LA TORTURA DE LA BOTELLITA

Callate, puto. Vos no podés hablar acá, me dijo un hombre. Me habían ido a buscar a la comisaría 4ª para embarcarme hacia la Alcaidía Roberto Pettinato. Me trajeron con 13 hombres que se sacaron las marrocas (las cadenas de traslado) y querían que les chupara el miembro. Estaban con yilets, alfileres y puntas que no sé de donde los sacaron. Temí que me pincharan una teta o me cortaran la cara. Llamé a la penitenciaria que nos custodiaba y le pedí: ‘Señorita, quiero ir al baño. Sáqueme de aquí, por favor’. Entonces ella me pasó una botella para que orine y tuve que sacar el miembro delante de todos esos hombres. Después les pasó la botella a ellos para que orinen delante de mí. Los 13 sacaron el miembro y me decían que me iban a tirar con esa botella de 4 litros llena de orina si no se los chupaba. Le pregunté nombre y apellido a la penitenciaria y no me lo quiso dar. Como ese día trasladaron a mucha gente a la alcaldía, me tuvieron afuera desde las 7 de la mañana que llegó el camión hasta las 4 de la tarde. Las chicas trans no deberían viajar con los hombres”.

Esta denuncia efectuada por Paulet Moreno Mosquera se viralizó a partir de un video que circuló la agencia tlgbi Sudaka. Un segundo video registra el mal estado de las instalaciones y de la comida que se les entrega.La lista de reclamos incluye incumplimiento de la Ley de Identidad de Género, inexistencia de personal penitenciario femenino en la alcaidía, trato cotidiano de “puto” y uso del nombre masculino que no corresponde a feminidades trans y travestis, y obligación de exhibir sus cuerpos desnudos durante el baño, ante la población masculina y los agentes penitenciarios, por falta absoluta de cortinas y de privacidad en el pabellón. Desde el lugar de alojamiento, una de las prisioneras informa a SOY que en los últimos días “todo continúa igual”. La única mejora obtenida fue un cambio de colchones. Continúan la comida en mal estado y las violaciones a la Ley de Identidad de Género.

Antonella Mirenghi, del área Comité contra la Tortura de la CMP, estuvo a cargo del equipo que efectuó una inspección oficial y entrevistó individual y confidencialmente a las travestis y trans alojadas en ese centro de detención.

“La alcaidía no es cárcel ni comisaría. Fue construida para alojar exclusivamente a varones cisgénero. Y con el tiempo se fue consolidando el alojamiento de personas travestis y trans. El pabellón que fuimos a inspeccionar tiene capacidad para 16 personas. En este momento hay alojadas 11 femineidades travestis-trans y dos varones cisgénero. Son los llamados ‘refugiados’, que no pueden estar en otro pabellón porque tienen causas complejas en las que, además, están imputados por delitos de agresión sexual. Eso los pone en situación de riesgo si se los aloja en otro pabellón”, explica Antonella Mirenghi.

Por ser un lugar creado para alojar varones cisgénero, las travestis y mujeres trans alojadas en este pabellón “viven en un régimen extremo de aislamiento. Pasan casi 22 horas del día encerradas en celdas de 2x2, duermen sobre cuchetas de cemento y chapa. Solo pueden estar juntas en el horario de almuerzo. No se les permiten salidas recreativas ni acceso al patio, porque todos los demás lugares son para varones cisgénero”, señala la responsable de la inspección..


LEY MICAELA, DE ADORNO

Las duchas dan a la entrada del pabellón y carecen de cortinas. Hay dos ventanas desde donde pueden observarlas tanto desde otro pabellón como desde el control, que está integrado por agentes penitenciarios varones cis.

