EL
REGGAE CRECE AL CALOR DE UNA CIUDAD DEFINITIVAMENTE TROPICAL
Porteña Vibration
Es
más bien una silenciosa irrupción, pero irrupción
al fin. Ediciones discográficas, ciclos de recitales, canciones
por radio y televisión, más toda la iconografía
Marley integrada al paisaje urbano, generan el crecimiento de una
incipiente escena local. Nuevos buenos discos y la posibilidad siempre
presente de volver a Sumo y al gran Bob, potencian el efecto...
PRODUCCION
Y TEXTOS PABLO PLOTKIN
Hay
una especie de fuerza consensual en la cadencia del reggae, una
pulsación que puede provocar indiferencia, simpatía
o devoción, pero pocas veces rechazo. Al menos parece proyectarse
al mundo moderno en sus cientos de formas y velocidades, como un
anestésico sonoro de lo más efectivo. Mientras en
Estados Unidos, Inglaterra y Francia fue integrándose a otros
géneros negros y concibiendo hermanitos como el raggamuffin
y el trip hop, el público argentino, por ahora, se mantiene
como aficionado ocasional, felizmente despreocupado. Musicalizador
de rondas de porro y bálsamo de cadete ajetreado, Bob Marley
llegó a la categoría de estampita de bandera de hinchada,
a la vez que fue adoptado como el cantor de protesta para una hipotética
lucha relajada, eso sí por la despenalización
del cannabis. En todo caso, sin connotaciones religiosas ni adhesiones
políticas precisas, algunos (bastantes) empezaron a considerarlo
la mejor manera de empezar un día soleado.
Las señales siguen siendo pocas, pero al menos algunas más
que las que solía haber. Ciclos, ediciones independientes,
un principio de presencia en las radios, en los bares y en la discografía
predilecta de los musicalizadores televisivos. Algunos síntomas
específicos: Mimi Maura crece como princesa caribeña
en ciertos sótanos de Buenos Aires, Abed Negro (el proyecto
de Pablito Molina postTodos Tus Muertos) publica un enciclopédico
volumen de clásicos del género traducidos al castellano,
las noches Invierno Reggae (los viernes en El Dorado) convocan a
unos 200 fieles cada semana. Mientras tanto, una banda de cumbia
versiona graciosamente Me gustas tú, de Manu
Chao, y Pablo Lescano (cantante de Damas Gratis, autor intelectual
de la cumbia villera) brilla como invitado en el segundo álbum
solista de Fidel, el primer rastafari argentino postulado a estrella
pop. Vamos a robar se titula el tema que abre el disco,
el del dúo NadalLescano. El título suena a futuro
hit de Los Pibes Chorros, hasta el momento en que Fidel habla de
robar almas y corazones y entonces se entiende que el
asalto es sólo metafórico.
Pregunta inquietante: si en el Primer Mundo el reggae se enredó
con el hip hop y parió a Massive Attack, ¿qué
pasaría si acá se involucrara seriamente con la cumbia?
La respuesta no está soplando en ninguna parte, pero existe
una singular esencia conciliadora entre lo tropical y lo cool
resumida en Marley, al que se lo puede escuchar en La Cigale, en
el Roxy y, con la versión dance de Sun is shinning
les guste o no a los feligreses de primera hora, el
profeta llegó a la disco. En cuanto a las bandas, las argentinas
siempre estuvieron más cerca de la prédica rastafolk
de Papá Bob que de los artilugios alucinados del fascinante
Lee Scratch Perry. Y si bien existe cierto recelo entre
las bandas que profesan la fe por Selassie y las que sencillamente
interpretan el ritmo, fue gestándose un principio de escena
no muy numerosa y consolidada, pero sí bastante consecuente
que empezó a ver los primeros resultados. Por mencionar algunos
representantes: Mensajeros, Resistencia Suburbana, Nuevas Raíces,
Nonpalidece, Sin Semilla, Chala Rasta, además de las esquirlas
de TTM y la fórmula singular de Mimi Maura (reggae, ska,
rock steady, boleros). Lo que sigue es la presentación de
cuatro bandas del incipiente pelotón que acaban de editar
sus discos. Los que pretenden (re)encender la mecha.
