772; 3902; 4929; 6162; 7702; 9551; 12.426;
17.150 y36.767. Esa es la riqueza que debemos redistribuir. Plantearnos
como objetivo lograr que el 10 por ciento más rico no perciba más
de 4 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre.
De esa manera, los ingresos anuales por habitante quedarían distribuidos
así: el de 1335 pasaría a 4108; el de 2772 a 6162; el de
3902 a 7189; el de 4929 a 8216; el de 6162 a 9243; el de 7702 a 10.784;
el de 9551 a 12.324 y el de 12.426 a 13.864. Llegamos aquí al 80
por ciento de la población argentina habiendo todos, con una mejor
distribución, incrementado sus ingresos anuales. El hoy 10 por
ciento más pobre crecerá más de tres veces (308 por
ciento). En cambio, el que hoy percibe ingresos por 17.150 los reduciría
a 14.378 y el de más ingreso pasaría, de recibir 36.767
a 16.432. Sólo el 20 por ciento sería parcialmente afectado.
Lograr este objetivo con la actual riqueza anual que se produce, aún
con esta crisis, significaría adjudicar a cada grupo familiar del
sector más pobre, compuesto por 4 personas, ingresos mensuales
del orden de los 1370 pesos (4108 anuales x 4 personas dividido 12 meses).
Esto se logra
aplicando, por parte del nuevo Estado, una política distributiva
del ingreso nacional basada en la aplicación de medidas que garanticen
un salario mínimo vital que cubra las necesidades básicas
actuales; un fondo de desempleo con cobertura de salud que contenga provisoriamente
al desocupado, una política fiscal que recaude de los ricos y no
de los pobres, es decir, que sea tan equitativa como lo es en Suecia o
en Canadá, no como la de Uganda. Una justicia que combata a la
corrupción y no como la actual, que participa alegremente de los
festines de la misma.
Pero esto no es nada más que un paso, la riqueza que se distribuye
dura poco, simultáneamente se debe dar otro que garantice la reactivación
de la economía y su crecimiento con orientación social.
EL MEGAPLAN
No se trata de una ironía ese subtítulo de Megaplan.
En principio, porque revertir la situación de caos, desolación,
destrucción material y espiritual a la que ha sido conducida nuestra
patria, requiere de grandes soluciones. En segundo lugar porque esas grandes
soluciones deben estar encaminadas a resolver los problemas de la mayoría
de los argentinos, que se pueden sintetizar en dos conceptos: trabajo
y bienestar.
Ningún pequeño plan puede resolver esta crisis. Los pequeños
planes podrán resolver algunos aspectos si se los concreta de manera
rápida y eficiente, pero no resuelven la crisis y el más
del 50 por ciento de niños que hoy conviven en la pobreza, la miseria
y la indigencia no pueden esperar recetas de cuentagotas, y menos pueden
esperar nuestros viejos.
Por lo tanto, la propuesta de un plan gigante es lo adecuado, de un plan
que contemple como mínimo, cumplir con los siguientes objetivos
básicos:
- Lograr la reactivación
de la industria en forma masiva e inmediata.
- Disminuir drásticamente la desocupación y el trabajo precario.
- Resolver definitivamente el problema del déficit de la vivienda
en nuestro país.
- Cancelar la deuda pública legítima y sus intereses definitivamente.
- No recurrir nunca más a un préstamo de los organismos
internacionales.
- Alcanzar genuinamente el déficit cero sin recortes
al gasto social ni de salarios.
- Alcanzar genuinamente un superávit en el presupuesto nacional
para crear un fondo social.
- Mejorar considerablemente la situación de los jubilados, de la
salud, de la educación, de la cultura y el deporte.
- Construir obras de infraestructura que estén destinadas a mejorar
la calidad de vida de los ciudadanos.
- Rescatar en papel rector del Estado en la economía y en los grandes
emprendimientos, con activa participación ciudadana en cada una
de las decisiones importantes que hacen a la vida institucional, política,
social, económica y cultural del país.
El plan requiere
cuantiosos recursos que en el país existen. Sólo hay que
resolver tomarlos, para utilizarlos para ese fin. Pues el presupuesto
nacional, sin los recortes, posee un superávit primario cercano
a los seis mil millones de pesos. Y esos son los recursos que ya se pueden
utilizar, más los provenientes de la modificación de toda
la legislación impositiva, cuyos resultados se incorporarán
algo más tarde.
