Desde Madrid
Domingo 2 de febrero de 2014. Chile sufría una de las peores derrotas en su fructífera historia en la Copa Davis ante Barbados y tocaba fondo. Nicolás Massú, el doble campeón olímpico que había debutado como capitán en aquella serie en Bridgetown, le puso el pecho a la situación y supo que sólo había una manera de tomar resurgir: devolverle al tenis de su país la identidad que había perdido en los últimos años.
Más de cinco temporadas después, Chile palpita un duelo trascendental en el debut ante Argentina en las Finales de la Copa Davis, la primera edición del Grupo Mundial con 18 equipos que luchan por la gloria durante una única semana en la Caja Mágica de Madrid.
"Somos un grupo joven con jugadores que tenían 16 años cuando arranqué como capitán. Creemos en el trabajo, en el proceso y en la continuidad. Cuando agarré el puesto tenía 33 años, era muy joven y me acababa de retirar. Tomé el desafío y hoy, cinco años después, estamos acá entre los mejores 18 equipos del mundo. Tenemos mucho por delante", describió el ex número 9 del mundo en diálogo con Página/12.
En una nueva modalidad de prácticas compartidas en la Copa Davis, Christian Garin, número uno del equipo chileno, se entrenó nada menos que con Andy Murray en las canchas auxiliares de la Caja Mágica, mientras que Nicolás Jarry trabajó con Kyle Edmund. En ese contexto, Massú sabe lo que representa para sus jugadores codearse con los mejores: "Es algo diferente, porque en la Copa Davis siempre se entrena con los propios compañeros. En esta Davis me llamó la atención cómo varios equipos comparten las prácticas. Para nuestro equipo es importante”.
Jarry será rival de Pella y Garin hará lo propio ante Schwartzman, aunque cualquiera de los dos podría llegar a jugar también el punto de dobles, con la variante natural del especialista Hans Podlipnik. "Argentina tiene mejor ranking, pero nosotros tenemos dos jugadores jóvenes que pueden ganarle a cualquiera. Tengo variantes para formar el doble y estoy satisfecho porque cuento con opciones a lo largo de la Copa”, expresó Massú con confianza.
El capitán chileno, recién llegado de Londres tras acompañar a su dirigido Dominic Thiem en la final del Masters -cayó ante el griego Stefanos Tsitsipas en tres parciales-, valoró el crecimiento del tenis de su país y la construcción de un equipo consolidado a lo largo de los años: "La ventaja que tenemos es que somos los mismos desde hace varios años. Nos conocemos mucho y esa es la base del éxito. Llegar acá es una felicidad máxima porque es lo que siempre soñé desde que agarré el equipo; pero los sueños siguen, queremos pasar de ronda, asentarnos en este nivel y más pronto que tarde estar metidos entre las potencias".