“Todo el personal del Servicio Bonaerense que presta servicio en la alcaidía son hombres cis. Las requisas las realizan varones y delante de otros varones. Todo lo hacen penitenciarios hombres: acompañarlas al sector sanidad, la entrega de encomiendas y de la comida. Diez de las femineidades trans alojadas en Pettinato viven con VIH y deberían estar bajo tratamiento. Les entregan la medicación para VIH pero no tienen controles periódicos de salud, no se les provee la dieta indicada ni medicamentos para patologías crónicas como diabetes y EPOC. Las viandas que les proveen ingresan a las 11 y se las entregan a las 17, por eso llegan en mal estado. El acceso a la salud está mediado por los penitenciarios y las detenidas tienen que soportar el transodio tanto de los profesionales de la salud que eventualmente las atienden como el de los guardias que las custodian, que las llaman por el nombre masculino y les dicen ‘puto’ todo el tiempo. Durante la visita hubo algún personal que nos dijo: ‘Necesitamos la Ley Micaela’. Pero sabemos perfectamente que lo dicen porque tienen cola de paja”, sostiene Antonella Mirenghi.

DESDE EL DESPACHO DEL DIRECTOR

Con todo esta información y ante la urgencia de una respuesta, Soy conversó con el director de la alcaldía Pettinato, el abogado civil Santiago Ferrara.

¿Por qué no hay pabellón de Diversidad en la alcaidía? ¿Por qué hay internos junto con las detenidas trans?

En el marco del programa de Alcaidías Departamentales, no existen pabellones de aislamiento. En el caso de la alcaidía Pettinato, las personas trans que ingresan son alojadxs de forma conjunta, dependiendo de su auto-percepción sexo-genérica, para facilitar su abordaje sanitario y alimentario, toda vez que, en general, constituyen una población atravesada por serias patologías clínico-médicas, y debe garantizarse su pleno acceso a la salud y farmacológico, y una dieta sujeta a controles periódicos.

¿Por qué hay internos “refugiados” junto con las detenidas trans?

No existen en la alcaidía privadxs de la libertad en carácter de “refugiadxs”; el alojamiento de lxs ingresantes es definido en función de una serie de variables, como por ejemplo el delito, la edad, o la sexualidad auto-percibida, y se tiende a restringir al máximo hipótesis de conflicto.

¿Se permite que las detenidas trans y travestis –como ocurre en algunos penales- estén alojadas en pabellones de trans y travestis con sus novios cisgénero?

Sin perjuicio de lo que pueda suceder en otras cárceles, las alcaidías son establecimientos de encierro transitorio, y se prioriza la convivencia pacífica, bajo estándares de respeto por los derechos humanos respecto de la población alojada hasta su libertad o traslado a un complejo penitenciario.

¿Cuál es su opinión sobre el informe que presentó la Comisión Provincial por la Memoria luego de la visita a la alcaidía, y que dio lugar al habeas corpus?

(El alcaide no respondió la última pregunta).

“LA HETEROSEXUALIDAD NO NOS LEE”

Toni Domínguez es docente e investigadora de la Dirección de Diversidad Sexual de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. Tiene experiencia de trabajo con travestis y trans privadas de la libertad en cárceles de la provincia de Buenos Aires.

“El mayor problema es que la heterosexualidad no nos lee. Las compañeras trans y travestis no son leídas como sujetas de derecho”, dice Toni Domínguez.

“Hablar de ‘sexualidad autopercibida’, como hace el director de la alcaidía es una confusión de conceptos. No es lo mismo orientación sexual que identidad de género. Según la Ley, ‘se entiende por identidad de género la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento’. En cambio, la orientación sexual es la atracción física, intelectual, afectiva y sexual de una persona hacia otra o varias. Las combinaciones en este campo pueden ser infinitas. Podés ser un varón cis heterosexual que te gusten las mujeres cis y las mujeres trans. Eso no te hace menos heterosexual”.

“Es lamentable que desde el Estado se desconozcan la Ley de Identidad de Género y los lineamientos de la Educación Sexual Integral y se confundan los términos. Las travestis y las trans en un contexto de encierro pueden convertirse en objeto de poder para varones cis heterosexuales. La mayoría de los ´novios´ afuera tienen mujer y familia. En ese contexto extremo de encierro, es difícil que una compañera que nunca recibió amor pueda ver que lo que se le está dando no es amor sino violencia. Es complejo. Pero un pabellón de Diversidad no debería admitir varones cis heterosexuales”.