Nuestro presupuesto nacional pasa a ser deficitario cuando se incorporan
los servicios de intereses de la denominada deuda externa.
Al ser éstos de alrededor de 12 mil millones de dólares,
convierte los 6 mil de superávit en 6 mil de déficit. Por
lo tanto el plan contempla renegociar el total de la deuda externa, separando
y reconociendo la legítima de la ilegítima, negociando tasas
no usurarias y plazos adecuados. El fallo del juez Ballestero es una importante
herramienta que permitirá aclarar la legitimidad o no de las distintas
partidas que componen la deuda externa. El plan asume esa renegociación
y contempla y garantiza el pago de la misma con sus intereses con incorporación
de tasas y plazos razonables que no contemplan necesariamente moratorias
ni quitas.
El plan define que esos recursos, esos 6 mil millones anuales, se utilicen
en un solo proyecto: la construcción de viviendas dignas, sólidas
y durables (y toda la infraestructura necesaria), a razón de no
menos de 260 mil unidades por año durante 25 años finalizando
así con el déficit actual de más de 3.500.000 unidades,
más las nuevas necesidades que surjan como consecuencia del crecimiento
de la población durante los próximos 25 años del
plan.
Además de esos recursos, que ya existen, es necesario:
- Que los Estados
nacionales y provinciales provean las tierras públicas necesarias
para la construcción de las viviendas. De no existir tierras públicas
en los lugares aconsejados para la construcción, los Estados deberán
proceder a la expropiación de las mismas compensando al propietario
con tierras en otros lugares o monetariamente.
- Los Estados nacionales, provinciales y los municipios, a través
de personas elegidas por las cámaras de representantes, junto con
las fuerzas vivas de la sociedad, en comisiones honorarias creadas al
efecto, determinarán los espacios donde se construirán los
complejos habitacionales y sus principales características.
- Se constituirá una Comisión Nacional, integrada por profesionales
y alumnos destacados de los últimos años, provenientes de
las facultades de Arquitectura, Ingeniería, Ciencias Económicas,
Derecho y Sociología, que elaborarán los proyectos de vivienda
y las técnicas constructivas a desarrollar por las empresas privadas
o cooperativas, como así también la calidad de los materiales
y el respeto por las características de la población, sus
hábitos, costumbres e historia. Deberá considerar especialmente
que cada vivienda cuente con espacio básico para que sus moradores
puedan utilizar el terreno para producciones caseras. Por lo tanto, cada
predio debería contar con no menos de 10 metros de frente por 40
de fondo (en un país extenso como el nuestro es ridículo
que se construyan edificios de varios pisos en pleno campo. El espacio
de tierra libre, además de mejorar la calidad de vida de sus habitantes,
le permite a los mismos generar parte de sus necesidades de consumo, obteniendo
alimentos básicos e incluso productos de granja. El plan obliga
a que losconstructores, en cada terreno, planten dos árboles útiles
como mínimo). La comisión será responsable de preparar
las licitaciones y sus adjudicaciones. También del control y avance
de las obras. Deberá otorgar prioridad a las empresas del lugar
donde se construya y con mano de obra local. A tales efectos las comisiones
que se formen de acuerdo al punto 2, y que contaran con presencia de sociedades
de fomento, sindicatos de trabajadores y empresas constructoras (fuerzas
vivas) ejercerán un férreo control sobre el desarrollo del
plan.
- Para acceder a la vivienda se requerirán dos únicos requisitos:
no poseer vivienda (o no poseer vivienda digna) y tener trabajo (o ser
jubilado o pensionado). Es necesario aclarar que la puesta en marcha del
plan genera directamente más de 500 mil nuevos puestos de trabajo,
todos en blanco y, lo que es muy importante, con salarios
superiores en casi un 100 por ciento a los actuales de la industria de
la construcción. Además, su efecto expansivo permitirá
el surgimiento de casi un millón de puestos más.
- La suscripción individual a la nueva vivienda se realizará
con el número de CUIL del trabajador y la cuota (cuyo promedio
es en el plan de 200 pesos mensuales) será retenida por el empleador
(o la caja de jubilación correspondiente) que depositará
lo retenido junto con la declaración jurada mensual, formulario
924 con un rubro específico que se describa como Aportes
para el Plan Unificado de Viviendas. De esa manera no hay que crear
ningún organismo burocrático especial.
