TOTUS
TOSS Y TIMMY O’TOOL, A LA CONQUISTA DEL PODER
Los
míster T
El
metal del siglo XXI, aquí y ahora en Buenos Aires. Nuevos sonidos
duros para tiempos duros: una cuestión de actitud, imagen y perseverancia.
Dos bandas promesa de la escena porteña hablan de eso y así se dan
a conocer, aun desde las diferencias de concepto. Suban el volumen.
POR
CRISTIAN VITALE
Totus Toss
y Timmy OTool representan una nueva ola metálica (¿o
habría que buscarle otra denominación ya?) que se
intuye y comprueba efectivamente lejos de la ortodoxia que el género
históricamente mantuvo en la Argentina, desde V8 en adelante.
Las dos bandas ya recorrieron un largo camino de shows en lugares-dos-ambientes,
ediciones independientes, fechas compartidas y fatiga underground.
TOT, pese a sus 8 años de trayectoria, aún no
editó un disco y esta deuda recién será saldada
a fin de año, con un primer disco producido por Gabriel Ruiz
Díaz, bajista de Catupecu Machu. La carrera de Timmy OTool,
aunque más corta, es también intensa: nacieron en
1996, en 1999 participaron con No existes en el tributo
bizarro a Soda Stéreo y el año pasado editaron su
primer disco, titulado No soy yo, que incluye una shockeante versión
de Satisfaction, de los Stones. En ese entonces tuvieron
tiempo para girar por México y ser consagrados revelación
del multitudinario Rock al Parque de Bogotá, Colombia.
Lo cierto es que ambas bandas apuntan como los (futuros) grandes
nombres de una música dura para tiempos duros. Los
metaleros clásicos tienen un techo y por eso tienen prejuicios.
Están siempre cuestionando ideas nuevas. No es nuestra manera
de pensar, a nosotros nos gusta explorar con la tecnología,
sequencers y demás. Lo único que nos importa es ser
felices tocando, introduce Lisandro Alvarez, guitarrista de
TT. Martín, bajista de la misma banda, reafirma el concepto.
Todo aquel que se jacta de hacer un estilo, se limita a sí
mismo. Para nosotros, la música es una rama del arte y, por
lo tanto, una manera de expresión. Hasta nos parece raro
que otros no lo tomen así. Es cierto que hoy es un cliché
no encasillarse, pero nosotros pensamos así: estamos del
dance para acá. Timmy OTool concuerda, pero con
ciertos reparos. Aclara Rana, el otro bajista: Nosotros no
estamos cerrados a un estilo, pero sí te puedo asegurar que
jamás vamos a hacer ni pop ni metal clásico. Tenemos
influencias muy marcadas que vienen del hardcore, del metal, del
punk o del rap. Por más que me traigan una base pop maravillosa,
no la vamos a tocar. No nos dice nada esa música. Nos dicen
que nos parecemos a los Peppers y eso es notorio. Siempre tocás
la música que amás y nosotros amamos a los Peppers
y a Rage Against The Machine.
Totus Toos y Timmy OTool nacieron a la luz del rock de los
90 y, por tanto, generacionalmente responden a la cruza de
influencias, sonido y actitud que sobresalió en el mundo
anglosajón, desde ese momento y hasta hoy. Yo estuve
mucho tiempo encerrado en la música extrema, escuchando Helloween
y yendo al subsuelo de La Negra o Apocalipsis. Hasta que caí
y me di cuenta de que comía solamente chocolate habiendo
mil gustos en la mesa. De a poco fuimos rompiendo el cascarón
para descubrir nuevos mundos. En Totus puede haber mucho de Sepultura,
mucho de Charly y hasta un poco de Pedro y Pablo, prosigue
Lisandro, por lejos convertido en líder y disparador de un
debate entre los protagonistas. La imagen, por ejemplo, bien puede
ser un punto de partida. Nosotros somos coquetos todo el tiempo,
todos los días, reconoce Martín, de Totus. Rana,
de TOT, razona en consecuencia. La imagen para nosotros
vale mucho. Los pibes se fijan en eso. Nos gusta que nos escuchen,
pero también que nos miren. No tiene sentido que hagas una
música de la puta madre clavado en el escenario. Eso no transmite
nada. Los pibes se contagian con el movimiento. Y esto no quiere
decir que copiemos una estética en especial. Es como cuando
te hacés de Boca porque tu papá es de Boca. Nos cabe
salir a tocar vestidos como enfermeros o en bermudas. Esto no implica
que nos pongamos pijamas todo el tiempo como la Bersuit. Somos así.
Si haríamos pop, igual saltaríamos todo el tiempo.
Vuelve Martín: Todos tocamos y escuchamos en algún
momento música heavy, Zeppelin, Sabbath, Sepultura, Metallica.
El problema es que la gente, si te importa la imagen, te tilda de
careta.Pero si te ponés a pensar, Hendrix soportó
a su bajista por el solo hecho de que le cabía el look que
tenía.
¿Cambian la imagen según las modas?
No. Es más cotidiano: si salís con una mina,
te peinás, te afeitás, te comprás pilchas.
A nadie le cabe salir con una chica con jeans con medio huevo afuera
y el orégano de la pizza de Uggis entre los dientes... Esa
no da. Las minas lo mismo, se ponen siliconas en las tetas para
agradar, para calentar a los hombres. El mundo está planteado
así (Lisandro).
Tampoco nos tatuamos por moda sino por gusto; no nos ponemos
aros en la nariz por eso... (Rana)
Cierto prejuicio machista restringió casi siempre el
acceso de las chicas a un show pesado. ¿Eso cambió?
Sí. Creo que es por la estética del show, por
la iluminación y la buena onda. Nosotros preparamos mucho
los shows, nos fijamos en la seguridad y todo eso. Y generalmente
hacemos fiestas después: seguimos hasta las 7 de la mañana
con música a full y se genera un clima de muy buena onda
(Martín).
Jamás hubo una pelea. Cuando hay un cumpleaños,
mandamos cerveza gratis toda la noche. Seguro que te imaginás
un mar de vómitos y trompadas por doquier: yo te aseguro
que nada que ver. Veíamos salir enamorados de la mano a las
parejas y ni siquiera rompían vasos. Está bueno el
clima de convivencia: viene gente con tachas y cuero, tipos con
pantalones anchos, gays y lesbianas: dos por tres, desde arriba
del escenario, vemos dos chicas besándose: está bárbaro
(Lisandro).
Entonces, no hay problema. ¿Pero qué pasa cuando
los hay?
Es por la actitud del grupo desde el escenario (Martín).
Los pibes se cansaron de que el cantante les diga lo que tienen
que hacer. Hay músicos que te dicen el que escucha
Manu Chao es un puto o los que van a la Facultad de saco y corbata
no son rockeros. ¿Desde cuándo te marcan lo
que sos o lo que tenés que hacer? ¿Con qué
derecho? Me peleé toda la vida con mi familia por diversas
posturas y encima me tengo que bancar que me impongan una ideología:
me parece un absurdo (Lisandro).
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