Pasaron las horas y ya quedó atrás la despedida de Argentina en las Finales de la Copa Davis. El análisis frío arroja un sabor agridulce más allá de haber estado cerca de conseguir una de las victorias más resonantes de su historia ante España en la competición por la ensaladera de plata.
"Nadal tiene casi toda la responsabilidad del triunfo; sin desmerecer al resto, Rafa es Rafa y es de lo mejor que vimos en nuestras vidas", deslizó el capitán Gastón Gaudio después de la caída en cuartos de final. Aquella observación denota una de las cualidades principales del nuevo formato de la Davis: un solo jugador puede mantener a todo un equipo con vida o, al menos, tiene mucha más injerencia que antes para hacerlo.
Desde la salida de Del Potro, cuya última actuación con la camiseta nacional habrá sido en la histórica victoria en la final de Zagreb ante Croacia, Argentina no cuenta con un jugador fuera de serie que pueda torcer la situación en momentos realmente adversos y contra rivales de peso propio.
Si bien dispone de un plantel compacto, con Pella y Schwartzman establecidos en el primer nivel internacional y con buenas variantes en dobles -Zeballos no pudo jugar por una lesión en el aductor-, existen instantes bisagra en que las leyendas aparecen y no hay con qué detenerlas. Nadal, por caso, lo hizo contra la Argentina y lo demostró durante toda la semana en la Caja Mágica: este domingo buscará nada menos que su quinto título mundial.
La nueva forma de competencia, tan vertiginosa como riesgosa para todos los equipos sin importar el poderío, ofrece mucha paridad y por eso Argentina se sintió con fuerza para lograr la proeza; en los segundos cúlmine, sin embargo, son los íconos los que rompen con todos los esquemas para patear el tablero y quedar en la historia.
Sin una segunda invitación consecutiva para las Finales de 2020, el conjunto nacional tendrá que meterse en el barro y buscar la clasificación en la eliminatoria de marzo -conocerá a su rival en el sorteo de este domingo-. En el comienzo de una nueva etapa, la ilusión se renueva con el objetivo de volver a ser.