- Los montos recaudados en ese rubro se depositarán en dos cuentas
del Banco Nación: una, receptora del 85 por ciento de esos montos
se denominará Pago de Servicios y Capital de la Deuda.
Estará destinada al pago de la deuda externa y de sus intereses
en las condiciones en que la misma se renegocie. En este megaplan, lo
depositado en esta cuenta es el total que se le asigna a los acreedores
en pago anual (o mensual) por tal concepto, importe que va creciendo a
medida de que los años transcurran. Dicha recaudación posibilita
el pago del 100 por ciento de la deuda legítima, del 100 por ciento
de los intereses (con tasas acordadas del 4 y 2 por ciento anual). El
15 por ciento restante va a otra cuenta del Banco Nación, denominada
Aportes para el Plan Unificado de Viviendas. Esta cuenta será
administrada por la Comisión Nacional y se aplicará: un
tercio (5 por ciento) a los gastos del proyecto; otro 5 por ciento entre
seguros de vida y montos destinados a subsidios de complemento de pago
de cuotas para aquellos que no pueden acceder al mínimo, hecho
este último que debería estar muy limitado por las medidas
que paralelamente se toman, entre otras, el denominado salario mínimo
vital; y el último 5 por ciento para agregar a los fondos para
ser aplicados a las obras de infraestructura como el FONAVI u otras. Se
construirán así hospitales o salas de primeros auxilios,
colegios, clubes, plazas, caminos, cloacas, tendidos eléctricos,
agua potable, gas, y salas culturales y deportivas.
- La transparencia y honestidad en el proceder deberán constituir
condición sin discusión. Las comisiones velarán por
el cumplimiento de las pautas. Pero una legislación deberá
prever fuertes sanciones para los corruptos que falseen datos o que utilicen
materiales deficientes o que perciban aportes de los empleados y no lo
depositen. Deberán sufrir prisión efectiva, inhabilitación
y expropiación de bienes que permitan recuperar rápidamente
lo malversado.
La reactivación
producida a través de la construcción de viviendas tiene
un gran efecto multiplicador y además desarrolla la actividad de
más de 30 gremios.
A partir de ese plan, las potenciales empresas proveedoras, que hoy operan
a reducida capacidad, pasarán a incorporar más personal
para producir las enormes cantidades de materiales específicos
que el proyectorequiere. Donde existen grandes obras (en este plan existirán
simultáneamente en todo el territorio nacional), comienzan a desarrollarse
y surgir otras actividades, comerciales, de servicios, recreativas, que
generan más y más trabajo.
Recordemos lo siguiente: nuestro país exporta sólo un 8
por ciento de su Producto Bruto Interno. Para poder incrementar las exportaciones
deberían efectuarse inversiones en equipos de la más moderna
tecnología. Esos equipos no sólo son caros sino que no requieren
mano de obra masiva, y a veces no requieren mano de obra simplemente.
Es decir, la exportación es un negocio de pocos que lejos de solucionar
el problema del desempleo, lo agrava. Y además, se trata de sólo
un 8 por ciento, lo que indica que el mercado interno (aún caído)
representa el 92 por ciento de nuestro PBI. Por eso el megaplan apunta
a la construcción de viviendas. Por ser generadoras de empleo masivo,
regional y no altamente especializado y por resolver simultáneamente
un grave problema social que es el de falta de hogares dignos para millones
de argentinos. Desarrollo sí, pero para la gente que lo necesita.
Hasta ahora indicamos la necesidad de distribuir de manera distinta la
riqueza que produce el país, la necesidad de un plan único
de reactivación con crecimiento social y de dónde sacar
los recursos para llevarlo adelante. Y si ello es mucho, no es sin embargo
todo.
RECUPERAR
LA SOBERANIA
Debemos recuperar la soberanía para volver a ser una Nación.
Debemos tener moneda como cualquier país que se precie como tal.
Por lo tanto, debemos salir de la Convertibilidad. Esa nefasta medida
que reemplazó al peso por el dólar es, además, un
gigantesco potencializador de la dependencia.
La Convertibilidad
engendró el dólar barato que genera el ingreso
de mercancía del exterior a precios que en el país no se
pueden lograr. Consecuencia: las fábricas o cierran o dejan de
producir, convirtiéndose en importadoras y distribuidoras del producto
extranjero. De esa manera incrementa la desocupación y la pobreza.
