LOS
DIEGOS RO-K Y CID PREPARAN, APUNTAN, DISPARAN...
Alguien
tiene que decirlo
Estos
dos no se detienen ni guardan nada. Mientras esperan por un segundo
disco conjunto, dicen que no todo lo que brilla es oro: cualquiera
puede hacerse el Dj, los que vienen de Estados Unidos e Inglaterra
a veces son pura chapa, Paul Oakenfold es “paupérrimo” e “innombrable”
y la dicotomía Pappo-Deró es falsa. “Nosotros no imponemos hits,
los hacemos”, se ufanan.
POR
PABLO PLOTKIN
Los disc
jockeys argentinos pueden sentirse víctimas de horribles
conjuras, a veces. Sentarse a hablar con uno de ellos puede equivaler
a quedar atrapado en una trama de superestrellas impostoras, dudosos
colegas, periodistas desinformados o propagandistas, empresarios
estafadores, conspiraciones del fundamentalismo rockero. El
problema con los periodistas dice Diego Cid, esbozando una
semisonrisa de desconfianza es que vienen del rock. No comprenden
nuestra situación. Por falta de investigación, terminan
sobrevalorando a tipos que no merecen ser siquiera considerados
disc jockeys. Encima que la prensa no ayuda, los productores
importan artistas que sólo valen por su pasaporte (alcanza
con que pueda imprimirse USA o UK, entre
paréntesis, en el dorso de las tarjetas), ciertos DJs locales
con cartel no hacen más que plagiar a los mejores (los
mejores suele ser sinónimo de nosotros)
y la masificación del acceso a la música de la semana
hace que, hoy, cualquiera pueda ser disc jockey. Cualquiera.
Es un curro nuevo, de esta época, entonces es difícil
de entender, admite Diego Ro-k, la otra mitad de D+D. Pero
alguien tiene que hacerlo. Y la cosa es tener la capacidad de salir
a diferenciarte de los millones de disc jockeys que hay en todo
el mundo. Elegir entre miles de discos, hacer algo novedoso, distinto...
Ser disc jockey es decodificar la lluvia de música que cae
cada semana. No es tan fácil, ¿eh? Podría serlo:
vas a la disquería, te comprás el top ten, y por ahí
pegás algún laburo. Lo mismo pasa con las bandas de
rock: hacés un par de covers Route 66,
El fantasma del pelo largo (sic) y algún
laburo en Gesell vas a pegar. ¡Es lo mismo!
Ro-K
y Cid se jactan de pertenecer a la primera avanzada de la música
electrónica de Buenos Aires, o al menos se sienten en parte
responsables de la resignificación de la sigla DJ en la Argentina.
A esta altura, a más de dos décadas del momento en
que un grupo de negros del Bronx se puso a jugar con sus vinilos
para configurar el mapa genético del hip hop, la cosa se
ve con otros ojos, más allá de lo que diga Pappo comiendo
ravioles en el programa de Repetto. Desde entonces aparecieron tipos
como DJ Shadow (casi el inventor del género DJ), Babasónicos
(la primera banda de rock argentina que incorporó a un pinchadiscos)
y los australianos The Avalanches se lanzaron recientemente a la
fama como el último grito de ese conflictivo linaje creativo
que compone a partir del trabajo de otros. RoK y Cid, criaturas
de cabina desde mediados de los ochenta, formados en cultura rock
pero decididamente alineados en las filas de la disco, son dos de
los profesionales más efectivos de la escena electrónica
de Buenos Aires, todavía confusa y confundida entre tanto
iniciado y vendedor de espejos de colores.
Remezcladores
de Catupecu Machu, Super Ratones y La Mosca, los D+D redujeron al
mínimo las presentaciones a dúo este año. Si
bien es un producto caro para contratar dice Cid, no
nos interesa presentarnos en cualquier lado sólo por dinero.
