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SUPLEMENTO DE HUMOR DE PAGINA/12

 

 

Papelera Papelón

Por el prof. Sócrates Mosqueto

Lector. ¡Sí, usted, lector! ¿Qué ha hecho últimamente por su primo? Usted no hizo nada, pero el ex ministro José Luis Machinea se ocupó de su primo Víctor Machinea, a quien designó presidente del Servicio Nacional de Sanidad Animal, luego de duplicar el sueldo del cargo, que así pasó a 9000 pesos. Ahora que se fue Machinea y que volvió la aftosa, ¿seguirá el primo? Aunque no siguiere, debe suponerse que ha tenido tiempo de nombrar a su vez otro primo, y éste a otro: basta con la velocidad de designación de primos sea superior a la de sus destituciones, de acuerdo con la siguiente fórmula:
TDP = TDP-1
Que se lee así: el tiempo de designación de primo debe ser igual al tiempo de destitución de primo menos (por lo menos) un segundo. Es un poco incómodo que la sigla (TDP) de la designación sea igual que la de la destitución, pero con Machinea siempre se supo que era así. Lo importante es que la sociedad argentina, gracias a su infatigable preservación de los valores familiares, ha logrado lo que los matemáticos, con sus computadoras, todavía no consiguieron: una fórmula para predecir infaliblemente la aparición de los números primos.
Es claro que, así, todo funcionario renunciante tiene un primo a quién recurrir, pero en realidad no le hace falta: todo el mundo sabe que los funcionarios renunciantes siempre consiguen trabajo en importantísimas empresas privadas. La función pública, a diferencia de las universidades, ¡tiene salida laboral asegurada! Y esto debe aprovecharse para resolver definitivamente el problema del desempleo.
Se trata de que todo argentino tenga derecho a ser designado funcionario, lo cual puede lograrse fácilmente mediante una adecuada rotación en los cargos públicos. Supongamos, José Pérez, actualmente changuista en La Matanza, es designado Director Nacional de Papelitos. Pasados unos meses se lo destituye, pero se irá sonriente porque tendrá trabajo asegurado en la Papelera Papelín. Su sucesor, José Sánchez, actualmente desocupado en Tartagal, tampoco durará mucho en su cargo pero también va a sonreír porque conseguirá trabajo en la Papelera Papelón. El problema, claro, sería si Pérez o Sánchez, en su paso por la función pública, se comportaran de tal modo que ni Papelín ni Papelón quisieran contratarlos después. Pero, bueno, a éste Pérez y a éste Sánchez no hay manera de ayudarlos.

 

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