Stones de última generación, listos para tomar el poder

Renovación y cambio, vieja

Mientras Pity rearma su tropa y anuncia nuevo disco de nueva formacion, y Juanse revive su hora de gloria a caballo de una canción, algo sucede por debajo del star system rollinga. Bandas que convocan bandas, con sus pequeños himnos callejeros y una inquebrantable fe en la santa Iglesia de la Lengua. ¿El tiempo estará de su lado? por roque casciero

POR ROQUE CASCIERO

Motor Loco
Integrantes: Fachi (bajo), Tata (voz), Peluca (guitarra), Seba (batería), Dani (guitarra).
Historia: Fachi fue miembro de Viejas Locas hasta su separación. Entonces, decidió darle forma al proyecto que había nacido de zapadas con su hermano mayor, Tata, en el bario de Piedrabuena. Empezaron a ensayar en marzo y ya llevan seis shows. Aunque tocaron con La Renga y Ratones Paranoicos, la presentación más importante como cabeza de cartel fue ante 800 personas en Cemento. Todavía no grabaron más que un demo, aunque quieren hacer un disco urgente. “La gente ya hizo banderas y remeras, pero todavía no conoce las letras”, dice Fachi. Ninguno vive de la música, sino de trabajos en un reparto de pan, en una imprenta, una remisería y una agencia de viajes.
Qué dicen: “Por más que tenga el tanque lleno/ mi auto no quiere arrancar/ si no escucha un poco de rock/ mi auto no quiere arrancar” (“Locomotor”) “Por qué, de un tiempo a esta parte/ no sé muy bien lo que sucedió/ todo lo que era una fiesta/ en un trabajo se convirtió/ los pensamientos cambiaron/ no sé por qué tanta ambición/ Si el esfuerzo es de todos/ el fruto no es sólo para vos” (“Ambición”, ¿dedicada a Pity?)
Ser o no ser (stone): “No renegamos de la identificación, pero no queremos quedar encasillados en eso sino tener una identidad propia. Tenemos bases estonas, pero también cosas de AC/DC o de Pappo. Rock bien cuadradito, parejo y que va al frente”.
Glamour o barrio: “Eso es una mentira, un juego del que yo nunca tomé parte. Siempre fui a ver a los Ratones, incluso cuando tocaba en Viejas Locas. Estamos abiertos a compartir el escenario con cualquiera. Si tengo que ubicarme en alguna parte, me pongo del lado del rock”.
Mi stone favorito: “Bill Wyman, porque no se bancó más a las dos estrellitas y se fue. Me parece el más Rolling Stone, a puro huevo. Y también Ronnie Wood, porque me cabe la imagen que tira desde el escenario y tiene siempre buena onda”.
Momento stone: “Los domingos al mediodía, cuando como los fideos con toda mi familia”.

La 25
Integrantes: Junior (guitarra y voz), Hugo (guitarra), Marcos (guitarra), Mingo (batería) y Ponch (bajo), más los invitados Sanguchito (armónica), Araña Blanca (percusión), Rodia (guitarra acústica) y Chilli Willy (teclados).
Historia: La banda comenzó a tomar forma más seriamente hace cuatro años, aunque sus integrantes son amigos desde hace más de una década. Todos son del sur del Gran Buenos Aires. Como iban juntos a ver shows de rocanrol, les pareció lógico armar su propio grupo y ver si podían tocar unos temas. En su último show, en Cemento, lograron convocar a 1500 personas. Sin embargo, todavía no pudieron dejar sus trabajos en fábricas o como mecánicos. Su debut epónimo acaba de ser relanzado por DBN.
Qué dicen: “Uno más, me queda uno más, un níquel más que quiero y voy a gastar junto a ella, sucia mujer” (“Sucia mujer”) “Faseando el humo más denso/ mirándome de costado/ modernizando su look/ con ese emblema tan raro” (“Pidan lo que quieran”)
Ser o no ser (stone): “Nos identificamos directamente con el rocanrol stone, aunque tenemos influencias de Chuck Berry o Muddy Waters. En los shows, siempre metemos algún temita stoniano” (Hugo). “Pero somos La Veinticinco, tenemos una personalidad como banda. La tapa del disco no es sólo una lengua, sino la cara que identifica a la banda” (Mingo).
Glamour o barrio: “Nos gustaría sumar más que dividir. Siempre fuimos a ver a los Paranoicos y a Viejas Locas, y descubrimos que tienen mucho público en común” (Hugo). “Al que le gusta el rocanrol va a ver a todas las bandas.” (Mingo)
Mi stone favorito: Keith Richards (Hugo) / Toda la banda, porque cada uno aporta su mística (Mingo)
Momento stone: “Cuando me subo a tocar. No me siento un Rolling Stone, pero hago rocanrol y hay gente stone que se identificaba conmigo” (Mingo). “Cuando tocamos, se produce una mística que hace que el momento stone sea de todos”. (Hugo)

Jóvenes Pordioseros

Integrantes: Toti (voz, guitarra y armónica), Nando (guitarra y coros), Chori (batería) y Karpó (bajo).
Historia: El cantante comenzó con la banda hace ocho años, en su barrio de Lugano. Hasta 1998, hubo permanentes cambios de integrantes. En la formación actual hay un pintor, un albañil, un vendedor de libros y un mozo de bar. Tienen un disco ya listo y están buscando sello para editarlo. El show más grande de Jóvenes Pordioseros fue en el Teatro Santa María, donde convocaron a 300 personas.
Qué dicen: “Dale que va, dale, aspirá, dale que está por entrarte” (“Dale que va”) “Y bailando, se va la noche/ y bailando, me está sangrando la nariz” (“Bailando”) “Cuando me muera, no quiero flores/ quiero que fumen en mi honor/ quiero que aspiren y tomen cerveza/ y que se canten esta canción” (“Cuando me muera”)
Ser o no ser (stone): Sus shows se promocionan con la lengua más famosa y con el slogan “misa stone”. “Queremos identificarnos con eso, sabemos a qué público queremos apuntar. Si yo veo una lengua en un afiche, ya me interesa la banda, porque es como si dijeran que son del barrio, gente humilde” (Toti).
Glamour o barrio: “Estoy de los dos lados, tengo una personalidad medio disociada. Me gusta vestirme bien, con camisa y corbata, y también ponerme un jean y el pañuelo colgando. Pero creo que la banda es más del palo barrial, porque no se produce para salir a tocar”.
Mi stone favorito: “Mick Jagger, de una. Va más allá del modo en que canta; lo veo y flasheo mal. Hay sólo otro tipo que me pone la piel de gallina: Sandro”.
Momento stone: “Lloré mucho cuando los vi. Tenía 18 años y estaba contra la valla, porque quería ver si eran de carne y hueso. De los diez shows, fui a nueve. Y también recuerdo cuando los escuché por primera vez: cuando cumplí diez años, un primo se olvidó un casete en mi casa. Aún en vivo, decía. Lo puse, escuché ‘Let’s spend the night together’ y me volví loco. No me lo olvido más”.