Nadia Podoroska (131ª) no para de hacer historia en el tenis femenino argentino. La jugadora de 23 años, que atraviesa el mejor momento de su carrera, derrotó 6-3 y 6-2 a la eslovaca Anna Karolina Schmiedlova (161ª) y se metió en octavos de final de Roland Garros. Para poner el logro en perspectiva alcanza con un puñado de datos: la rosarina es la primera singlista argentina en la cuarta ronda de un Grand Slam desde que lo hiciera Gisela Dulko, también en París, en 2011. Además, como si fuera poco, se aseguró un lugar en el selecto lote de las cien mejores del ranking mundial WTA -se ubicará en el top 90- y será la primera desde que apareciera Paula Ormaechea por última vez en septiembre de 2014. Barbora Krejcikova, 114ª del ranking y ex 1ª del mundo en dobles, será su rival por un lugar en los cuartos de final -la checa superó 5-7, 6-4 y 6-3 a la búlgara Tsvetana Pironkova-.

Esta memorable actuación de Podoroska, quien ya lleva seis victorias en el torneo entre la qualy y el cuadro principal, es una bocanada de aire fresco para el golpeado tenis femenino argentino. No sólo porque hay una representante nacional que genera ruido en los grandes escenarios y sirve como espejo para las más chicas, sino por las puertas que abrirán a partir del ranking de dos cifras: una mayor estabilidad monetaria para planificar en el mediano plazo y el acceso casi garantizado a ciertos cuadros principales del circuito WTA. Y, sobre todo, el ingreso directo a los Grand Slams, con el Abierto de Australia como próximo objetivo grande. “Una de las cosas que más cambian cuando estás en este nivel es el aspecto económico, algo que he sufrido mucho en los últimos años; ahora estoy más tranquila y estos resultados me ponen en otra posición. Realmente es un alivio”, le contó a Página/12 tras el partido.

Podoroska exhibió un enorme aplomo tanto en el rubro tenis como en el aspecto mental. Con 25 winners y un juego agresivo y decidido, se mantuvo firme de cabeza en cuanto Schmiedlova intentó algún tipo de recuperación. Si bien la eslovaca no pasa su mejor momento, sabe lo que es jugar partidos de calibre -fue 26ª en octubre de 2015 y atesora tres títulos WTA-. La rosarina arrancó como una topadora y se puso 4-0, pero su rival recortó distancias y ganó tres games seguidos antes de resbalarse y pedir asistencia médica para que le curaran las rodillas lastimadas.

"En ese momento hice algunos ejercicios de relajación para analizar lo que pasaba en el partido. Estaba 4-0 arriba y me puse 4-3, sentada en el banco busqué ver con más claridad lo que había pasado. Después entendí que me tenía que activar”, relató Podoroska, cuya paz emocional tiene mucho que ver con la estabilidad que halló desde hace un año, cuando decidió trabajar con Pedro Merani, un coach de bowling argentino que vive en Doha -dirige a la selección nacional de Qatar- y desarrolló un plan basado en el bompu zen y en la neurociencia. Tanto vale este histórico triunfo que la rosarina se convertirá en la número uno del tenis latinoamericano: cuando se actualice su nuevo ranking dejará atrás a la campeona olímpica Mónica Puig (98ª).

Nacida 23 años atrás en Rosario, en el barrio de Fisherton, Podoroska pertenece a una familia de clase media. Hija de Marcelo, farmacéutico, e Irene, quien estudió filosofía, la número uno de Argentina surgió como una de las joyas del tenis femenino de los últimos años pero atravesó varias dificultades que frustraron sus objetivos. En un gran momento años atrás, tras superar la clasificación del US Open 2016, aparecerían los impedimentos físicos: a principios de 2017 tuvo un problema en la cadera, en Roland Garros sufrió en la zona abdominal y después surgió una lesión complicada en la muñeca derecha.

La felicidad de Podoroska tras la clasificación a octavos de Roland Garros

Tras aquellos meses de incertidumbre, la Peque encaró el regreso y recuperó confianza hacia mediados de 2018. Con nuevo cuerpo técnico desde el año pasado -Juan Pablo Guzmán y Emiliano Redondi, ex 100° y 351° de ATP respectivamente-, se radicó en Alicante para achicar gastos y tener más opciones de competir ante la falta de torneos y recursos en Sudamérica. "Este momento se los debo a ellos, porque cuando yo no tenía recursos me abrieron las puertas para los entrenamientos y a viajar conmigo", expresó, agradecida con sus dos entrenadores.

"Ojalá ahora pueda conseguir sponsors; estoy en una situación muy delicada", relataba Podoroska hace poco más de un año, después de colgarse la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima, a la espera de romper nuevas barreras y ampliar el abanico de posibilidades. Todo el camino recorrido de aquel momento a esta parte, sin embargo, la ubica en una situación inmejorable con vistas al futuro. La realidad, está claro, ahora es diferente y el horizonte para Podoroska invita a soñar. Que nadie la despierte.

Schwartzman, único sobreviviente en el cuadro masculino

Por su parte Diego Schwartzman, actual número 14 del mundo, venció 7-6 (3), 6-3 y 6-3 al eslovaco Norbert Gombos (106°) en la cancha Simonne Mathieu, la tercera en importancia del complejo ubicado en el barrio parisino de Bois de Boulogne. El Peque chocará con el italiano Lorenzo Sonego (46°) y quedó a un partido de repetir su mejor producción en París: en 2018 cayó en cuartos de final ante Rafael Nadal.

"Me siento bien, llego sin perder sets y resolviendo las cosas cuando me encuentro superado. Vengo de un buen torneo en Roma, estoy contento, tengo confianza... Espero que siga la racha, el proximo partido va a ser lindo para ver y jugar, los dos tenemos ritmo y vamos a tratar de imponer nuestras condiciones", se explayó el líder argentino del ranking ATP.

El rosarino Federico Coria (99°), quien también transita sus días más felices en el tenis, perdió 6-3, 7-5 y 7-5 ante el promisorio italiano Jannik Sinner (75°), campeón el año pasado del Next Gen ATP Finals, el Masters para jugadores sub 21 en Milán. El hermano menor de Guillermo -finalista en Roland Garros 2004- se despidió tras su mejor actuación en un Grand Slam y después de haber conseguido la victoria más importante de su carrera en la segunda ronda frente al francés Benoit Paire (26°). "Creo que jugué el mejor tenis de mi vida pero del otro lado había otro nivel; Sinner juega en modo pared y muy cerca de los flejes", explicó Coria.

Los últimos dos meses de Federico Coria como jugador de tenis le habrán cambiado la vida a futuro: en el US Open logró su primera victoria en un cuadro final de Grand Slam y esta semana en Roland Garros sumó dos éxitos más. Instalado entre los cien mejores, "Fefo" lo tiene muy claro: "Desde el US Open soy otro jugador, subí escalones en el nivel y logré otro tipo de ritmo por entrenarme con este tipo de jugadores. Me da una pena de locos, veía el último game y no podía creer que se iba a terminar esto".

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