Juan Martín Del Potro nunca había estado tanto tiempo sin actuar en el circuito. Una lesión en la rótula derecha lo alejó de las canchas, y aún lo mantiene inactivo desde hace más de un año. El tandilense, 14 meses después de aquella última actuación en Queen's, en junio de 2019, parece haber tomado una decisión crucial de cara al futuro de su carrera: la semana próxima visitará al suizo Roland Biedert, el médico de confianza de Roger Federer y Stan Wawrinka, en lo que podría significar su última gran carta en la pelea por volver.
Ya son dos las veces que Del Potro tuvo que pasar por el quirófano desde que sufriera aquella fractura. A mediados del año pasado lo operó Angel Ruiz Cotorro, el doctor que atiende a Rafael Nadal, en Barcelona; y en enero de esta temporada lo hizo Lee Kaplan, en Miami. El ex número tres del mundo, sin embargo, todavía siente dolores en la pierna y por eso decidió accionar el plan suizo, una opción que manejaba desde principios de año, cuando inició el contacto virtual con Biedert.
Del Potro ya había vuelto a las prácticas el mes pasado en las canchas duras del Tenis Club Argentino, donde trabajó varias veces con el doblista Guillermo Durán y el número tres nacional Juan Ignacio Londero, cuyo coach es su ex entrenador Sebastián Prieto. Según le contaron a Página/12, en aquellos ensayos se lo vio “impecable” y con el timing intacto, como suele pasar con los jugadores galácticos. Está claro que, más allá de las molestias y el extenso lapso de inactividad, tiene tenis de sobra para emprender un nuevo regreso.
El propio Federer le aconsejó consultar con Biedert y, en ese sentido, Del Potro lo escuchó: ya viajó la semana pasada rumbo a Suiza en busca de una última solución. No hay muchas más opciones a la vista después de numerosos intentos. El plan suizo comenzará a activarse entre el lunes y el martes, cuando el argentino haya cumplido la cuarentena obligatoria y pueda escuchar las recomendaciones del médico en persona. Quizá sea el momento justo para confiar en el círculo íntimo de Federer, quien afrontó tres operaciones de rodilla con Biedert, dos de las cuales fueron esta temporada.
Las alternativas, a principios de la semana próxima, pueden ser dos. En clara relación con las ganas que expresó el jugador de volver a jugar, incluso con dolor para “poder cerrar un ciclo”, una de ellas sería regresar relativamente pronto: con varias prácticas encima y la autorización de Biedert, hasta podría apuntar a la gira de torneos bajo techo en Europa. La otra, en efecto, implicaría un tercer paso por el quirófano. Y, en ese caso, se llevaría a cabo cuanto antes.
Especialista en cirugía ortopédica y traumatología deportiva, Biedert es una eminencia que suele trabajar en Berna, ciudad en la que Del Potro lo verá en los próximos días. Es el estandarte del departamento médico de la Federación Suiza de Tenis y tiene un fuerte lazo con Federer: lo acompaña en la mayoría de los torneos desde hace años, incluso antes de su primer título de Grand Slam en Wimbledon 2003. Clave en las diversas lesiones de espalda y en las tres cirugías de rodilla del astro suizo, también operó dos veces la rodilla izquierda de Wawrinka, a quien le reconstruyó el cartílago de la articulación.
Además, parece ser el hombre adecuado para un jugador acostumbrado a superar innumerables obstáculos físicos como Del Potro: Biedert es conocido con el apodo de “hombre milagro”, nada menos. ¿Cómo se ganó ese mote? Realizó un trabajo en tiempo récord con Federer, a fines de 2014, cuando el ex número uno no pudo disputar la final del Masters por un fuerte dolor lumbar, y se recuperó en pocos días para actuar las tres jornadas en la final de la Copa Davis que Suiza le ganó a Francia.
Del Potro y Federer mantienen un vínculo especial. Además del respeto que se tienen en el circuito, el tandilense es representado por Team 8, la empresa fundada por el propio Roger y su mítico manager Tony Godsick. Dos meses atrás ya había elogiado al seno personal del helvético: “Tener las personas indicadas en el entorno es muy importante y Federer las tiene”. En aquel momento ya tenía tomada la decisión de acudir a Biedert, la última gran opción para recuperar su carrera.