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Jueves 20 de Septiembre de 2001

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JOHN MCCREA, EL DE SOMBRERO Y ANTEOJOS QUE CANTA EN CAKE

“La gente cree que sólo somos graciosos”

La música de “El Rayo” y la publicidad de Heineken ya fueron. Ahora Cake, una rareza por demás inclasificable que sobrevive a las modas en Estados Unidos, tiene un nuevo disco que mostrar, y su cantante, motivos para declarar que sus canciones son tristes. De verdad, ¡son tristes! (eso dice él).

POR ROQUE CASCIERO

¿Se acuerdan de Cake? Era aquella banda de Sacramento, California, que llenaba de guitarras destartaladas, bajos bien graves y trompetas la cortina de “El Rayo” con un cover bárbaro de “I will survive”. Un grupo habituado a entregar canciones con cierta gracia melancólica, abandono slacker y estribillos pegadizos. Desde aquel momento en que se hicieron conocidos aquí por su segundo disco (Fashion nugget), casi al tiempo en que publicaban el tercero (Prolonging the magic), han pasado tres años. Y Cake vuelve con Comfort eagle, otro puñado de melodías que pueden oficiar de perfecta compañía para despedir al invierno. El cantante John McCrea, que entonces se enteró de su “fama” argentina en una entrevista con el No, vuelve a levantar el teléfono para explicar, entre otras, cosas, su sentido del humor ambiguo: “Mis canciones no son tan graciosas. A veces hay un par de versos divertidos, pero generalmente son muy tristes. Mucha gente cree que somos graciosos y nada más, pero no estoy del todo de acuerdo. Somos más serios de lo que la gente cree”, afirma.
–¿Por eso alguna vez hicieron covers respetuosos de canciones que cualquier otra banda hubiera destrozado, como “I will survive” o “Quizás, quizás, quizás”?
–La mayoría cree que nosotros nos burlamos con esos covers. Eso me resultó extraño porque, honestamente, lo tomamos muy en serio: nos gustan esas canciones. Nos gusta la música y eso no es broma. La buena música es eso, buena música, aunque aparente venir del género equivocado. Pero eso no importa, si es buena hay que escucharla sin que importe el género.
–¿El sentido del humor y la tristeza caben dentro de la industria de la música actual?
–Hoy todo está muy polarizado, todo parece ser Britney Spears o Metallica, Backstreet Boys o Staind. No hay mucho espacio en el medio en lo que escuchás por radio, al menos en Estados Unidos: la música es chicle o suena como el equivalente sónico de la deforestación... (risas). Es muy difícil sobrevivir en estos tiempos, pero hemos logrado publicar cuatro álbumes en un clima hostil como el actual. No sé muy bien por qué se dio. Tengo dos ideas al respecto y no estoy seguro de cuál es la correcta: que hemos sobrevivido a pesar del hecho de que la mayoría del rock es súper poderoso y gigantesco, o que hemos sobrevivido precisamente por eso mismo. Como no hay muchas diferencias entre los grupos, tal vez eso nos haga formar parte de los pocos que son diferentes. Entonces, la gente que no quiere estar enojada todo el tiempo tiene otra cosa para escuchar. Obviamente, a mí me gustan cosas de rock duro, pero pienso que deberían haber alternativas. Y la música supuestamente alternativa con la que se alimenta al público suena como Rush, sólo que maquillada.
–Aunque los últimos dos álbumes de Cake vendieron millones, en el website de la banda (www.cakemusic.com) dice que “debido al volátil e incierto clima del negocio de la música” decidiste volver a ganarte la vida vendiendo remeras.
–Cuando Cake comenzó, lo que me permitía tener tiempo para hacer música era que tenía una estampadora en el living de casa, entonces fabricaba remeras y las vendía. Luego, cuando empezamos a salir de gira, tuve que dejar de fabricarlas. Pero como alguna gente me preguntó sobre ellas, decidí volver a hacer algunas y venderlas a través del web site. No es que venda demasiadas, pero es algo que me gusta hacer. Me parece que las remeras son una de las últimas formas de libre expresión, porque las grandes corporaciones se han adueñado de las radios y la prensa, y pronto van a adueñarse de internet. La mayor parte de la gente elige decir cosas estúpidas en las remeras y las mías también son bastante idiotas, pero es una forma de libre expresión.
–En una entrevista dijiste que la idea de la evolución en la música es un invento de los críticos de rock. ¿Podrías profundizar ese concepto? –Me parece un invento de los críticos la idea de que una banda está en una especie de viaje. Ciertamente los grupos cambian, pero lo mejor es que hagan lo que tienen ganas con cada canción en lugar de intentar hacerla encajar en una evolución a mayor escala. ¿Qué pasa si estás evolucionando en una dirección y tenés un temazo que va para otro lado? Para mí, cada canción es una idea y ensuciarla por intentar que encaje en una idea general es algo equivocado.
–A pesar de eso, Comfort eagle suena inequívocamente a Cake.
–Es verdad, porque hay ciertas cosas que permanecen y no intentamos cambiar sólo por el gusto de hacerlo. Supongo que podría conceder que la evolución es algo posible, pero es algo que les preocupa más a los críticos que a los músicos.
–Entre las cosas que no han cambiado está tu costumbre de usar sombreros.
–Uso gorras y lentes oscuros porque no estoy muy cómodo con el hecho de ser reconocido. Es la misma razón por la que no quiero que la banda aparezca en los videos. Soy compositor y creo que hago buenas canciones, pero el punto no es que exprese cosas sobre mí y que sea reconocido como la estrella de la banda. La razón por la que quiero estar en una banda y no ser solista es porque me parece que ésta es una cultura malévola, especialmente en Estados Unidos. No quiero que todo se trate de mí, no quiero someterme a esa invasión maligna; prefiero mantenerme un par de pasos atrás y evitarme esa carga. No necesito ir a fiestas de Hollywood y lo que hago en mi vida es privado. Ni siquiera es tan interesante (se ríe). Digamos que no voy a los casamientos de mis amigos con un sombrero.
–La mayoría debe pensar que querés ocultar que te quedaste pelado.
–La verdad, no estoy pelado. Tampoco me considero una persona particularmente atractiva. Pero una banda no se trata del aspecto del cantante: me parece más importante el hecho de hacer buenas canciones. Lo mismo me pasa cuando hacen un tema de cuánto ganamos. Debo ganar lo mismo que mi dentista, pero él no tiene que someter su vida privada a la mirada inquisidora de extraños. Si un artista que escribe buenas canciones quiere tener sexo con animales, puede que no esté de acuerdo con ese estilo de vida pero, ¿por eso tengo que dejar de escuchar su música que me gusta mucho? ¿Quién sabe qué hacen los AC/DC en su vida privada? Dios, podrían estar haciendo cualquier cosa. Pero, ¿importa? Si te gusta la música de Beck, no tiene relevancia si sale con una modelo. A veces pienso que la gente usa a los artistas para evitar prestarle atención a su propia vida.

