LAS
NUEVAS FORMAS DE COMERCIALIZACION DE LA MUSICA
Este
es el rebusque
Caído
el gigante de la M, multinacionales, compañías independientes
y bandas recu-rren a distintas formas alternativas para
vender discos. Ahora podés comprar CDs en quioscos y supermercados,
mientras las disquerías de barrio y cuevas de
importados recobran protagonismo. En cada caso, bien puede contarse
cómo se llegó al nuevo estado de las cosas.
POR
JAVIER AGUIRRE
La implosión
financiera de la cadena Musimundo y la posibilidad de un mercado
sin megadisquerías (o casi) plantean un posible nuevo escenario
de comercialización para la música. ¿Y ahora
qué hacemos?, es el interrogante entre multinacionales, sellos
discográficos nacionales y artistas. Algunos lanzamientos
recientes el caso más notorio es el de La Renga, pero
también Megadeth, Slipknot, Daniela Herrero sólo
se consiguen en quioscos de revistas, un método de probada
eficacia y rentabilidad: a dos semanas de publicado, Insoportablemente
vivo ya suma 40 mil ejemplares vendidos y va por más. Se
habla de un regreso a la disquería de barrio (¿quedó
alguna luego de la década menemista-musimundista?) o a las
cuevas especializadas. Se dice que va a crecer la venta
de discos en supermercados y que Tower Records va a expandirse.
Se negocia con cadenas de videoclubes, de librerías y hasta
de... farmacias. Se proyectan ferias. Se vuelve a confiar un
poquito en la venta por Internet. Se mira con otro respeto
a los puestos de venta en recitales, y crecen los catálogos
independientes itinerantes. Los tiempos están cambiando.
¿Dónde?
¿Cómo?
Quizás conseguir un disco vuelva a ser un problema.
El cierre de Musimundo (cadena-monstruo que con la complicidad ambiciosa
de las multinacionales se convirtió en su único y
gigantesco cliente, y por extensión, en la prácticamente
única y gigantesca disquería de la Argentina) ha generado
una revolución, o un derrumbe, para la venta de discos. La
debacle de Musimundo luego de que su bicicleteo
en los pagos a sus proveedores, las multinacionales, acumulara una
deuda de varios millones de dólares y por consiguiente
el método tradicional de comercialización de discos
en la Argentina, quedan al borde de una gran transformación,
que es mucho mejor que una desaparición (hipótesis
no descartable del todo merced a nuestro infausto pasar económico).
Parecería que todos los caminos o al menos los inmediatos
conducen a las pequeñas disquerías, tanto las de barrio
como las cuevas especializadas; aunque no son muchas
las que sobrevivieron a la década imperial de Musimundo,
ni tienen la afluencia masiva filoshoppinguista de compradorescuriosos,
de la que sí gozaban los locales de la M (no la amarilla,
eh). En respuesta, ya circuló la información sobre
la instalación de unas quince franquicias de locales express
de la cadena Tower Records, luego de que durante meses se rumoreara
que también cerraría sus puertas ante la crisis de
ventas. Simultáneamente, las multinacionales buscan nuevas
bocas de expendio para discos. La que más ha llamado la atención
en los últimos meses está en los quioscos de revistas.
La maniobra por motivos impositivo-legales, un revi-poster
con disco de regalo esta vez alcanza a lanzamientos
importantes en cuanto a la expectativa de venta. En principio, el
plan es que los discos sólo estén en los quioscos
como novedad, durante uno o dos meses. Aunque en Sum Records no
descartan que si, por ejemplo, Megadeth visitara próximamente
la Argentina, el disco aparecería otra vez en los puestos
de revistas. El método tiene antecedentes en las ediciones
especiales de medios gráficos (Página/12, la revista
Gente con la serie Obras cumbres, Noticias y sus colecciones de
rock nacional, folklore, tango y lo que venga, entre otros).
Por supuesto, el quiosco de revistas tiene sus límites empezando
por una razón de espacio para vender discos: ¿cuántos
quioscos hacen falta para exhibir la discografía completa
de los Rolling Stones, Bob Dylan o Luis Alberto Spinetta? Por eso,
por el lado de las multinacionales, hay otras estrategias en danza,
entre ellas aumentar la oferta en supermercados (Carrefour es hasta
el momento el que guarda mayor espacio para discos) y negociar con
librerías (¿Tiene Artaud?), farmacias
(¿The Cure?) o la cadena de videoclubes Blockbuster (¿Fito
Páez?). También haynuevo interés por alentar
el hasta hace poco desprestigiado comercio electrónico, especialmente
luego de la caída de (adivinen...) musimundo.com. Sony Music,
por ejemplo, en su sitio oficial vende discos con promociones que
van desde el merchandising (anotadores, videos, gorritos) hasta
la preventa en los casos de los lanzamientos, que consiste
en ofrecer el disco antes de que llegue a las disquerías.
