No
todo es como parece, Eric
El
estreno Hollywood de la semana es Traffic, de Steven Soderbergh,
con muchas candidaturas para los Oscar y un aura de película
fuerte sobre un tema fuerte: la droga. Bla,
bla, bla... La cosa es que la culpa de todo la tienen los mexicanos.
Encima si la vas a ver porque te llevan, o porque tu novio/a
quiere o porque no hay otra para ver a ese horario, vas
a notar que en EE.UU. es a todo color, y en el pinche México
es un tono amarillento como de desierto infernal. Como para
remarcar las diferencias. Pero, aún así, tiene
algo divertido: ver a Topper Grace, el protagonista de That
70show (Eric Forman, el pibe de la casa en donde casi
todo transcurre), como el niño terrible-drogadicto de
la película.Es que el tal Seth (así se llama)
da rienda suelta a todos sus instintos drogotas y brinda prácticas
clase de preparación de diversas sustancias y desmesurado
consumo. Mirá vos, si se enterara el viejo Red...
El
amor es más fuerte
Bien,
ahí están Eminem y Elton John, posando de una vez por todas
para las cámaras del mundo, probablemente con más olfato marketinero
que intenciones políticas (¡chicos, chicos, sale un single con
el dueto en vivo!). Sucedió el miércoles de la semana pasada
en el Staples Center de Los Angeles, donde el atormentado rapper
se llenó los hondos bolsillos de sus pantalones con cuatro Grammys
que (sumados a los Brit Awards que ganó el lunes –ver Cerrado–)
terminan de acomodarlo en el pedestal de una de las industrias
más poderosas de la Nación más propensa a las cacerías de brujas.
El otro asunto es que, siguiendo la filosofía de tolerancia
de las dos estrellas de la foto, se puede fantasear con uniones
desparejas semejantes. ¿Qué tal Johnny Rotten-Britney Spears,
Ricardo Iorio-Leo García, Keith Richards-Aaron Carter, o Ricky
Espinosa-Alejandro Lerner? Hagan el amor, no la guerra.
Chabones
nipones
Quien
haya visto Hana Bi - Flores de fuego, obra maestra del cine
no occidental de los últimos tiempos, sabe bien quién es Takeshi
Kitano. Y si no, ahí va: es el director japonés más importante
del momento. Pues bien, esperando el inminente estreno de Brother
(su última película), llega a Buenos Aires Kids Return. Son
dos chabones japoneses que se la pasan en la calle, hasta que
entran a un gimnasio de box y ahí cambian sus vidas. Filmada
con esa extraña pero cautivante mezcla de ternura y honestidad
brutal de Kitano, vale la pena. Kids Return (1996) se exhibirá
este fin de semana, sábado y domingo a las 14.30, 17, 19.30
y 22, dentro del ciclo “Cine japonés de los años ‘90” que presenta
siete películas inéditas en el país de otros tantos jóvenes
directores nipones. Entre ellos, este suplemento se permite
recomendar especialmente a Shinobu Yaguchi, cuya peli Mi jardín
secreto (va el sábado 10, domingo 11 y lunes 12 en los mismos
horarios que la de Kitano) exhibe el desparpajo y la creatividad
de un pequeño genio.
Pablo
Molina, un rastaman en Buenos Aires
Que
no se note
MARIANA
ENRIQUEZ
Abed
Nego es un nombre extraído de la Biblia, del Libro de
Daniel. Así se llamaba uno de los tres jóvenes
hebreos que Nabucodonosor eligió como los más
sabios, y que se rebelaron cuando se negaron a arrodillarse
ante un ídolo que el rey había erigido en... Dios.
Nabucodonosor, ante la rebelión, castigó a los
tres hebreos metiéndolos a un horno ardiente. Pero no
se quemaron. Entonces el rey les creyó que ese Dios que
los había salvado de las llamas era el verdadero. Y los
nombró ministros. Pablo Molina, ex Todos Tus Muertos,
eligió el nombre de uno de esos tres hebreos creyentes
para su nueva banda, que acaba de editar un disco titulado inequívocamente
Reggae Classics en Castellano Vol. 1. La idea de traducir canciones
de Bob Marley, Garnett Silk, Dennis Brown, Jacob Miller, Jah
Cure, Barrington Levy y otros clásicos jamaiquinos es
que la gente se entere de lo que dicen los músicos,
que sepan que hay un mensaje de espiritualidad detrás,
y darle un poco de difusión al estilo, que acá
está un poco quedado.
Molina se define como rasta, y trata de vivir como tal, pero
no es un ortodoxo. Visitó dos veces Jamaica, en 1996
con sus amigos Fidel y Amílcar Nadal y en 1998, otra
vez con Fidel. Ahí visitó una comunidad, Bubbo
Ashanti, en la montaña, y convivió con rastas.
No obstante, reconoce que es difícil ser un rasta en
una ciudad como Buenos Aires. Yo necesito comunicarme
con la gente, me gusta relacionarme, y acá hay mucha
cultura de invitar a un asado, a una cerveza. Y yo acepto: si
tengo que comer un asado lo hago, no quiero que la gente sienta
que los desprecio. Por suerte tengo amigos rastas, como Fidel,
con los que nos juntamos a hablar o a orar, y nos mantenemos
firmes y con fe. Se complica, y lo mismo pasa con la hierba,
con la marihuana: yo soy un rasta argentino, y sé que
acá es ilegal tenerla, cultivarla, fumarla. Que la policía
no va a entender que la usás como una hierba que crece
y que es natural. Sé cómo cuidarme, y el consejo
que les doy a quienes la quieren usar es que no se note.
Como todo rasta, reconoce al Emperador Selassie como el Mesías.
Y la gente que se llama rasta y no conoce al Emperador
debería informarse mejor. No se es rasta por tener dreadlocks.
”Conozco
a Herbert. Por el momento no fui a visitarlo, porque creo que
es bueno que pase un tiempo con sus padres, y el resto de su
familia. Cuanto más gente vaya a visitarlo, peor. Ya habrá tiempo
para eso. En estos momentos lo mejor es enviar mensajes positivos
y dejarlo recuperarse en paz.” Igor Cavalera, entrevistado por
el No en pág. 7, y su mensaje para el amigo Vianna. A propósito:
Herbert fue retirado de terapia intensiva y comenzó a comunicarse
con los médicos. Una buena...