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Jueves 11
de Octubre de 2001


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EL DICCIONARIO LATINO DE DAVID BYRNE

Canibalismo

La música relacionada con el movimiento de rock latino es una de las más excitantes, innovadoras y disfrutables de cualquier lugar en la actualidad, de cualquier tipo, punto. Sin embargo, me gustaría que tuviera otro nombre.
Primero, porque el rock and roll ha muerto, y segundo, porque el nombre “rock latino” implica que esa música es meramente un derivado del rock y no una forma radicalmente nueva en sí misma.
Cuando me refiero a la música radicalmente nueva, obviamente no estoy haciendo referencia a cualquier artista involucrado en este “movimiento”. Yo tengo mi propia y personal definición de rock latino, la cual no incluye a ninguno. Vivo en mi propio universo y escribo mi propio diccionario. Mi definición de este tipo incluye a algunos artistas a los que muchos no considerarían para nada parte de este movimiento (por ejemplo, eventos de danza y música tropical que amplían sus límites musicales, califican en mi libro). Según mi definición este movimiento consiste de música que combina varios tipos, tendencias y géneros de pop global –ya sea música dance, pop, rock, rap o electrónica– con estilos, sensibilidades y ritmos locales. Así se obtienen mutaciones radicalmente impuras como una techno cumbia, una salsa metal y un son montuno-rap (...). Muchos artistas han caído en la cuenta de que para evitar convertirse en una copia de R.E.M., U2, Beastie Boys, Madonna o los Rolling Stones, no tienen por qué rechazar el hecho de ser un grupo folklórico. Por el contrario, todos parecen haber aprendido la elección de los Tropicalistas de treinta años atrás: comete a tus invasores. Canibalismo. Toma el pop global y las innovaciones tecnológicas y comételas por completo. Hacé su cultura parte de la tuya. De hecho, eliminá la dicotomía. Introducí al demonio en lugar de intentar combatirlo, unítele o corré y alejate de él. Estos son, o mejor dicho, somos (me incluyo, ya que estuve infectado por varios años) los niños de la Coca-Cola y el gazpacho, de la cumbia y Compuserve, de los mangos y Microsoft. De fenómenos de la guitarra y Tin Tan, de speed metal y poesía, de funk y sushi.
La música demuestra que es posible tenerlo de ambas formas, que ser bicultural o tri-cultural o lo que sea, es algo natural, satisfactorio y emocionante. Esto es lo que somos, la música lo dice, y aún más importante, la música se siente de la manera en que vivimos el presente. DAVID BYRNE

Fragmento de un texto publicado en el Nº 41 de la revista La Banda Elástica, dedicada a difundir el llamado “rock latino” en Estados Unidos. En la misma producción se incluye, además, un diálogo telefónico entre Byrne y Manu Chao, y una semblanza del ex Talking Head, a cargo del artista actualmente conocido como Rita Cantalagua y autoproclamado “miembro independiente asociado a Café Tacuba”.


“KRAMPACK”, EL ESTRENO DE LA SEMANA

La vida es bella

A comienzos de este año, una película de extraño título asomó por primera vez ante la crítica local en el devaluado Festival de Mar del Plata. En medio de la habitual avalancha de mediocridades en concurso y cierta sobreabundancia de películas sobre ansiedades existenciales de mujeres de clase media/alta (entradas en años), Krampack fue –junto a La Virgen de los sicarios– una constante en las recomendaciones boca a boca. Dos films hablados en castellano, los dos con personajes homosexuales entre sus protagonistas, aunque sin que la homosexualidad ocupe el verdadero centro su trama. Pero, mientras que lo principal en el film de Schroeder –ya estrenado en Buenos Aires– era su crudeza, su pesimismo y todo ese brutal idealismo atrapado en semejante desparpajo cínico, el caso de Krampack era totalmente diferente. Film de iniciación con personajes adolescentes, el humor y la sencillez del film de Cesc Gay funcionaban como un indispensable oasis dentro del vértigo –a veces pretencioso, otras veces aburrido– de todo festival de cine. Claro que esas mismas características pueden condenar a cualquier film al olvido cuando llega el momento de su estreno comercial. Por eso, esto es una advertencia: no se pierdan Krampack. En medio de un extraño jueves previo a las elecciones y por lo tanto con pocas novedades, el film de Cesc Gay es una de esas extrañas joyitas que permiten asomarse a la vida como si fuese fácil vivirla. Crónica del primer verano de sexo y drogas de los ya–no–tan–pequeños Dani y Nico, la naturalidad y los buenos diálogos de una pequeña comedia de enredos románticos y amistosos, le devuelven al cine aquella sincera sonrisa de todos los días. Lo que no es poco en los tiempos que corren. M.P.