Profeta
Cumbia
y reggae rasta en combinación, Pablo. ¿Qué
te parece?, dice Fidel bajando el registro en la primera canción
de Cabeza Negra, el segundo disco solista del ex líder de
Todos Tus Muertos. A Fidel le habían llegado algunos comentarios
de la cumbia villera. No sabía bien de qué se trataba,
pero los rumores le sugerían la necesidad de un encuentro.
Entonces conoció a Pablo Lescano, líder de Damas Gratis
y mentor del subgénero, y le propuso grabar con él.
Fidel le dijo: A vos te está escuchando mucha gente,
man, quiero que tires un mensaje para que la gente se rescate.
El chabón flasheó, asegura el rastafari.
Al otro día vino y me dijo: A ver qué
te parece esto, Fidel. Y cantó: Queremos cantar
con nuestros hermanos/ para que se rescaten con lo que flasheamos/
Levanten las manos todos mis amigos/ para demostrarles que no estamos
perdidos. Así, con los teclados y coros de Lescano,
la instrumentación de la Banda Anbesa, la prédica
de Fidel y un grito a dúo de ¡vamos los pibes!,
el villero y el rasta conjuraron la cumbiareggae. Rítmicamente,
la cumbia y el reggae tienen mucho en común, observa
Fidel. El de Damas Gratis no es el único invitado del disco.
Mimi Maura, Pablo Molina, el cantante callejero de Kingston Al Pancho,
Los Rabanes y otros tantos acompañan al devoto de Selassie.
Fidel sigue embarcado en su misión, declamando
el nuevo orden mundial en clave reggae y raggamuffin.
Los climas están mejor tratados que en su predecesor, una
diferencia que se nota especialmente en la nueva versión
de Un camino, más sombría y mejorada.
Los retratos de Marcus Garvey, Selassie y Emmanuel ilustran la contratapa,
mientras la figura del profeta aparece iluminada con un rayo de
ciencia ficción bizarra detrás de un puñado
de soldados etíopes que sostienen un estandarte. La inspiración
la provee Selassie, insiste Fidel, incluso en canciones sin connotaciones
estrictamente religiosas, como la romántica No no no
(a dúo con Mimi) y la improvisación antiimperialista
con Los Rabanes titulada Mis mejores momentos. El
reggae es música de los rastas, pero es para toda la gente,
promueve Fidel. Cualquiera puede tocar reggae, pero las bandas
que tienen mensaje son rastas. Es decir: comprenderás la
diferencia que hay entre Bob Marley y UB40, ¿no?
Superskunk
Bautizados en nombre de una poderosa variedad de cannabis (orgullo
local de la libertaria Amsterdam), ésta es una banda de reggae
cansino, transparente, playero, guiada por las obsesiones tradicionales
del género. Todo prolijamente reunido en su producción
independiente Tu propia cosecha. Coros rhythm & blues, reportes
botánicosmeteorológicos (mis plantitas
están tan radiantes acariciadas por la suave brisa de esta
primavera, primavera superskunk), la idea del Dios natural
y el precepto punk aplicado a la germinación (haz tu
propia cosecha).Babylon aparece como un terreno
infernal, sólo tolerable gracias a los escapes hacia lo
perceptivo. No respondemos a un mensaje rastafari,
aclara Gabo Nubes, el cantante. Sí coincido con las
ideas de igualdad, de derechos humanos, pero no podría cantarle
a Selassie porque no me encuentro con él. Lo nuestro también
tiene mucho que ver con lo zen. Preferimos ir a tocar a Tandil,
en contacto con la naturaleza, antes que en sótanos llenos
de humo. Se formaron tres años atrás en Vicente
López, y son los organizadores de los festivales Oye Reggae.
Notan que en el último tiempo hay más colaboración
y camaradería entre las bandas del género. Entienden
el reggae como una música universal.
