El drama se apoderó de la escena tras casi cuatro horas de batalla física y mental. Diego Schwartzman se metió en semifinales del Argentina Open tras salvar cuatro match points y derrotar 5-7, 7-6 (11), 7-5 a Pablo Cuevas en una de esas clásicas noches mágicas del ATP porteño, en un Court Central Guillermo Vilas casi repleto, pero encendió las alarmas hacia el desenlace de un encuentro tan épico como histórico.
Con una lesión -los estudios posteriores confirmaron un pequeño desgarro- en el isquiotibial izquierdo, ganó el partido más largo de la historia del torneo después de tres horas y 41 minutos de disputa -superó las tres horas 26 minutos del duelo entre Félix Mantilla y Marc López en 2005-, aunque no sabe cómo será su futuro próximo. “No sé qué tengo pero no creo que sea bueno, nunca en mi vida me lesioné pero sentí el tirón. No tengo mucha fe”, disparó en caliente el ganador, apenas finalizado el partido.
Este panorama no hace más que arrojar dudas de cara a las próximas semanas. La presencia de Schwartzman en Río y Santiago, las próximas dos paradas de la gira de canchas lentas, es una incógnita, además de su eventual participación en la Copa Davis ante Colombia en Bogotá, el primer fin de semana de marzo, aunque el propio jugador ya había avisado que debía pensar su decisión.
El líder argentino del ranking hizo el gesto de tirón cuando tuvo su primer match point, en el 5-4 del tercer parcial, y de ahí en adelante jugó duro, casi plantado en el fondo, y modificó la táctica de forma radical: dos pelotas, a matar o morir. Buscó las líneas y sobrevivió, aunque su preocupación ahora no pasa por las semifinales, sino por conocer el tiempo de recuperación. “Me abrí de patas, tiré un revés cruzado con la pierna separada y sentí un latigazo en el isquio; ya no podía moverme”, explicó, más tranquilo, en zona mixta.
Los integrantes del cuerpo técnico de Schwartzman, encabezados por Juan Ignacio Chela, se retiraron del Lawn Tennis con muestras de fastidio y preocupación, después de los estudios que le realizaron en el mismo predio. El jugador se realizará una resonancia magnética este sábado por la mañana.
Juan Ignacio Londero, por su parte, también se instaló entre los cuatro mejores. El 'Topo' sacó lo mejor de su tenis y derrotó 6-4 y 7-6 (4) a Guido Pella, número 27 del mundo y segundo favorito del torneo.
Aquel regreso de la última semana en el Córdoba Open no le había dejado el mejor sabor. Volvió un año después de la explosión deportiva que había conseguido en el corazón del país, cuando logró el título y escaló directo a la elite, y no pudo exhibir su máxima versión, un poco por rendimiento y otro poco por la presión de defender la corona. La revancha, sin embargo, parece haber llegado un puñado de días más tarde.
El Topo está en semifinales en Buenos Aires tras conseguir sus primeros tres triunfos en el cuadro principal. Irascible y algo desenfocado en los primeros torneos de la temporada, Londero halló cierto equilibrio emocional y logró, hasta el momento, el éxito más valioso del año. Es más: el festejo ante Pella configura la tercera mejor victoria de su carrera después de las que consiguiera ante Matteo Berrettini (26°) en Cincinnati y Nikoloz Basilashvili (16°) en Roland Garros.
“Fue el mejor partido que jugué en el año, tanto en lo físico como en lo mental; sabía que tenía que manejar la cancha con el drive y buscar siempre la iniciativa”, analizó el cordobés de Jesús María. Y vaya si logró su cometido: condujo el desarrollo del match desde la línea de fondo y abrió la cancha de forma constante, siempre adelantado a su rival en las decisiones. Incluso superó el bache mental: tras haber estado set y quiebre arriba, se mantuvo firme con su estrategia y hasta salvó dos set points cuando sirvió 4-5 en el segundo parcial.
El número 69 del ranking ATP tendrá como próximo escollo al sorprendente noruego Casper Ruud, quien viene de eliminar 7-5 y 6-1 al serbio Dusan Lajovic, el tercer preclasificado del Argentina Open. El último partido de la jornada lo protagonizaban el brasileño Thiago Monteiro y el portugués Pedro Sousa, y ante la baja de Schwartzman, el ganador de este duelo pasaba directamente a la final.