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Jueves 15 de Marzo de 2001

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LA VERDADERA HISTORIA DE FUN LOVIN CRIMINALS:
CHICAS, MARIHUANA, BASURA Y MUCHO MAS

¡Qué loco!

He aquí un trío de irish neoyorquinos que se la pasan bien. Si no, mirá el último video que hicieron... Pero más allá de eso, hay mucho por contar de parte de uno de sus miembros-estrella. Celebrando el día de San Patricio, y alzando largos vasos de cerveza negra irlandesa, el No presenta esta aleccionadora entrevista. Aun cuando los roles entrevistado-entrevistador se inviertan.

POR ROQUE CASCIERO

Fast es rápido. No es una definición de un diccionario inglés-español sino la primera impresión telefónica que causa Brian Fast Leiser, el todo terreno de Fun Lovin' Criminals. Una banda de neoyorquinos descendientes de irlandeses que, probado el gustito que tiene hacer música de salón (chequear si no su cover de “I’m not in love”, convertido en hit de televisión gracias a El rayo), se ha convertido en una especie de símbolo de la “buena vida”: noche, cócteles, chicas, placer. Tal como se los puede ver en el video de “Loco”, la canción que da nombre a su nuevo disco. La pasan bien, estos muchachos.
Pero, volviendo a la rapidez. Antes que el No pueda abrir la boca, la voz de Leiser llega a través del teléfono:
–¿De dónde me estás llamando?
De Buenos Aires.
–Uh... Buenos Aires, queremos ir ahí urgente.
–A todos les dirás lo mismo.
–No, no, de verdad. No hace mucho estuvimos con una gente de un programa de televisión, “El rayo”, y la pasamos genial, así que queremos ir a tocar en vivo.
–¿Sabías que aquí el cover que hicieron de “I’m not in love” se hizo muy conocido por ese programa?
–Sí, por esa chica hermosa (Dolores Barreiro).
–Bueno, la canción también tiene lo suyo.
–Seguro, pero la chica es demasiado hermosa y eso debe haber influido más. Bueno, mi amigo, ¿de qué querés que hablemos?
De los Fun Lovin Criminals, por ejemplo, que acaban de publicar su cuarto y muy buen disco (y el segundo al hilo con una palabra castellana como título). El trío comenzó a tomar forma en 1993, en Nueva York. Fast y el baterista Steve Borovini tocaban juntos en una banda tecno, pero cuando apareció el carismático cantante y guitarrista Hugh Huey Morgan el proyecto fue por nuevos rumbos. “Fue amor-odio a primera vista”, recuerda Fast. “Nos presentó un tipo inglés, en la discoteca Limelight. Siempre insistía en que Huey y yo debíamos hacer música juntos. Esa noche nos tomamos unos tragos, charlamos, fumamos un par de porros y a la semana ya teníamos tres o cuatro canciones compuestas. Todo fue muy natural.”
Desde su primer disco, Come find yourself, los Fun Lovin Criminals se caracterizaron por su ensalada de ritmos, en la que caben desde el punk hasta el lounge, con rap, funk, R&B y destellos latinos en el medio. Una mezcla que sólo podía haber salido de un lugar cosmopolita como Nueva York, según Fast. “Si hubiéramos sido londinenses, habríamos sonado diferente. Es una influencia muy grande vivir en esta ciudad y especialmente haber crecido en ella, con su choque de culturas, con tanta gente distinta rodeándote y con tanta música para escuchar.”
–Algunas letras de FLC parecen pequeñas películas sobre el lado oscuro de Nueva York.
–Eso es porque nos gusta que las canciones relaten pequeñas historias, que tengan algún elemento visual aunque, lógicamente, la música no se ve. En nuestros temas hay gangsters, chicas, drogas, gente pesada. Y todo eso podés encontrarlo en cualquier esquina de Nueva York. Salís a dar una vuelta con tu bicicleta y te encontrás con eso. (Hace una pausa.) Decime, ¿en Buenos Aires tienen buena marihuana?