La Convertibilidad, al no permitir disponer de reservas libres ni poder
recurrir a la emisión, hace que el único recurso para equilibrar
las cuentas, las cuentas que sean, sea el de requerir préstamos
del exterior. Así, la deuda externa pasa de 61.334 millones en
1991 a los 160 mil actuales. De esa manera incrementa notablemente la
dependencia y obliga a hacer constantes ajustes que deterioran
la vida de los argentinos. Todo puede reducirse en la Argentina menos
los intereses de la deuda, que crecen y juran honrar, y las
ganancias de los especuladores.
La Convertibilidad nos coloca debajo de los países bananeros. Al
no poder modificar el cambio cuando otros 250 países lo hacen,
pasamos a depender también de los países dependientes. Si
Brasil devalúa su moneda, nosotros temblamos. También si
lo hace Burundi. También si lo hacen Alemania, Francia, Italia,
España o el Reino Unido. No debe sorprendernos que en los EE.UU.
nos coloquen a nivel de Uganda, pese a haber sido tan vergonzosamente
lamebotas de los yanquis.
La Convertibilidad deja como única variable de ajuste al salario
del trabajador, de allí que para ser competitivos se
requiera disminuir constantemente el mismo y sus periféricos (aportes
patronales). De esa manera incrementa la pobreza, la explotación
y la precariedad laboral.
La Convertibilidad genera su propia consolidación. Es tan perversa
que chantajea a los deudores en dólares (la mayoría),
ya que si hay una devaluación, por ejemplo de 1 a 2, la deuda del
tomador de préstamos en dólares pasa a ser el doble. Entonces,
el deudor, se convierte en undefensor a ultranza de la Convertibilidad,
aun cuando percibe o sabe que es nefasta.
Por lo tanto, hay que salir. Devaluar, pasar el dólar a dos pesos,
valor éste que recupera la relación histórica con
nuestro principal cliente, Brasil. Es necesario devaluar y ello no va
a ocasionar incremento del costo de vida, ya que sólo el 7,5 por
ciento del PBI representa las importaciones, que serían las afectadas.
Y la mitad de ellas son productos todo por dos pesos que se
pueden inmediatamente fabricar en el país. Y el otro 50 por ciento
bienes de capital que también se pueden fabricar en el país
en un buen porcentaje, y herramientas y repuestos de esos bienes de capital.
Para el caso de bienes que no se produzcan localmente, un 2 por ciento
del PBI insignificante se puede hacer una política
impositiva especial que compense el precio de la devaluación.
Inflación y devaluación son dos cosas distintas. La inflación
deriva de la emisión descontrolada de papel moneda. La devaluación
nada tiene que ver. Permite responder con una herramienta económica
rápida a las acciones que toman otros países que devalúan
para recuperar presencia en el mercado mundial. Este genial
monje negro de la economía, Cavallo, que de economía nada
sabe, se la pasa asustando a la gente, mintiendo, afirmando que el que
devalúa pasa inmediatamente a sufrir un incremento del costo de
vida y a tener inflación. Y todos los países que últimamente
devaluaron, entre ellos Brasil y todos los ex fenómenos tigres
asiáticos, no sólo no tuvieron inflación sino
redujeron los anteriores índices.
Salir de la Convertibilidad es necesario, y salir sin afectar a la población
es imprescindible. Y es sencillo, en extremo sencillo. Tan fácil
como el haber ingresado a la misma. Por una ley de dos o tres renglones,
que antes de colocar el cambio a dos pesos por dólar obligue, entre
otras medidas, a convertir en pesos todas las deudas en dólares.
De esa manera los casi 3 millones de deudores en dólares no se
verían afectados y los 30 mil acreedores, que han cobrado hasta
ahora intereses usurarios por esos créditos, serían los
relativamente afectados, relativamente pues ya han recuperado gran parte
de lo que pueden perder por una medida como ésta.
Y sobre este punto hay que ser muy claro. La Convertibilidad no puede
mantenerse. Y los deudores en dólares van a ser cada vez más.
