La
alianza fútbol y rock al poder, de la mano de Matías Martin
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Es
la hora,
es
la
hora
...
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Esa
cultura popular emergente que canta estribillos en las tribunas
y grita solos de guitarra como goles parece tomar más y más protagonismo
en el plástico mundo de la televisión. En el pelotón de punta, aparece
el pibe de Fugitivos como resumen certero de un estado de ebullición
y cambio.
TEXTOS
ESTEBAN PINTOS
FOTOS NORA LEZANO
Debe
ser fácil poner la cara delante de unos... dos millones de
personas cada viernes a la noche, en vivo y en directo por televisión
abierta de alcance nacional (Telefé-un-sentimiento, eso dicen).
Tanto como subirse y conducir la montaña rusa virtual de
un programa que combina picaresca criolla (los dos culos mellizos
más impresionantes de la pantalla chica), dinero en juego,
seres humanos dispuestos a ser golpeados, mojados o rasguñados
en el mejor de los casos (por dinero), chicanas futboleras, otros
seres humanos cumpliendo misiones que combinan cierto
morbo y mucha caradurez, una tribuna diseñada cual video
Are you gonna go my way de Lenny Kravitz, llame ya-llame
ya, vote y gaste 3 pesos más IVA y una frase pronunciada
por el maestro de ceremonias de turno, lanzada a los millones de
aparatos encendidos en sincro. Y vos de qué lado estás,
bla, bla... Y Rebel, rebel, de Bowie, sonando al palo
durante dos horas. Una combinación posible entre los juegos
de Telematch (ese programa alemán de enfrentamientos entre
las comunidades de, por ejemplo, Baden-Baden y Gelserkinchen), el
espíritu de vestuario masculino de Videomatch, participantes
en plan Domingos para la juventud aunque algo creciditos para la
secundaria y el tono exaltado de la FM Rock and Pop, en el conductor
y en el público presente que hace de público presente.
Telefé se encuentra con TyC Sports. Eso es Fugitivos, el
programa de los dos millones de espectadores por semana, el programa
en el que debe ser fácil poner la caripela cada semana.
Debe ser
fácil porque arbitrariedad en la presunción
a la distancia, nomás a Matías Martin le resulta
fácil. O natural, más bien. O porque se lo toma con
calma, mejor. Matías tiene 30 años, un hijo llamado
Luca (adivinen por quién), un dolor de separación
reciente que encima fue convenientemente tratada por
la prensa del corazón, la banca total de Mr. T (o sea Tinelli),
un viejo amor por Defensores de Belgrano y lo que debería
entenderse como un futuro promisorio para ser el hombre fuerte de
la tele argentina en las primeras décadas del siglo XXI.
Al menos, eso parece. A él no le parece. Ya le dijeron que
tuviera un poquito de paciencia, que pronto, en un ratito, Macaya
Márquez se jubilaba y le dejaba el puesto de comentarista
estrella del clásico del domingo y Fútbol de primera.
Ahora le dicen que puede ser el nuevo Tinelli, más rockero
y menos careta. Y sin la corte de bufones detrás. No se creyó
ni se cree ambas cosas, Matías. Apelando al lugar comun televisivo-transgresor:
¡Está bien! Que no se la crea, está bien. Tanto
no se la cree que por supuesto no le gusta que le digan joven
exitoso. Aunque lo sea. Qué rotulo feo,
se ataja ante el esbozo de comentario alrededor de la cuestión.
Por alguna razón que vos bien sabés, ser joven
exitoso en la Argentina de hoy no suena bien. A las pruebas
habría que remitirse.
Debería
agradecerlo, o tomarlo como un elogio pero... En este país
eso se piensa y se relaciona con tener un auto importado, levantarte
una modelo y esos cánones de triunfo que te venden las revistas
de actualidad. Las cosas que odio. Pero, claro que soy joven para
lo que es el medio y me va bien, así que ojalá me
sepa cuidar para que dure. Que quede claro: yo no soñaba
con ser un joven exitoso parámetro Argentina 2001, apenas
me conformaba con que me manden a una cancha de fútbol para
cubrir un partido grande.
