La solidaridad está encendida. En cuanto se prende la luz roja en las redes, la comunidad lgbtiq de Buenos Aires se une y acude a las comisarías. “Al calabozo no volvemos”, alzan la mirada las travestis y lxs trans. Lesbianas y bisexuales asisten en manada, ahora les toca también a ellas, señaladas como disidentes, como “mujeres que andan en cosas raras”. Ganar las calles con el torso desnudo y protestar contra los abusos y violaciones correctivas tiene hoy su precio. Y puede ser el del cuerpo desnudo requisado, apaleado y al borde de la asfixia en un procedimiento policial, como el de la madrugada del 9 de marzo.
Desde el día 6 de marzo hubo detenciones y razias en distintos lugares de Buenos Aires. Los motivos: ser bisexuales/lesbianas y comer pizza, ser lesbianas y militar el #8M, ser travas y caminar por Once, ser raras y preguntar por compañeras que se están llevando presas o pedirle a la policía que no siga apaleando a otras con saña. Leer el aviso en las redes bastó para que la comunidad lgbtiq se volcara hacia las comisarías 1ª (Monserrat), 8ª (Balvanera), 9ª (Almagro), 30ª (Barracas), Comuna 4 (Parque Patricios). Sin dormir, aguantando hasta la mañana temprano. De Monserrat trasladaron a las detenidas a Parque Patricios, para evitar una movilización resonante.
La policía permitió que las bisexuales/lesbianas detenidas conservaran el celular consigo, mínimo una hora. ¿La intención es intimidar a otras, mostrando los malos tratos y vejaciones?
Hora de limar las diferencias entre los grupos lgbtiq. Cuando tocan a unx tocan a todas. Las cuerpas se abrazan con la firme voluntad de no permitir el regreso de tiempos tenebrosos.
Es muy larga la lista de organizaciones que acudieron en auxilio de las víctimas de este regreso de los zombies. Y fueron acompañadxs por abogadxs ya listxs para ejercer la defensa. Están son algunas de ellas: Asamblea Permanente Trans, Asamblea Lésbica Permanente, Bachillerato Mocha Celis, Colectiva Lohana Berkins, Frente de Tortas, Putos, Travas y Trans de Nuevo Encuentro, Frente Florida, La Fulana, Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, Mala Junta, Manifiesta, Socorristas en Red, activistas/militantes independientes. Y cuentan con el apoyo de organismos de derechos humanos como el CELS, de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y del Ministerio Público de la Defensa.
No son los 80 ni los 90. La solidaridad y la unión de la comunidad lgbtiq emergen para impedir que los zombies intenten volver el reloj hacia atrás.