Por eso, si no se sale de la misma de esta manera, planificada y ordenadamente,
y protegiendo al deudor, el llamado mercado, es decir el gran
capital financiero transnacional va, en algún momento, que puede
no ser lejano, a hacer explotar la Convertibilidad. En esa
situación, el dólar puede llegar a valer tres
o cuatro pesos y arruinar así, en menos de una semana, a tres millones
de deudores, a eliminar así en menos de un mes a miles de pequeñas
y medianas empresas y comercios endeudadas. Y muchos bancos van a simular
quiebras para no devolver los depósitos. Y otros están reduciendo
ahora los plazos a 8 o 10 años para luego ofrecer al deudor
la alternativa de extender su deuda por la devaluación
a 15 o 20 años. Más miseria, más desocupación
es la salida de la Convertibilidad que van a utilizar esos mercados
para obtener en muy poco tiempo inmensas ganancias. No debemos esperar
que ello suceda.
VOLUNTAD POLITICA
La salida es posible. Revertir esta situación de injusticia
está en nuestras manos. Debe existir voluntad política,
pero no la voluntad política de los políticos traidores,
corruptos, incapaces y cobardes, sino la voluntad política de los
de abajo, de los piqueteros, de los desocupados, de los trabajadores,
de los estudiantes, de los docentes, de los intelectuales que no se han
vendido, de los cooperativistas, de los pequeños y medianos empresarios,
de los campesinos pobres y los quemarchan a serlo, en fin, de ese 80 por
ciento de la población que se va a beneficiar con estos cambios
propuestos.
Cada uno de nosotros debe estar dispuesto a no aceptar más tutelas,
más atropellos, más mentiras, más violaciones, más
falsos mesías y comenzar a confiar en nuestras fuerzas, en lo imbatible
que son si encaramos un proyecto común de manera unitaria, con
democracia auténtica y participativa.
Cuando hablemos de militares miremos a San Martín o Bolívar,
no a Videla o Massera. No podemos comparar los próceres y héroes
de Latinoamérica con los vulgares carniceros al servicio del imperialismo.
Cuando se trate de políticos miremos a Monteagudo, a Moreno, a
Belgrano, a Echeverría, a Juan B. Justo, a Ponce, a Ingenieros,
a Agosti. No podemos comparar los próceres de la Independencia
y sus continuadores con los conversos, con los vulgares ladrones y mafiosos
al servicio del capital financiero internacional como los Laborde, los
Alfonsín, los Menem, los Alvarez, los De la Rúa y ese grupo
de selectos delincuentes mediocres que los rodean.
Socialismo decía el prócer mexicano Benito Juárez
es la tendencia natural a mejorar la condición o el libre desarrollo
de las facultades físicas y morales. La tendencia será mayor,
mientras mayor sea el despotismo y la opresión. En marzo
de 1865 escribía, frente a la traición de los que apoyaban
la intervención extranjera: ...defendemos la independencia
y la dignidad de nuestra Patria y mientras un extranjero intervenga con
sus bayonetas en nuestros negocios y quiera imponernos su voluntad despótica,
como lo intenta Maximiliano, jamás consentiremos en su dominación,
le haremos la guerra a muerte... Nosotros no necesitamos que un extranjero
venga a establecer las reformas en nuestro país; nosotros las hemos
establecido todas sin necesidad de nadie.
Escribe el prócer chileno Bernardo OHiggins en 1824: No
obstante las penosas marchas que he hecho por ardientes arenas, heladas
cordilleras, y a la verdad, una continua serranía de más
de doscientas leguas, sin parar hasta el presente, mi salud está
mejor que nunca, y mis deseos jamás han sido tan grandes de alcanzar
a los enemigos, para que siquiera un solo araucano vea la conclusión
y tenga la parte que alcancen sus débiles esfuerzos en la exterminación
para siempre del yugo español de estas regiones....
Señala el héroe oriental José de Artigas el 28 de
julio de 1814: Yo no soy vendible, ni quiero más premio por
mi empeño que ver libre mi Nación del poderío español;
y cuando mis días terminen en el estruendo del cañón,
dejarán mis brazos la espada que empuñaron para defender
a la patria.... Y en una proclama del 11 de abril de 1811 afirmaba:
Reducido por una reunión de circunstancias a esperarlo todo
sólo de nosotros mismos, la más perfecta unión es
lo que debe caracterizarnos: al penetrante grito de la patria, todos debemos
ser uno y fijándonos solamente a salvarla, nada capaz de arredrarnos
puede presentarse a nuestros ojos.