Dancing
Mood
Es el proyecto del trompetista Hugo Lobo (integrante de la sección
de vientos de Mimi Maura y figura omnipresente de la escena), una
orquesta de versiones de ska jamaiquino, rock steady, salsa y clásicos
como Close to you, de Hal David/Burt Bacharach. Su disco
debut, 20 Minutos, revisita canciones de Rico Rodriguez, Reid, Duke
Ellington y Lloyd Troutman, entre otros. Los bronces suenan al frente
de la tormenta caribeña, mientras los vocalistas invitados
Fidel, Mimi, Guillermo Bonetto (Los Cafres) y Alicia Osipovich
le dan letra a un álbum esencialmente instrumental. DM es
una banda apta para todo público (le gusta incluso
a la gente grande, aunque nunca hayan escuchado a los Skatalites),
de a ratos bailable y de a ratos ideal para escuchar de fondo. Me
parecía raro que no hubiera una banda así, de versiones
de este tipo, admite Hugo, hijo del baterista de Mercedes
Sosa, Rubén Lobo. En cuanto al estado del reggae argentino,
el trompetista se lamenta de que este pequeño renacimiento
coincida con la crisis. Las bandas siguen sin tener grandes
posibilidades, señala. Los Pericos siguen arriba.
En otros lados la gente tiene otra bocha: en Centroamérica,
por ejemplo. Pero, bueno, no es lo mismo crecer escuchando por radio
a Juan Corazón Ramón que al Gran Combo de Puerto Rico.
Cabeza
de Chola
A diferencia de la mayoría de las bandas nacionales de reggae,
Cabeza de Chola se inmiscuye con el lunfardo y algunas resonancias
argentinas. Para volar, su segundo disco (el primero que tendrá
distribución nacional a través de DBN), le escapa
al castellano neutro y filtra, por ejemplo, un bandoneón
y un pasaje de El humahuaqueño. Surgidos en Hurlingham
tres años atrás de las cenizas de Los Niños
de Dios (versiones de Sumo), se foguearon en el pub local Paso Morales
(inmortalizado en Paisano de Hurlingham, de Divididos)
y fueron haciéndose de un público barrial orgullosamente
fiel. En 1999 editaron su primer disco, Rey Burro, en el que aparecían
los vecinos ilustres Diego Arnedo y Tito Fargo, entre otros. Para
volar fue grabado en los estudios de Las Pelotas de Traslasierra,
Córdoba, y cuenta con la colaboración de Sokol, Daffunchio
y Arnedo en su rol de charanguista. Muchas bandas de reggae
buscan sonar jamaiquinas, más dub. Nosotros somos bastante
hurlinghenses, usamos las cosas que tenemos a mano, apunta
Daniel Joaquín, bajista. Reconocemos nuestra influencia
sumera, pero hay una idea de cantar desde la pobreza, con las patas
en el barro. Nuestra filosofía tiene que ver con lo que nos
pasa a nosotros culturalmente. Creo que para tocar un ritmo no es
necesario involucrarte con una religión.
Riddim
Reivindicadores del clasicismo y cultores del reggae y del dub más
puros, los Riddim tienen un primer cd Roots Riddim Reggae
que resume su filosofía con metáforas naturistas (el
fruto es más dulce en el interior y amargo en la cáscara),
descripciones de alienación urbana y la idea del reggae como
ritmo de unidad y oposición al avance de la tecnocracia (Mr.
Business). Dedicado a la memoria de Dennis Brown, Augustus
Pablo, Hugh Mundell, Jacob Miller, Bob Marley, Peter Tosh y otros
maestros, el discodeclara sus principios en una frase del tema Puedo
dar más: Toco reggae, algo de ska/ con estilo
Jamaica pero acá/ Mirame bien, soy como vos/ trabajo duro,
gano poco/ Tenemos mucho ritmo en común. Respetamos
de lleno la pureza de esta música, dice Pety, cantante.
No hay mezclas, no hay más estilos que el reggae y
el ska jamaiquino. Las letras son rastas, según
sus autores, pero intentan evitar la prédica religiosa. Hay
gente que lo hace, no sé con qué autoridad; nosotros
no, aseguran. Respetamos mucho todo eso. Y, de hecho,
nuestro mensaje es positivo: no violencia, unidad, amor, todas ideas
a las que también suscribe el rastafarismo. Pero no profesamos
nada.
