“El índice de febrero está muy influido por el aumento de tarifas, particularmente el aumento de la electricidad, lo que llamamos los precios regulados son los que determinan una burbuja que tiene que ir descargándose todavía en marzo y después vemos. Si no hay otros aumentos de tarifas, las tasas deberían volver a niveles más bajos”, aseguró ayer el titular del Indec, Jorge Todesca. A partir de ese supuesto, el funcionario se animó a calificar como “posible” la meta de 17 por ciento de inflación anual que fijo el gobierno para 2017. Sin embargo, ese supuesto no se cumplirá porque el propio gobierno ya anunció públicamente que en abril vuelve a aumentar el gas, en mayo el agua y en noviembre otra vez el gas y la luz. A su vez, es probable que a esos incrementos ya acordados se le sumen nuevos ajustes en los precios de otros bienes y servicios regulados como combustibles, telefonía móvil y medicina prepaga. La evolución de los alimentos también preocupa.
Todesca apeló a la metáfora de la burbuja para intentar demostrar una situación excepcional que supuestamente irá quedando atrás una vez que los aumentos de febrero y marzo terminen de “descargarse”. Una estrategia discursiva similar había utilizado en enero del año pasado el entonces ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, quien luego de aplicar una devaluación de más del 40 por ciento dijo que la suba de precios era “una pequeña joroba”. “Hubo una pequeña joroba de dos meses por la salida del cepo, que no tuvo ni por asomo el impacto de lo que decían que iba a tener”, indicó. “En nuestras mediciones, la inflación tuvo un salto en la segunda quincena de noviembre y la primera quincena de diciembre, aterrizando en la primera quincena de enero para estar en niveles parecidos a los que había en septiembre y octubre de 2015”, dijo el ministro en enero de 2016, aunque la realidad terminó siendo diferente y el año pasado la inflación fue de 41 por ciento, la más alta desde 2002.
Este año la suba de precios será menor a la de 2016 porque la apreciación real del tipo de cambio contrasta con la megadevaluación de diciembre de 2015. Sin embargo, los tarifazos se han mantenido como una constante desde que Mauricio Macri asumió la presidencia y no está previsto dar marcha atrás con esa política pública. Lo único que se dio a entender hasta ahora es que los ajustes serán más “graduales” que los del año pasado. Por lo tanto, los especialistas coinciden en que en este contexto será muy difícil cumplir la pauta anual de 17 por ciento que se propuso el gobierno.
Cuando le preguntaron si veía factible alcanzar esa meta, el titular del Indec buscó dejar la puerta abierta al aferrarse a la inflación de enero, cuando los precios promediaron 1,3 por ciento. “A la luz de los resultados de enero, que fue un mes que no estuvo contaminado con esos aumentos (los de las tarifas), uno podría decir que sí”, sostuvo Todesca en declaraciones radiales, como si febrero (2,5 por ciento) y marzo (con un piso estimado de 2 por ciento) pudieran ser dejados de lado y, como si los aumentos de tarifas no fueran a continuar.
El cumplimiento de la pauta oficial además es difícil porque el problema de febrero no se concentró sólo en las tarifas. En enero, “Alimentos y bebidas” subió 1,6 por ciento, mientras que en febrero ese mismo indicador trepó 1,9 por ciento, con picos de 2,8 en lácteos y huevos y 6,9 por ciento en verduras. El propio Todesca se vio obligado a reconocer que la evolución de ese rubro evidencia un problema aún sin resolver. “Los alimentos, que son un componente central de la canasta, tienen una suerte de punto de resistencia que uno ve oscilando entre el 1,6 y el 2 por ciento mensual. Esa es una cuestión que tiene cierta rigidez”, declaró.
El funcionario también fue consultado sobre la evolución de las importaciones. “Hay un crecimiento de las importaciones de alrededor de 9 por ciento y hay sectores en los que las importaciones crecen y otros en los que decrecen. Ahora bien, en los bienes de consumo hay un crecimiento focalizado que en algunos sectores como calzado y textiles es del orden del 24 por ciento”, sostuvo. “Ahí el impacto es fuerte”, reconoció Todesca.