El prócer cubano José Martí, en 1875, con sólo
22 años, afirmaba: No puede quejarse de la esclavitud quien
no tiende la mano para romper sus hierros: si los sufre, es porque es
digno de sufrirlos. Y agregaba: Al fin, de la esclavitud brotan
los héroes; pero de la infructífera libertad brotan solamente
los inútiles. Buena sombra da a la tierra el árbol vigoroso
de la libertad; mas no la da para que sus hijos duerman descuidadamente
bajo las ramas protectoras: muérese todo árbol sin cuidado
y sin riego, y éste más que otro alguno quiere que sus hombres
constantemente fortifiquen y robustezcan su sabia.
El gran Simón Bolívar afirmaba el 12 de agosto de 1818:
Una sola debe ser la patria de todos los americanos, ya que todos
hemos tenido una perfecta unidad. (...) Cuando el triunfo de las armas
de Venezuela complete la obra de su independencia, o que circunstancias
más favorablesnos permitan comunicaciones más frecuentes
y relaciones más estrechas, nosotros nos apresuraremos, con el
más vivo interés, a entablar, por nuestra parte, el pacto
americano, que, formando de todas nuestras repúblicas un cuerpo
político, presente la América al mundo un aspecto de majestad
y grandeza sin ejemplo en las naciones antiguas. La América así
unida, si el cielo nos concede ese deseado voto, podrá llamarse
la reina de las naciones, y la madre de las repúblicas.
Y nuestro José de San Martín manifestaba en una proclama
de 1820: ...el general San Martín jamás derramará
la sangre de sus compatriotas, y sólo desenvainará la espada
contra los enemigos de la independencia de Sur América (...) yo
no puedo menos que comprometer mi existencia y mi honor por la causa de
mi país; y sea cual fuese mi suerte en la campaña del Perú,
probaré que desde que volví a mi patria, su independencia
ha sido el único pensamiento que me ha ocupado; y que no he tenido
más ambiciones que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio
de los hombres virtuosos.
José de San Martín funda la Logia Lautaro y en su acta constituyente
se lee: Gemía la América bajo la más vergonzosa
y humillante servidumbre, dominada con cetro de hierro por la España
y sus reyes, como es notorio al mundo entero, y lo han observado por tres
siglos, con justa indignación, todas las naciones (...) Las provincias
del Río de la Plata dieron la señal de libertad: se revolucionaron,
han sostenido por diez años su empresa con heroica constancia;
pero desgraciadamente sin sistema, sin combinación y casi sin otro
designio que el que indicaban las circunstancias, los sucesos y los accidentes.
El resultado ha sido haber dado lugar a las querellas de los pueblos,
al extravío de la opinión, al furor de los partidos y los
intereses de la ambición, sin que los verdaderos amigos de la patria
pudiesen oponer a estos gravísimos males otros remedios que su
dolor y confusión (...) caballeros americanos, distinguidos por
la liberalidad de las ideas y por el fervor de su patriótico celo,
trabajen con sistema y plan de la independencia de América y su
felicidad.
Ellos marcaron un rumbo, que hoy sólo Fidel Castro y ahora el presidente
de Venezuela, Chávez, continúan en nuestra América.
Rescatemos nuestra historia chica y grande de luchas e ideales, ya que
con voluntad política, con sacrificio, con solidaridad, con unidad
de acción y conciencia social por el cambio necesario, nuestra
segunda independencia es posible.
(*) Economista,
dramaturgo y docente de la Universidad Madres de Plaza de Mayo.
E-mail: [email protected]
|
Universidad
Popular Madres de Plaza de Mayo
Rectora: Hebe de Bonafini
Director Académico: Vicente Zito Lema |
|
Adquiera el
número 3 de Locas, cultura y utopías en Kiosco12.com
ARGENTINA...¿QUÉ
VA CHA CHE?
LEON
ROZITCHNER: VIOLENCIA Y CONTRAVIOLENCIA / TEATRO DE NORMAN
BRISKI EL POETA CASTELPOGGI. ESCRIBEN: BAYER - MARIN - H.
GONZALEZ - BEINSTEIN - VIÑAS BARCESAT - SCHILLER -
SOARES - BARBARA - GRANDE - RACOSTA - R. ANGEL - AZNAREZ KOHAN
- DESIDERATO - TRAPANI - QUIROGA - MARE - RODRIGUEZ - RIVERA
- KAZI - ZITO LEMA.
|
|
|