Hicimos cosas más bien simples, siempre en el formato back
to back. En un momento, varios artistas de acá lo probaron,
pero lo dejaron de lado porque se dieron cuenta de que para hacer
un back to back es necesaria una conexión que en nuestro
caso en natural. Mientras esperan la edición del nuevo
disco de D+D para antes de fin de año el sucesor del
anfetamínico Estimulante, Ro-K se dispone a publicar
EPs y pone al día los papeles para instalarse una temporada
en Alemania, donde trabajará para la prestigiosa compañía
Cocoon. Mientras tanto musicaliza las noches SuperClub de Buenos
Aires News, los viernes, luego del programa de radio que tiene en
FM Energy. Cid es el codirector artístico de la radio, responsable
de que la 101.1 abandonara el rigor trance que la caracterizaba.
Además, tiene listo un álbum solista bajo elseudónimo
9 Mil, que lanzará el sello Cosmic Records, desprendimiento
de Estatus.
LOS SALAMES
Ro-K: Venimos dándonos cuenta de que en Buenos Aires
hay muchas propuestas dance, pero todo se fue poniendo muy zonzo.
Cualquier salame viene escuchando house en el auto, se volvió
una cosa muy normal. No hay experimentación. Y nosotros siempre
fuimos pibes de hacer after hours, cosas extrañas, y de golpe
hubo una quedada con respecto a todo eso. No hay cosas novedosas.
Hay cosas buenas, pero el progressive típico, el housito
típico, un tecno no muy raro... Nadie está haciendo
algo extremo. La situación no es muy fácil, pero en
cualquier momento sacamos una noche extrema un sábado. Sabemos
que es algo que falta. Por otro lado, este año hubo mucha
cosa dando vueltas, mucho disc jockey de afuera. Había que
darle tiempo a la gente para que viera quién venía
inflado por la prensa y la propaganda, quién valía
realmente la pena y quién no. Mucho chasco, este año.
Pero creo que vino muy bien, porque la gente de acá se dio
cuenta del nivel de los que laburamos acá, y que afuera no
todo es MixMag.
Cid: Estamos en una segunda etapa de crecimiento. En la primera,
se conocía a la música electrónica como marcha.
Ahora el problema es que la gente no termina de sentirle el gusto,
o no termina de saber qué es lo que le gusta de la música
electrónica. Pero es un efecto lógico de la masividad.
Se nos está yendo de las manos a todos.
Ro-K: Pero hubo un gran crecimiento: ahora la electrónica
pegó en otro tipo de gente. Gente que antes escuchaba indie
rock, o hip hop música más universitaria, como
se la conoce en Estados Unidos, ahora se volcó al dance.
Es lo que está pasando en todo el mundo. Y acá cada
vez sucede más: al principio luchábamos para imponer
la música electrónica. A esta altura ya no hay que
imponerla: ya está. Si no la conocés es porque te
gusta el folklore.
EL ROCK
Cid: Hoy un pendejo no agarra más la guitarra eléctrica.
Mamá, comprame la computadora, la carga con programas
de música y se hace su propio estudio.
Ro-K: Además, creo que el rock no le encuentra la vuelta:
se sigue refugiando en fórmulas extintas, quieren buscarle
otro giro a la historia de los Rolling. Las bandas de rock interesantes
en Argentina se cuentan con los dedos de una mano.
Cid: De todas formas, nosotros jamás podríamos renegar
del rock, porque es de donde venimos. Nuestra formación proviene
del punk, del rock, de la música disco, y creo que eso nos
da otra perspectiva.
Ro-K: Acabo de volver de Europa, estuve trabajando en Ibiza, y este
año en Londres hubo una gran influencia del punk. Me compré
cantidad de discos con estilo punk house. Yo era fanático
de los Pistols, los Clash, así que no me cuesta entender
nuevas tendencias que estén influidas por todo eso. Ya en
Delight, a fines de los ochenta, ponía los videos de The
Cult enteros. Después ponía Guns NRoses... Y
en toda nuestra época pre música dance poníamos
Iggy Pop, The Stranglers, Clash.
Cid: Los periodistas siempre nos preguntan qué problema tenemos
con el rock, o qué problema tiene el rock con nosotros. Nos
ponen en ese versus que nosotros jamás quisimos crear. Eso
lo crearon Deró y Pappo en un programa malo de televisión.