–...
–Te lo pregunto porque en algunos lugares hay leyes más jodidas si te querés fumar un porro, entonces cuesta más conseguir de buena calidad. Salvo en Amsterdam o en Jamaica, no hay ningún lugar donde puedas prender uno en una avenida principal sin ir preso. Y supongo que será igual en la Argentina. Sólo espero que los dealers estén avisados para cuando vayamos.
–Hay varias de sus canciones que hablan de vender drogas. ¿Alguna vez fueron dealers?
–Bueno, las canciones hablan sobre distintos personajes, no son sólo sobre nosotros. Además, un tema así no es algo que sea muy recomendable para hablar por teléfono. Puedo decir que todos tenemos un pasado y que nosotros hemos exorcizado nuestros demonios a través de la música.
–¿Hay alguna conexión directa entre la marihuana y la música de FLC, tal como existe con el reggae?
–Podría decirse que sí, porque hay canciones nuestras que son bailables y todo eso, pero también tienen un groove más lento, más relajado. Creo que todo lo que te rodea tiene influencia sobre tu música. Y con respecto al reggae, es una música que no nos sale tan bien como quisiéramos. Aunque ahora hicimos un remix de Sade en clave reggae y nos quedó muy bien.
–¿También hay influencias latinas en su música?
–Huey y Mackie (Maxwell Jayson, el nuevo baterista) son mitad puertorriqueños, así que ellos son quienes más introdujeron esa influencia. Ellos se criaron durante los ‘70, cuando hubo una gran invasión de música latina en los Estados Unidos. Igual, a los tres nos gusta escuchar toda clase de música. Por supuesto que no hablo de Ricky Martin o de Jennifer Lopez sino de material más viejo. Willie Colón, por ejemplo. Creo que con ese nombre lo dije todo: ¡Willie Colón!
–En el video de “Loco”, como en algún otro anterior, se la pasan rodeados de chicas hermosas, tomando tragos. ¿Son tan fiesteros como parecen?
–En realidad, es la primera vez que hacemos un video rodeados de chicas.
–Bueno, el de “Love Unlimited” (de 100% Colombian, segundo disco)...
–Ahí había chicas, pero era más como una fiesta nocturna en la que nosotros tocábamos. Para el video de “Loco” nos dijimos: “Vamos a alquilar un barco y dedicarnos a pasarla bien, en lugar de levantarnos temprano para filmar”. Y realmente acertamos, porque a todos les gusta ver chicas bailando en bikini y nosotros la pasamos bárbaro. Al final, hacer ese video se convirtió en uno de los mejores momentos de nuestras vidas.
–En ese sentido sorprende la canción “Half a block”, porque tiene un tono espiritual que hasta ahora no habían mostrado. ¿Es así?
–Bueno, las letras son el terreno de Huey, yo me dedico más a la música. Pero es verdad, Huey ha pasado por muchas cosas e incluso ya hace más de ocho años que estamos con la banda, así que ha hecho una especie de balance y una búsqueda de elementos más trascendentes.
–En un momento se dijo que Steve, el baterista de los comienzos, dejó la banda, enloqueció y se fue a Perú. ¿Es verdad?
–No sé, pero me encanta escuchar rumores sobre él. En realidad, estaba enamorado de una mujer irlandesa y quería estar con ella en lugar de andar dando vueltas por el mundo con nosotros, eso es todo. No tengo idea de dónde está, hace dos años que no lo veo, así que estar hablando sobre él me parece extraño, como cuando uno habla de una ex novia.
–¿Es cierto que tienen una compañía de recolección de basura, la Difontaine Carting & Asbestos Remolval Co?
–Claro, pero la tenemos desde antes de armar la banda. Por suerte, la gente todavía necesita deshacerse de su basura. Y ahí estamos nosotros para hacerlo. Llevamos mucho tiempo haciéndolo. Poner el logo de la compañía en todos nuestros discos es un homenaje a ese trabajo que nos ha dado de comer.