El disco comprado en el sitio, además, llega al domicilio
del comprador en 24 horas. Otra novedad es la venta de música
en restaurantes o bares, como los álbumes del catálogo
del sello Tocka Discos/Universal (Ratones Paranoicos, Carca, Babasónicos,
entre otros), que se consiguen en el Soul Café. Pero además
de estos intentos, o de confiar en la concreción de hasta
ahora utópicos proyectos como una Feria del disco
o versiones mainstream, del Parque Rivadavia, las ideas
de nuevas bocas de expendio de discos no se alejan del retorno,
con la cola entre las patas, a las disquerías chicas.
Caminito al costado
del mundo
La opción de venta atendido por sus sueños,
que durante gran parte de la última década llevaron
adelante en sus shows artistas independientes como El Otro Yo o
Fun People, aparece ahora como pintada de colores flúo. Los
puestitos de venta en los conciertos, que inicialmente ofrecía
los discos del artista que estaba tocando, ahora en muchos casos
han ampliado su oferta. Patricia Pietrafesa, cantante de She Devils,
cuenta: Muchas bandas independientes intercambian material
para tener más discos para ofrecer en sus shows. En
el caso de She Devils, el catálogo que exhibe en cada concierto
o festival (se llama Resistencia Distribución) incluye CDs,
casetes, vinilos, videos y merchandising de más de treinta
artistas, como Fantasmagoria, Las Trolas o Killer Dolls. Por su
parte, en los shows de Boom Boom Kid se monta una verdadera feria
de venta de discos, con todo el material de su sello propio, Ugly,
y de otros sellos independientes. En estas ferias y puestitos, además,
el precio de los discos suele ser más bajo que en las disquerías
comunes (entre 5 y 10 pesos). Uno de los problemas que han enfrentado
estos catálogos itinerantes es la venta por correo, especialmente
en los casos de clientes en el interior o incluso en el exterior,
ya que para acumular pedidos y ahorrar en gastos de envío,
a veces la compra tarda dos o tres semanas en llegar al domicilio
del comprador. La maquinaria de El Otro Yo está un poco más
aceitada en ese sentido, y los envíos por correo de su sello
Besótico suelen tardar menos de una semana, en un precio
de alrededor de 15 pesos, traslado incluido. María Fernanda
Aldana, bajista de El Otro Yo, explicó al No que por un acuerdo
de Besótico con el sello-distribuidora DBN, el catálogo
que ahora ofrece la banda de Temperley en sus presentaciones se
amplió a discos de artistas como Los Piojos, Bersuit y Hermética.
Además, desde hace unos meses cuenta Aldana
también sumamos al sello una pequeña distribuidora
llamada América Villa, que reparte material por las disquerías
chicas.
Tu disquería
amiga
Tanto Aldana como Pietrafesa coinciden en que la caída
de Musimundo afecta más a quienes producen y venden en grandes
cantidades que a los independientes (al menos en forma directa).
Pero en tanto no aparezca otra megacadena, las disquerías
chicas podrán absorber las ventajas del momento. En Capital
Federal y Gran Buenos Aires existen actualmente alrededor de 600
disquerías chicas, aunque apenas 50 de ellas, las que entran
en la categoría de cuevas, son tomadas en cuenta
en el circuito del rock. En las cuevas ya se está vendiendo
más, y se está ampliando la oferta de venta porque
las distribuidoras ampliaron lo que les llevan, dice Lee-Chi,
propietario de un local de la rica en cuevas galería Bond
Street. Y concluye: Hasta hace poco ver un disco de La Renga
en la BondStreet era imposible, ahora ya no. Efectivamente,
los tiempos están cambiando.
PROBABLES
NUEVOS PUESTOS DE VENTA
El
lugar adecuado
Mientras la industria
discográfica se reacomoda, el No está en condiciones
de anticipar cuáles serán los nuevos centros
de venta, por cierto no convencionales, en los que podrás
conseguir los discos de tus bandas favoritas.
Redonditos de Ricota
en góndolas de lácteos.
Cadillacs en concesionarias.
Pericos, Ratones, Piojos en zoológicos.
Los Siete Delfines en Mundo Marino.
Calamaro en pescaderías.
Venus en el Planetario.
Divididos, Menos Que Cero en la Facultad
de Ciencias Exactas.
Sugar Tampaxxx en consultorios ginecológicos.
Cadáveres de Niños en la casa de Michael Jackson.
Melero en almacenes naturistas
y locales de computación.
Los Abuelos de la Nada en geriátricos.
Soda Stereo los lleva Dady Brieva a domicilio.
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