Matías
es, mal que le pese, un exponente reluciente de la generación
que surfeó la gigantesca ola futbolera que todo lo cubrió
(rock, inclusive), desde comienzos de la década del noventa
en Argentina. Una cultura atizada con una sobredosis de Maradona,
comerciales de cerveza y música de Underworld, clips de Fútbol
de primera al ritmo de Manu Chao, los Redondos o Saint Germain,
separadores de TyC Sports concebidos según el patrón
universal MTV, el Zorrito Quintiero, Juanse, Calamaro y Charly García
caminando por el césped de una Bombonera llena el día
del gran regreso de Maradona, Los Cadillacs, La Mosca y Los Auténticos
Decadentes como musasinspiradores de barras bravas, la frase es
muy difícil decir todas las cosas que siento (copyright
Los Piojos) repetidas en cientos de banderas de primera y el ascenso,
Maradona, un disco de Attaque 77 bautizado Trapos (los trapos eran
los del fútbol, después fueron del rock), un concepto
de Charly García plagiado del título de un programa
de hinchadas (El Aguante), Maradona y mil ejemplos, sorpresas e
iluminaciones más a lo largo de más de diez años.
De todo ese revuelto gramajo de rock, fútbol, lenguaje de
la calle, brillo mediático y movimientos de masas, emerge
una nueva camada de cabezas parlantes en televisión (ver
recuadro). Matías parece liderar ese pelotón de nuevas
caras desde su postura de pibe común y sonriente, pícaro
y lúcido, capaz de gritar y sonreír como hay que hacer
en tv pero mostrándote que todo eso no es hueco. Hubo un
quiebre para llegar a esto, cuenta. De periodista deportivo, conductor
de programas de fútbol y variedades, a candidato a estrella
masiva. Quería dejar de hacer sólo fútbol.
Siendo fanático del rock, creía que tenía cosas
para decir y vincular las dos cosas. Yo la vi desde mucho tiempo
antes que explotara, sentía que eso venía. Creía
que el público de los Redondos era futbolero y que la pica
Redondos-Ratones, Soda-Redondos tenía raíz en eso.
¿Cómo
es, entonces? ¿El fútbol se rockerizó o el
rock se futbolizó?
Definitivamente, el rock se futbolizó. El fútbol
está igual de rockero que siempre, que es poco o mucho menos
de lo que la gente cree. O lo que las bandas de rock creen. En la
cancha se cantan más propagandas de tele y canciones de cumbia
que otra cosa. El rock chabón antes debería llamarse
rock futbolero. Las banderas, ser hincha de una banda, definirse
por el enemigo. Empezó a pasar desde la gente, al margen
de las canciones para Maradona y demás: algunas bandas, con
mucha inteligencia, lo aprovecharon muy bien. Pero hay otras razones,
no te olvides que hay mucha gente muy sola. Sola de verdad, que
necesita agarrarse de los personajes de la tele, de los jugadores,
de los músicos.
¿Cómo
se hace para entrar y salir del circo de la tele? Estás en
Telefé, hacés un programa de entretenimientos y concursos,
es de la productora de Tinelli. Poco rocker, puede considerarse...