El músico de rock no tiene ningún problema con el
de jazz, y me parece que tampoco tendría que tenerlo con
nosotros. Creo que cierta gente del rock se sintió afectada
cuando se empezó a decir que los DJs tocábamos música.
Ahí es cuando les saltó la ficha. Decían: Yo
hice cinco años de conservatorio para decir que toco la guitarra
y estos agarran dos discos y dicen que tocan.
LOS AGENTES EXTERNOS
Ro-K: El rock incorporó las drogas para ver las cosas
desde otra perspectiva; la música electrónica nació
con toda eso ya incorporado, es algo que existe de manera implícita,
sin muchos cuestionamientos. Si no, esta escena electrónica
no tendría casi sentido. Mucha de la música de la
última década no habría tenido repercusión
internacional de no haber sido ayudada por varios agentes externos:
éxtasis, LSD... El éxtasis unificó la percepción
de ese sonido.
Cid: A mí me molesta tanto el que busca drogas toda la noche
como el que se la pasa renegando. A mí me gusta la gente
que viene a escuchar música, a divertirse, y lo que nosotros
vendemos es sólo música, jamás nos metimos
en un tipo de transa, o en ninguna clase de pensamiento del tipo
voy a poner esto porque les va a pegar a los que toman ácido
o voy a poner esto porque están todos de merca.
Ro-K: Hemos pasado por todas las modas desde principios de los ochenta
hasta ahora, vimos pasar todas las sustancias en boga. Pero nunca
fuimos agitadores, ni Eminems, en ese sentido.
Cid: A mí lo que no me gusta ver es gente en mal estado:
uno borracho que no se puede mantener parado, o uno redrogado que
la está pasando mal. Pero si el pibe está tomando
un vaso de agua en la pista, con una sonrisa y bailando... Eso no
tiene nada de malo.
LA FARSA
Ro-K: Este fue un año de chascos.
Cid: Vinieron disc jockeys muy, muy malos.
Ro-K: Hay algunos que no existen, y son traídos acá
como estrellas. Y no existen.
Cid: Algunos fueron buenos en algún momento. Danny Rampling
nunca me gustó, pero es muy buen pibe, y en algún
momento fue una leyenda. Pero ésa yo no la viví. Lo
que me mostró a mí es un desastre, directamente. Igual
que Westbam. En una época tenía todos sus discos,
y cuando vino acá me di cuenta de que era malísimo.
Ni siquiera tenía técnica. ¿Cómo es
que pueden llegar a un lugar así haciendo esa porquería?
Ro-K: Nosotros nacimos en un lugar errado. Si Diego hubiera nacido
en Estados Unidos sería Jeff Mills. Sin exagerar. Puedo decir
que más del 80 por ciento de los disc jockeys que vinieron
este año no cumplió con las expectativas.
Cid: Yo he tocado con tipos que son supuestamente grossos, a los
que les rompo tanto el culo... No es por agrandarme, pero hay tanta
diferencia. En técnica, en música. No sé qué
vienen a hacer acá. Ojo: porque hay muchos que vienen pensando
que somos indios, y traen un set indio. Escuché a Anthony
Pappa acá y no me gustó, pero escucho sus compacts
y me gusta.
¿Oakenfold?
Cid: No, es paupérrimo.
Ro-K: Innombrable.
Cid: La música que hace Oakenfold, nosotros la curtimos en
el 89, 90. Esa clase de trance fácil.
Ro-K: Lo de Oakenfold ya es feo, incómodo, es como ir a ver
una misa, man. Es muy feo.
Cid: En Europa preguntás por él y te mandan al carajo.
Paul Oakenfold labura en Asia, en Australia, pero en Europa no trabaja
en ningún lado.
Ro-K: Te voy a dar la definición exacta: Oakenfold es el
DJ Deró inglés. Exactamente eso, aunque en versión
Inglaterra. Creó una movida, como el Cabezón, laburó
para la masa... El pibe se armó bien, fue punta de flecha,
y si vas a los números probablemente sea el pibe que más
plata hizo de la música electrónica. Al principio
era buenísimo, le hacía remixes a Primal Scream. Pero
se masificó tanto que no pudo salir de su propia trampa.Antes
de tocar con U2 era muy respetable; después cayó y
se dedicó a venderle a toda esa gente que lo vio en el Wembley
Arena.
