La semana soñada llegó en un recinto tan mítico como emblemático. Casper Ruud jamás olvidará el lugar en el que obtuvo su primer título de ATP. El noruego, de 21 años y 45° del mundo, se consagró en el Argentina Open tras derrotar 6-1, 6-4 al portugués Pedro Sousa, quien había ingresado al cuadro como lucky loser (perdedor afortunado) por la baja del chileno Christian Garín, y había avanzado a la final gracias al retiro de Diego Schwartzman.
Ganar el ATP de Buenos Aires en el Court Central Guillermo Vilas tiene un valor agregado para Ruud, el hombre que volvió a colocar a su país en el mapa mundial del tenis después de casi dos décadas. Con este trofeo se convierte en el mejor noruego de la historia y supera nada menos que a su padre Christian, quien había perdido una final en Bastad 1995 y llegó a ubicarse 39° del ranking en octubre de ese mismo año.
“Mi papá es el mejor tenista de la historia de mi país; si alguna vez llego a superarlo yo seré el jefe”, avisaba durante la semana. Y ese momento llegó: Ruud se irá de Buenos Aires como el número 34° de la clasificación mundial, y podrá sacar pecho como el único jugador noruego con una copa del circuito mayor.
El flamante campeón confía en que este triunfo oficie de impulsor en una nación sin demasiada tradición en el mundo de las raquetas: “Espero que este torneo sirva para que el tenis se vuelva más popular en Noruega, y que muchos más chicos quieran jugar”.
Ruud venía de atravesar su mejor año en 2019: había jugado su primera final en Houston, además de haber alcanzado dos semifinales en Kitzbühel y San Pablo, antes de cerrar la temporada en el Masters Next Gen de Milán, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas sub 21. Esta semana, sin embargo, superó todas las expectativas: levantó la copa tras eliminar de forma sucesiva a Pablo Andújar, Roberto Carballés Baena, Dusan Lajovic y Juan Ignacio Londero, antes de vencer a Sousa. Durante todos los días, además, se entrenó y realizó la entrada en calor con Alejo Prado, el habitual sparring de Juan Martín Del Potro durante las pretemporadas en Tandil.
Por su parte, Sousa no pudo competir en su mejor versión por una lesión en el sóleo izquierdo, que había sufrido durante el partido de cuartos de final ante el brasileño Thiago Monteiro, la misma razón por la que Schwartzman, desgarrado en el aductor mayor, llegó incluso a analizar su presencia en la semifinal.
“Tardé 30 años en jugar una final de ATP y probablemente haya sido la primera y la última”, disparó el portugués, que antes de llegar a Buenos Aires no había superado la barrera de los octavos de final en la elite del tenis internacional. Más allá de su condición física, intentó dejar una buena imagen por tratarse de una definición: fue de menor a mayor, encontró la manera de desplazarse un poco mejor hacia los costados, y hasta se dio el gusto de escuchar su nombre desde las tribunas del estadio. “Nunca pensé en retirarme, no sólo por respeto al público sino por respeto a mí; con tanta gente mejor que yo en este torneo jamás imaginé que corearan mi nombre; para mí es como haber ganado el torneo”, sintetizó Sousa, quien ocupará desde este lunes el puesto 107 del ranking, su mejor ubicación desde que juega al tenis.
Con Ruud como nuevo campeón se estira la racha de ediciones sin ganadores locales en el Argentina Open. El último que saboreó las mieles del éxito en el Buenos Aires Lawn Tennis fue David Nalbandian, en 2008, cuando superó en la final a José Acasuso en tres parciales. De ahí en adelante hubo cuatro definiciones con presencia argentina y todas terminaron en derrota: Juan Mónaco perdió en 2009 y 2015; Juan Ignacio Chela cayó en 2011; y el propio Schwartzman no pudo en 2019.
En dobles, Horacio Zeballos y el español Marcel Granollers vencieron 6-4, 5-7 (18-16) a Guillermo Durán y Juan Ignacio Londero, y consiguieron su primer título en Buenos Aires como pareja, aunque no es la primera vez que obtienen el Argentina Open. Zeballos es el máximo ganador en la disciplina, con cuatro logros conseguidos con distintos acompañantes: Sebastián Prieto (2010), Andrés Molteni (2018) y Máximo González (2019). Para Granollers fue la tercera coronación, primera con una pareja argentina.