Inevitablemente todavía la situación me genera
un cierto conflicto interno, depende qué... Dentro de mi
trabajo tengo que admitir que, si bien hay cosas que me gustan mucho
y por eso las hago, hay otras que no me gustan tanto. Pero no hay
nada que me avergüence. El perfil del programa que hago es
zarpado y quilombero, pero sé que tiene cosas que no están
muy buenas. Así como hay otras que realmente me divierten
y creo que eso también le pasa a la gente que lo ve. Mis
propios prejuicios me llevaron a darme cuenta que es bueno no tener
tantos prejuicios. Tuve que luchar contra eso. Tardé pero
me di cuenta de que no tiene nada de malo hacer un programa de entretenimientos,
que a la gente le gustan los programas de entretenimientos. La gente
quiere divertirse y pasarla bien. Así empecé mi cruzada
contra los prejuicios. Detesto lo políticamente correcto,
esta onda de criticar lo criticable y elogiar lo elogiable, sin
salirse del molde. Entonces, por ahí se ve en Jackass es
de culto porque es MTV y si lo hacemos nosotros, somos las mierda
de Telefé, la tele basura. Aunque sea bueno y para un público
que tal vez no tenga que ver con el formato del canal para
la familia, queda sepultado en el prejuicio generalizado.
Persona-personaje, ésa es la cuestión. Para Matías,
al menos. Cuenta su historia de pequeño saltamontes. Fue
lo primero que me dijo Tinelli... Ya estaba planteado el juego del
programa, que era como una gran persecución y quedaba un
espacio ¿Qué se hace? El me dijo Podemos poner
musicales. Me puse terminante. Dije que no, yo sé
cuáles son tus musicales, me vas a traer a Cristian Castro,
El Gato Volador y qué sé yo... Me respondió:
Tenés que separar de persona y personaje. ¿Vos
te crees que yo escucho a Cristian Castro en mi casa? En el auto
venía escuchando a Tom Waits Claro, la gente no sabe.
Detrás de una figura televisiva que pueda detestar, tal vez
hay una persona muy inteligente. Tengo en claro que lagente está
en otra. Llega a su casa, prende la tele y si el que aparece le
parece un boludo, cambia de canal y listo.
Todos
los días, a toda hora y en todo lugar, resume brutalmente
el rubio hijo de dibujante y psicóloga, criado en Palermo
y empachado de Sumo desde pibe. ¿Pertenecer tiene sus privilegios?
Estar en la tele es eso: que te hablen, saludan, pidan, critiquen,
ofrezcan, etc., etc., porque sos famoso. Con la
megaexposición que tuve, no deseada, fue realmente... Ya
estaba acostumbrado y también sé cómo es: si
en vacaciones el programa no está en el aire, capaz que baja
la repercusión. Pero con esto, subió a niveles que
ni me hubiera imaginado. Interrupción: Matías
se enamoró, se casó y tuvo un hijo con actriz de tele,
famosa y bonita. Eran la pareja ideal: jóvenes y exitosos
(otra vez...) Ahora se separó. Suficiente para ser carne
de Caras, Gente, Pronto y toda la banda. Lo siguieron, le sacaron
fotos en la puerta de su casa, comprando comida para el gato o masticando
una milanesa a caballo. Pasé una época, ahora,
recién, en la que no quedaba un lugar para ir sin que supiera
que me estaban mirando o comentando por lo bajo, o esperando por
sacarme una foto. Prefiero que me digan algo, bueno o malo, a saber
que están comentando Uy... pidió papas fritas.
Ya me acostumbré, igual, no me quejo: laburo en lo que me
gusta, gano bien y vivo de esto. No sé cómo me irá
más adelante, pero ahora la paso bien.
Entonces,
¿no vas a ser el nuevo Tinelli, pero rockero?
No. Creo que hay algunos puntos de contacto con lo que era
él cuando empezó Videomatch: venía del fútbol,
más o menos con la misma edad (29), sintonizaba con lo popular.
Pero no tengo interés en parecerme a nadie. Parte del esfuerzo
que hice es por tener una imagen propia, rechacé muchas más
cosas de las que acepté justamente por no querer quedar pegado.
Digo, pegado en una imagen que no es la mía.
¿Y
no quedaste pegado?
Aprendí a que me importara menos. Ese es un buen comienzo.