Gracias a Luca
En
1985, cuatro años después de la muerte de Bob Marley,
Sumo editó Divididos por la felicidad, el primer disco argentino
que incluía una considerable cantidad de reggae compuesto
y tocado con autoridad (Regtest, No duermas más,
No acabes y El reggae de paz y amor). Es
cierto, dos años antes Los Abuelos de la Nada habían
grabado Chalaman y Soda Stereo había rozado el
género a partir de cierta identificación con The Police,
pero fue Luca el encargado involuntario de fundar la tradición
del género en Argentina. Su afición por el ritmo no
impedía que el pelado tuviera una mirada bastante mordaz
sobre ciertos preceptos de la filosofía rastafari, basta
chequear algunas letras para entenderlo. De cualquier manera, sí
logró introducir a Bob Marley en el imaginario rockero de
entonces: ahí está su emotiva versión, presente
en varios piratas, de Redemption Song. Influidos por
Sumo y casi simultáneamente con la muerte de Prodan, Los
Pericos fueron la primera banda argentina en asomar la cabeza (repartieron
volantes de uno de sus primeros shows en la puerta de Obras, en
el último show de Sumo en el gimnasio de Núñez).
Con El ritual de la banana (1987) inventaron el reggae pop nacional,
una relectura liviana y en inglés torpemente chapuceado que
con el tiempo se alimentaría de otros ritmos centroamericanos.
Hubo otras bandas en aquella primera oleada, Todos al Obelisco,
La Zimbabwe Reggae Band por ejemplo, que también tuvieron
su breve cuarto de hora de difusión. También en los
80, también influidos por Luca (alguna vez Vicentico
declaró que todo lo que hacía era por querer parecerse),
pero fundamentalmente inspirados en la segunda ola británica
The Specials, Madness, Los Fabulosos Cadillacs introdujeron
el ska en clave de pachanga orquestada. Hubo otros embajadores como
Los Intocables, Los Calzones Rotos (ahora Los Calzones) y, ya en
los 90, bandas que no despegaron del under como La Romana
Patrulla y Satélite Kingston. El reggae, en tanto, se desperdigó
luego de la muerte de Luca en las dos bandas herederas: Las Pelotas
le dedicó más tiempo al asunto, pero Divididos nunca
terminó de abandonarlo (desde Sisters hasta Como
un cuento). En la década pasada, grupos de rock popular
como Los Piojos y Viejas Locas compusieron reggaes aislados: los
primeros lo eligieron como ritmo para una reivindicacion pro-cubana
(El reggae de rojo y negro); los de Pity, en cambio,
fueron más allá con el discurso que con la música
(Legalícenla). Mientras tanto, los devotos del
género quedaban relegados al underground, aunque todo lo
que conlleva la palabra reggae ya formaba parte del
folklore rocker argentino. Todos Tus Muertos asimiló la influencia
de Mano Negra y exploró la mezcla de estilos (hardcore, raggamuffin,
hip hop), al igual que otros grupos como Karamelo Santo y Un Kuartito,
mientras Los Cafres parecían proyectarse como la promesa
popular inconclusa del reggae de raíces. La siguiente vuelta
de página Fidel, Abed Nego, Mimi Maura y todos los
grupos incluidos en esta producción todavía
está ocurriendo y amenaza con extender su nube de humo.
De
la gorra
Este
fin de semana, la Casa Babylon de Córdoba (Bv. Las Heras
48) celebra el Festival Nacional de la gorra, de reggae,
ska y afines. Mañana a medianoche se proyectará Historia
del Sunsplash Festival en Jamaica, y después tocarán
los locales Demasiado Revueltos, Castañas de Cajü y
Sol Nativo, antes de la actuación de Fidel y Banda Anbesa.
El sábado se verá un video de Bob Marley en vivo en
Alemania, la presentación de Kameleba (San Luis), los cordobeses
La Cartelera Ska y los porteños Resistencia Suburbana. El
domingo, por último, proyectarán videos inéditos
de The Specials. Tocarán Puag!, Naturae, La Candelaria (los
tres locales) y Karamelo Santo, mendocinos asentados en La Boca.
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