FELIPE, EL DJ FUTBOLERO

¿Qué hago acá?

Repasemos los elementos típicos de un programa-ómnibus de TV de domingo a la tarde y dedicado al fútbol: conductor futbolero pero afable, columnistas “especializados”, contactos con enviados especiales en las distintas canchas, informes, invitados, concursos de preguntas y respuestas... Hasta ahí todo bien, normal y predecible. Pero el ingrediente curioso que suma Misión Fútbol (domingos de 15 a 19, por América, conducido por Pato Galván) es un DJ en escena, que musicaliza el programa poniendo la caripela a las cámaras. El pinchadiscos en cuestión es Felipe, ex DJ residente del Voodoo Bar, Soul Café o el Gran Bar Danzón –solía ser DJ Phillip– y actualmente casi un coconductor televisivo. El mismo le contó al No cómo fue su llegada a la tele: “Una noche que estaba pinchando se me acercó el productor del programa, Gonzalo Morozzi, y me dijo que ya no sabía qué música poner al aire para mantener el clima ‘bien arriba’. Primero me pidió consejo, pero después directamente me propuso integrarme al ciclo. Me pareció raro porque era un programa de fútbol, pero después me dije: ‘¿Un productor de TV me está ofreciendo laburo? ¡Bárbaro!’ Pum para arriba, entonces. Un nuevo DJ residente de un programa de televisión, con los únicos antecedentes de DJ Perón (el de Todo por dos pesos), o del invisible pero palpable Gonzalito (de Feliz domingo). Felipe, que tuvo como partenaires para sus performances televisivas a Charly García, Juanse, Willy Crook y otros rockers, efectivamente mantiene “bien arriba” al programa con su cóctel de drum n’ bass, house y acid jazz. Y se guarda algunas rarezas para momentos especiales, como un setentoso vinilo de Ubaldo Fillol dando recomendaciones para los niños, el tema oficial de México ‘86 o el recordado himno a la derrota conocido como “Chau chau adiós”. Reflexiona Felipe: “Millones de veces me pregunté ‘¿qué hago acá?’, porque parecería que el ambiente del fútbol no tiene mucho que ver con la música electrónica. Pero la idea era contagiar energía musicalizando los bloques en el piso, o acompañando los móviles de exteriores o los clips editados; y está quedando bueno. Los reidores, cuando meto algo pulenta, se enganchan. Y de pronto el Pato empezó a hacerme preguntas en cámara, o a revisar mis discos, así que fui teniendo más lugar... Aunque muchas veces no sé qué contestarle; a mí me gusta pasar música”. JAVIER AGUIRRE


EVA Y ADRIANA, DE BACCARAT

Los angeles de Pángaro

Eva Shin tiene 26 años, un hijo de 4, ojos grandes y achinados. Entre otras excentricidades, mantiene su origen oculto: puede ser chino, vietnamita o japonés. “Soy siamesa”, brinda como único dato. Adriana Vázquez es mayor que Eva. Vive en un departamento en el barrio de Congreso, todo pintado de fucsia con techos altos, una radio que anda a medias y antigüedades de todo tipo. Las dos son el sostén coral del proyecto Baccarat que Sergio Pángaro lleva adelante desde 1996. “En Baccarat mostramos lo que nos pasa de una manera especial, con cierta elegancia, sutileza y delicadeza, sin caer en lo frívolo. Buscamos lo que nos gusta del pasado.”
–¿Es lo mismo que decir retro?
–Nosotros pensamos que no. Que es simplemente tomar lo que nos parece bueno.
Sergio Pángaro las define: “Como dúo son geniales, aprendo de ellas como mujeres y como artistas. Y no me banco que alguien se refiera a las chicas como contratadas por mí y no como parte intrínseca del grupo. Son coristas, pero además ideólogas. No es un dato menor”. Su participación es activa en Baccarat en la Ideal, grabado en vivo durante las performances del grupo en la vieja confitería de Suipacha y Corrientes. “Con el disco surgieron muchas de estas cosas. Baccarat es música, pero tiene un contenido visual muy fuerte, casi tan importante como la música. Es una performance constante. El disco se grabó en los shows que hicimos durante varios viernes en el 2000. Fue buenísimo porque en esos shows se vivía una atmósfera de elegancia decadente que a nosotros nos encanta”, dice Eva. Acto seguido, aporta Adriana. “Jugamos mucho en los shows... Pero la mejor historia es ésta: un empresario nos contrató para grabar unas cintas audiomagnéticas que tenían como destino el espacio sideral. Pero en realidad éramos engañados como conejitos de indias.” C.V.