Del
palo venimos
POR
JAVIER AGUIRRE
Si bien no se
trata de integrantes de bandas de rock que incursionan en
la TV como hicieran Roberto Pettinato, Pipo Cipolatti,
Fena o Vicentico-, los nombres que siguen, además de
representar esta nueva ola, sostienen, cada uno a su manera
y como pueden, el glorioso estandarte de ser del palo. Esa
condición que parece una flor escasa a lo ancho y a
lo largo de los estudios televisivos.
JUAN DI NATALE
Currículum. Ex niño terrible de La
TV ataca, ex estrella de CQC, cara
de la edición argentina de Los Inrockuptibles y actual
conductor en la FM Rock & Pop (Day Tripper).
Perfil. Intelectual, formal y ácido.
A veces pareciera sentirse demasiado profundo y cool para
la TV.
Ejemplos. Nick Cave, Jorge Guinzburg.
Discoteca supuesta. Rock europeo, electrónica, reggae.
Desafío 2020. ¿Será para entonces el
tipo más cool del mundo?
MARIANO CLOSS
Currículum.
Relator de fútbol, ex miembro del equipo de Víctor
Hugo Morales, actual estrella pop de TyC y de AM La Red.
Perfil. Fiestero, pachanguero, viva la joda.
Ejemplos. Marcelo Araujo, a full.
Discoteca supuesta. Pericos, Memphis, Guns NRoses, Ricky
Martin.
Desafío 2020. ¿Será el eslabón
perdido entre Fernando Niembro y el Puma Rodríguez?
DANIEL TOGNETTI
Currículum.
Ultimo gran descubrimiento de la escudería Pergolini,
ex falso periodista inexperto y actual periodista serio, además
de conductor de Puntodoc/2 y de FM Supernova y
Rock and Pop.
Ex columnista del No.
Perfil. Vivo, informadísimo, sabe en qué mundo
está y te lo hace notar.
Ejemplos. Jorge Lanata.
Discoteca supuesta. Frank Sinatra, Radiohead, Pink Floyd,
Kusturica.
Desafío 2020. ¿Todavía podremos creerle?
GILLESPI
Currículum.
Músico y humorista cosecha TyC. Columnista en programas
de TyC Sports y de AM La Red, ex conductor de Medios
locos y actual de El resumen de los medios.
Habitual e inspirado, digámoslo colaborador
del No.
Perfil. Gracioso, colgado, absurdo.
Ejemplos. Juan Carlos Mesa, Les Luthiers.
Discoteca supuesta. Jazz, soul... Y mucho, eh.
Desafío 2020. ¿Se le animará a jugar
al Jerry Seinfeld de las Pampas?
PABLO MARCOVSKY
Currículum.
Conductor de los dos programas infantiles con títulos
más deliciosamente maliciosos de la historia:
Pulgas en el 7 y El agujerito.
Perfil. Chico bueno, frontal y simpático, pero además
inteligente.
Ejemplos. Manuel Wirzt, Julián Weich.
Discoteca supuesta. Sumo, Led Zeppelin, Los Rodríguez,
U2.
Desafío 2020. ¿Logrará evitar el cargo
de conductor de El show del Clío?
MARIA VAZQUEZ
Currículum.
Modelo clase A, belleza residente en las revistas Gente y
Caras, actual conductora de El rayo.
Perfil. Hermosa, astuta, nada ingenua.
Ejemplos. Dolores Barreiro, Teté Coustarot.
Discoteca supuesta. The Cure, Beastie Boys, Luis Eduardo Aute.
Desafío 2020. ¿Caerá en las garras de
cierto redactor del No? Ojalá.
LEO MONTERO
Currículum.
Ex VJ de Much Music, actual conductor de La guerra de
los sexos.
Perfil. Retruque rápido, jodón, y nunca del
todo lejos de la inocencia.
Ejemplos. Fernando Bravo, Rodrigo.
Discoteca supuesta. La Mona Jiménez, Los Fabulosos
Cadillacs, Rolling Stones.
Desafío 2020. ¿Podrá conservar cierto
espíritu del palo, o se sumergirá aguas adentro
en la berretada televisiva?
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