La pandemia las dejó sin ahorros, con deudas impagables y a muchas en la calle o al borde del desalojo por no poder pagar un alquiler. Son más de 300 travestis y trans de la Ciudad de Buenos Aires que la semana pasada cortaron avenida Del Libertador y Dorrego porque se encuentran en situación desesperante.
Redactaron un documento dirigido al Presidente Alberto Fernández y al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta donde reclaman:
-Acceso directo a los planes Potenciar Trabajo también para las compañeras migrantes.
-Acceso al subsidio habitacional para personas trans sin excusas, sin burocracias y con montos acordes a los alquileres de la Ciudad.
-Habitaciones de hotel del Gobierno de la Ciudad para las compañeras que ya han sido desalojadas, hasta que puedan volver a alquilar.
-Trabajo para las que no quieren ejercer la prostitución.
-Que las trabajadoras sexuales puedan trabajar y se les garantice que la policía no las persiga ni violente.
No pertenecen a ninguna organización. Se fueron congregando pasándose el aviso de una a otra. Para ellas no corre el DNU que prohíbe los desalojos. Los dueños de los hoteles las echan a la calle y se quedan con sus muebles y televisor para saldar la deuda. Las que tienen que dejar sus departamentos se ven en la disyuntiva de tener que abandonar a sus mascotas, porque ningún hotel ni pensión las acepta, o quedar en situación de calle. Los paradores porteños tampoco son lugar para ellas, porque no son a prueba de transodio en un contexto de “amontonamiento”, tal como ellas caracterizan.
Bárbara Martínez fue la vocera del grupo durante el corte de avenidas.
¿Cuál es tu situación personal?
Hace 7 años que estoy en Buenos Aires. Tengo 36 y trabajé toda mi vida. Fui tres veces a solicitar el subsidio habitacional al Gobierno de la Ciudad y no me lo dieron. Lo único que obtuve fue un cheque de emergencia. Te piden recibos de servicios del lugar donde vivís. A una compañera hasta le pidieron la libreta de matrimonio del dueño del lugar, porque los servicios estaban a nombre de la esposa del dueño. A nosotras se nos alquila mucho de palabra, sin papeles. Se aprovechan de que somos trans y nos cobran cualquier cosa. Generalmente nos llevamos bien con las encargadas de los hoteles, pero ellas tienen que cumplir las órdenes del dueño. Mi situación es que vivo en una casa en Núñez que van a demoler la semana próxima. Tengo dos perritos, Tiziano e Irina. Tienen 3 años y son mi familia. ¿Qué va a ser de ellos? ¿Adónde voy a ir? En ningún lado nos aceptan con mascotas. Y hay que tener 60 mil pesos de arranque para alquilar un departamento. Se me fueron todos los ahorros que tenía sin poder trabajar durante la pandemia. Durante un tiempo intenté vender bandejas con comida a los muchachos del hipódromo, pero eso se terminó. Quisiera ir al Bosque a trabajar, pero le tengo miedo al virus. Como solución inmediata también le pedimos al Gobierno de la Ciudad que nos dé acceso a los hoteles donde ubicaron a las personas que llegaron del exterior al comienzo de la pandemia, hasta que termine la pandemia. Y sobre todo que se cambie la ordenanza que prohíbe ingresar a vivir con mascotas a los hoteles y pensiones. Muchas veces nos dicen “por mí aceptaría, pero si me agarran los inspectores, me clausuran”.
¿Están pidiendo también acceso a planes?
Sí. Porque no todas cobramos el Potenciar Trabajo. Para eso tenés que estudiar. Yo estoy estudiando en el bachillerato popular Mocha Celis. Pero no todas pueden. Muchas son grandes ya y lo ven distinto porque toda su vida fueron prostitutas. Tampoco se lo dan a las migrantes. Yo no estoy denunciando al gobierno. Quiero que este reclamo se haga visible para que todas tengamos acceso, sobre todo, al subsidio habitacional. Nosotras alquilamos y pagamos impuestos como cualquier ser humano. Y no pedimos solamente para nosotras sino también para nuestras compañeras en las provincias. Yo soy de Salta capital. Acá por lo menos nos traen mercadería, pero allá se mueren de hambre. Tenemos que hacer otra movilización para que les llegue mercadería a las compañeras de las provincias. Ellas están pidiendo donaciones.
¿Es suficiente esa mercadería?
No. No podemos vivir a fideos hervidos y yerba. Necesitamos carne y verduras. Hay gente que se ofrece a ayudarnos con mercadería fresca, pero no tenemos un local donde guardarla ni un vehículo donde trasladarla. Precisamos eso. También que nos asesoren y nos den los medios para formar una cooperativa de trabajo y hacer microemprendimientos. Hay compañeras que ya acumulan deudas por 80 mil pesos. No podemos dormir. No vivís tranquila. Si no pagás, te dicen “en diez días desocupame”. Para nosotras es común que nos echen y se queden con nuestros muebles y televisor. Siempre nos pasó todo esto. Para entrar a un departamento te piden tres meses por adelantado y a nosotras nos ponen las condiciones que quieren. Te suben el precio en cuanto escuchan por teléfono que sos trans.
Mientras tanto, ¿salen al Bosque a ver si para un cliente?
Todas hicimos al pie de la letra la cuarentena. Pero ahora algunas están saliendo a trabajar porque están desesperadas. Hay muchas chicas que están durmiendo debajo de un puente.
EL FAMOSO 690
“Cuando la compañera va al famoso Pavón y Entre Ríos (Desarrollo Humano y Hábitat, avenida Entre Ríos 1492), que es donde otorgan el 690 (decreto 690/2016 de subsidios habitacionales), en general no lo proveen. Excepto que sea una emergencia”, explica Josefina Fernández, coordinadora de la Secretaría Letrada de Género y Diversidad Sexual del Ministerio Público de la Defensa.
¿Qué casos consideran emergencia?
Tiene que estar en situación de calle, certificado por una trabajadora social matriculada. En el caso de que ni siquiera así le den las cuotas, se judicializa e interviene la Defensoría Nº2 del fuero Contencioso. A partir de ahí se inicia el amparo.
Pero el Gobierno de la Ciudad suele rechazarlos.
Los desecha por razones sumamente arbitrarias. Una puede ser que no está certificado que la persona esté en situación de calle, que esa persona no tiene una patología, o si tiene una patología –habitualmente VIH- que no está certificado. Un problema grande, porque las compañeras en este contexto no pueden ir a los hospitales a tramitar los certificados. También pueden alegar que no se entiende la firma de la trabajadora social, y todas las cosas que se te ocurran. Cuando el amparo se rechaza, hay una segunda instancia donde interviene el juez y, en general, si el fallo es de la Justicia, tienen que acatarlo. Los que rebotan son básicamente los amparos de la primera instancia. Para sortear esta burocracia, ahora vinculamos a las organizaciones directamente con el defensor.
El defensor oficial es Pablo Di Giovanni. Lleva adelante un amparo colectivo que incluye a 200 travestis y trans.
“Cualquier persona trans puede presentarse en ese amparo –explica el defensor-. Hay una medida cautelar genérica que le ordena al Gobierno de la Ciudad que les facilite los trámites. Y además tenemos 40 presentaciones durante la pandemia que tuvimos que hacer individualmente. Logramos que pague administrativamente unos pocos. Pero cuando llegás al juicio, al Gobierno porteño no le queda otra que cumplir, y en general paga el monto total que les sale la habitación de hotel”.