La inflación marcó un alza del 2,4 por ciento en marzo. Los aumentos estuvieron motorizados por las subas en alimentos: carnes y verduras encabezaron el listado del Indec. Los rubros indumentaria y educación también mostraron variaciones por encima del promedio relevado por el Indec para el mes pasado. La implementación de la segunda fase del alza en las tarifas eléctricas se hizo sentir en el ítem correspondiente a vivienda y servicios. A contramano de los reiterados anuncios oficiales sobre una contundente reducción en las subas de precios y en medio de la negociación de algunas de las principales paritarias, la medición oficial acumula así un incremento del 6,3 por ciento durante el primer trimestre del año. El alza registrada en esos noventa días donde el tipo de cambio no mostró variaciones significativas equivale a más de un tercio de la meta del 17 por ciento autoimpuesta por el Banco Central para todo 2017. Si el ritmo de aumentos de precios para el primer trimestre se mantuviera a lo largo de los restantes nueve meses del año, el resultado sería del 27,7 por ciento de inflación anual.
Frente a ese escenario, la autoridad monetaria profundizó ayer su estrategia para mantener a raya los precios. En el diagnóstico oficial los incrementos son motorizados por la demanda agregada. Altas tasas de interés y la apreciación cambiaria por el ingreso de dólares financieros –esquema utilizado en países como Brasil, Chile, Colombia y Perú–, enfrían la economía y mitigarían las presiones inflacionarias. La apertura importadora y un menor poder de negociación de los asalariados son los otros dos elementos fundamentales en la estrategia comandada desde el BCRA (ver aparte).
El rubro más relevante para explicar los aumentos de precios el mes pasado fue Alimentos y Bebidas que impactan de lleno sobre la capacidad de compra de los asalariados. Con una suba del 3,0 por ciento el ítem representa cerca de la mitad del aumento global en los precios de marzo. A excepción de las frutas, que marcaron en las listas del Indec una baja de 2,2 por ciento mensual, el resto de los productos relevados mostraron aumentos. Las verduras subieron 7,7 por ciento de la mano de la ensalada mixta: aunque la cebolla registró una baja marginal, el kilo de lechuga y el tomate redondo registraron fuertes alzas (10,2 y 15,3 por ciento, respectivamente). Por su parte, los precios de los cortes de carne contemplados por la canasta treparon 5,0 por ciento. La variación más importante estuvo en los pollos enteros (10,8), carne picada común (8,8), paleta (6,0) y asado (5,4). Las bebidas, en tanto, mostraron subas más moderadas en el orden del 2,2 por ciento. Los lácteos y huevos se incrementaron en marzo 2,5 por ciento.
El IPC del Indec releva precios en la Ciudad de Buenos Aires y 24 partidos del conurbano bonaerense. En el informe oficial difundido ayer el rubro que marcó la variación más significativa fue Educación, con un alza de 5,6 por ciento. Ese incremento se explica por las subas en las cuotas de los establecimientos educativos privados que, según el Indec, promediaron el 6,7 por ciento. Como algunos colegios implementaron aumentos desdoblados hasta mayo, ese capítulo de la canasta continuará arrojando aumentos significativos. Los útiles escolares, por su parte, subieron promedio 1,4 por ciento en marzo, tras haber subido con mayor intensidad en febrero (2,5). En Vivienda y servicios básicos el organismo estadístico marcó una suba promedio de 2,2 por ciento. De acuerdo al Indec las subas en las boletas de electricidad el mes pasado fueron del 10,0 por ciento.
Desde el Palacio de Hacienda y el Ministerio de Producción, reconocen que la apertura comercial forma parte de su estrategia para contener las subas de precios. Sin embargo en indumentaria, uno de los sectores más afectados por la eliminación de las barreras a la entrada de productos importados, los precios no ceden. El ítem marcó un alza del 4,8 por ciento impulsada por los valores del rubro Ropa, que subió 6,3 por ciento, evidenciando además el nulo impacto positivo de la iniciativa oficial Precios Transparentes. Calzado mostró, en cambio, una variación del 1,5 por ciento. Durante el primer trimestre, el sector anotó un record histórico de importaciones al tiempo que las empresas locales avanzan con despidos y suspensiones.
La “inflación núcleo”, el guarismo que no contempla las variaciones de precios regulados como las tarifas de servicios públicos ni aquellos precios con movimientos estacionales, registró un alza del 1,8 por ciento el mes pasado. El concepto utilizado por las autoridades para mostrar una supuesta tendencia descendente en los precios explicó la mitad de las subas de marzo: 1,21 puntos del aumento global provienen del núcleo. Por su parte, los “precios regulados” marcaron una suba de 3,3 por ciento de la mano de los aumentos en las tarifas eléctricas, y los “precios estacionales” treparon 3,7 por ciento.
La inflación mensual de los asalariados registrados estimada por el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) fue del 2,1 por ciento. Con esos aumentos el IET de la UMET estimó que “el salario real (promedio del sector privado y público) fue en marzo 5 por ciento menor al de noviembre de 2015 y en los 16 meses del gobierno de Mauricio Macri, el promedio de la caída ha sido del 6,3 por ciento”. El IPC-Congreso difundido por legisladores de un sector de la oposición marcó un alza del 2,2 por ciento el mes pasado, el relevamiento de precios del Estudio Bein mostró una suba del 2,3 por ciento y la medición de FIEL llegó al 2,8 por ciento.