COMO HACER UN VIDEO ORIGINAL
El desafío

“Traté desesperadamente de encontrar una forma de evitar hacer un video porque todos son iguales: chicos blancos haciendo mímica en un paisaje de decadencia urbana”, se ríe John McCrea. La idea que se le ocurrió es la que puede verse en el clip de “Short skirt/long jacket”: equipó con cámaras portátiles y un discman a un grupo de amigos y les pidió que salieran a la calle en Sacramento, Los Angeles y San Francisco a testear la reacción de la gente ante la canción. Como el desafío de la blancura de las propagandas, pero sin actores que hacen de tipos comunes. El video realmente llama la atención, pero no fue fácil que llegara a los televisores. “Se lo presenté a la compañía y me dijeron que no querían hacerlo, así que decidí pagarlo yo y probar: si les gustaba, que lo lanzaran; si no, lo tirábamos”, relata McCrea. “Costó muy barato, aunque tuvimos que trabajar mucho en la edición. Cuando finalmente lo tuvimos listo y estábamos muy contentos con el video, la compañía nos dijo que le gustaba, pero que era momento de hacer un video real porque MTV no iba a pasarlo. Me deprimí mucho, porque trabajé muy duro y porque sentía que había tenido una idea muy buena. Una semana más tarde me dijeron que MTV había cambiado de opinión y que lo iba a poner en alta rotación y como video de vanguardia. Así que fue una buena lección sobre que uno debe confiar en su instinto”.