EL TEMA DE LA TEMPORADA
Ro-K: Nosotros no ponemos hits: los hacemos. El secreto es
inventar el hit.
Cid: No somos disc jockeys de poner hits ya impuestos. Tiene que
estar demasiado bueno como para que yo me compre un tema que ponen
todos los DJs.
Ro-K: Yo me pasé el año imponiendo hits.
Cid: Este año yo estoy tratando de imponer el nuevo de Green
Velvet, La La Land, que me gusta mucho y seguramente
lo van a poner todos. Pero lo tuve un mes y medio antes que el resto.
Ro-K: Ahí es donde te diferenciás: teniendo un par
de discos muy buenos antes que los demás. Después
los tienen todos, pero existe un submundo estratégico en
ese sentido. Hay varios, y varias, que se hicieron conocidos como
disc jockeys picoteando de los set lists de otros colegas. Pero
la gente va sabiendo quién es quién. Te das cuenta
en los sets. Yo vengo poniendo este electro house desde la última
época de Morocco. El año pasado la reventé:
hits, hits, hits. Y ahora cuando viajé a Ibiza me di cuenta
de que recién ahora los pibes que hicieron esos discos empiezan
a salir en las revistas. Es cuestión de olfato.
Menú
porteño
La oferta de lugares
para escuchar o bailar música electrónica en
Buenos Aires está en permanente crecimiento. Aquí,
un resumen de los principales lugares dance del momento:
Clubland.
Los sábados en la discoteca Pachá. Organiza
fiestas especiales de Cream, Reinassance o Dance Nation, y
suele tener DJs internacionales invitados (Dave Seaman, Deep
Dish, Sander Klainemberg). Este sábado anuncia el regreso
de la estrella autóctona Hernán Cattáneo.
Durante su ausencia, fue reemplazado por Javier Zucker y Carlos
Alfonsín.
Big One.
Los sábados, en la ex discoteca Inferno (sobre Alsina,
enfrente a un caliente bar peruano). Los DJs residentes son
Aldo Haydar y José Gabin, cultores del house y progressive.
Una vez por mes convocan a invitados internacionales, como
el DJ Kevin Yosh. En leve ascenso.
Animal.
Ciclo de los viernes, en Pachá, con Cristóbal
Paz como residente, además de DJs invitados rotativos
como Trincado, Romina Cohn o Simbad. Una vez por mes, además,
organiza las Camel Genuine Sound, que tienen como residentes
a Big Fabio y al dúo Spitfire (de los ex Urban Groove
Miguel Silver y Luis Nieva).
Superclub.
Los viernes, en Buenos Aires News, con Diego Ro-k como residente.
Uno de los protagonistas de esta producción especial
intenta darle al lugar, tradicionalmente conservador
dentro de los cánones del género, un espíritu
de renovación underground.
Boquitas Pintadas.
El hotel fashion de Constitución ofrece viernes y sábados
de house y minimal-house, generalmente con DJs internacionales
invitados como DJ Baywatch. Durante esta semana, y hasta el
próximo miércoles, el pinchadiscos a cargo es
el estadounidense Eric T. Clark.
After Hours.
Para los madrugadores y los que siguen de largo, hay dos ofertas.
Uno es K2 (Avenida de Mayo al 900, los viernes, sábados
y domingos de 7 de la mañana a 12 del mediodía),
a cargo de la nueva formación de Urban Groove. El otro
es Fiction (en la disco Caix, los mismos días, de 8
a 13), muy convocante, con menú tek-house y progressive.
Jueves.
La oferta de pre-dancings digamos de 1 a 3.30 de la
mañana se reparte básicamente entre dos
lugares; el Voodoo (sin residentes) y el Club 69 (disco, funk
y house por los DJs Nico Cota y Javier Zucker).
Fiestas BPM.
De las más ascendentes, actualmente establecida los
viernes en la confitería La Ideal. Autodefinidas como
fiestas de artes y música electrónica,
tienen como residentes a los DJs InDaMix, y suele incluir
a invitados como Gustavo López, Boeing, Frecuencia,
Urban Groove, Pommerenck, Shemale o Altocamet.
Insomnio.
No son exclusivas de música electrónica sino
que el menú se basa en el pop bailable de los ochenta
y demás. En su versión de este sábado
contará con una pista electrónica a cargo
del DJ invitado Diego Cid para, según sus organizadores,
aumentar la oferta de estilos.
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Saber
elegir
Strobe es una cueva
de vinilos oculta en una galería de Cabildo al 2200,
una disquería especializada atendida por el disc jockey
Mike Ares. Cid la visita casi todas las semanas; Ro-K apenas
va algunas veces por año, pero Gustavo el dueño
del local suele llevarle vinilos a domicilio (el resto
de sus adquisiciones es a través de Internet y los
viajes al extranjero). Reciben unos setenta títulos
por semana, que seleccionan de una lista astronómica
según el sello del que provengan, así que los
DJ porteños saben qué clase de material habrá
disponible en Strobe cada vez que van a buscar novedades.
La cosa no está para comprar por comprar,
dice Gustavo. Traemos lo que sabemos que les interesa
a nuestros clientes. Para Cid, la democratización
del acceso a la música complicó el trabajo.
Una cosa es decidir entre veinte tracks y otra entre
2 mil. Por eso llevamos las de ganar nosotros, que tenemos
cultura dance y sabemos qué vale la pena y qué
no. Nosotros nos fijamos en productores, ciudades. Sabemos
qué estilo corresponde a cada escena, a cada ciudad...
Si viene de Detroit probablemente sea tecno, si viene de Chicago
puede ser house o tecno, si viene de Nueva York seguramente
sea house, o tribal house. Si viene de Miami es deep; si viene
de San Francisco es electro, o break. Londres es trance, progressive,
la música que se escucha ahora. Europa es tecno y house
minimal. Ro-K cuenta: A mí los pibes me
ven comprando música y me dicen ¿cómo
hacés?. Claro, me ven leyendo una lista del grosor
de una guía telefónica, y marco seis títulos
de un solo vistazo. Ahora bien: ¿es saludable
esa histeria de salir corriendo detrás de los simples
de la semana? Ro-K contesta: Eso depende de las hormigas
en el orto que tenga cada uno. Yo puedo presentarte a un pibe
que te pasa un set de música del 96 y te lo partió
al medio, te lo dejó así. Pero hay tanta música,
que ponerte a pasar música vieja... Vamos para adelante,
yo soy de pensar así.
Viernes a la noche, en Strobe: Ro-K cata vinilos en un altillo
equipado con un par de bandejas y auriculares. Del sello Plastic
City, de ¡Viva!, del alemán Gema, del inglés
Loaded. Abajo, entre montones de ediciones de último
momento y viejos discos de valor arqueológico (originales
de promoción de Gloria Gaynor, copias autografiadas
de los Bee Gees), Diego Cid pincha un tema deep house del
sello Nordic Trax, mientras separa el simple Do you
mind para extraer no más que un loop de percusión.
Parroquianos electrónicos asienten ante las recientes
publicaciones del sello Niche y de Martin Venetjoki, un artista
de Touchdown Recordings que próximamente vendría
a Buenos Aires. El disco que yo me compro tiene que
tener algo que me gustó en cuanto a groove. Además,
tiene que tener algo atípico respecto de todos los
discos que tengo, explica Cid. El disc jockey
nuevo va a ir a buscar algo que esté sonando ahora,
aporta Ro-K. Entonces se llenan de ediciones de sellos
norteamericanos, tipo Siesta y todos esos que están
invadiendo el mercado ahora, y la música suena toda
igual. Cid define la diferencia entre los DJ latinos
y los anglosajones:
Los disc jockeys de afuera son muy costumbristas, estilistas,
en cambio uno latino puede mezclarte todo en un set. Te puede
poner un trance y un break. Eso jamás lo haría
un disc jockey europeo, que son muy prolijos, pero no manejan
el factor sorpresa en la pista. Entonces Ro-K pone un
tema de Rick Preston a todo volumen. Cid menea levemente la
cabeza y sentencia: Bien puesto puede andar.
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