El tenis, se sabe desde hace mucho tiempo, es desigual. Existen grandes diferencias en los premios de los jugadores más encumbrados, apañados bajo las luces de la elite, respecto de las mayorías que deambulan por los circuitos menores y hacen lo imposible por salir adelante. Hay una desventaja geográfica y económica, además, para los tenistas que surgen en Sudamérica: todo les queda lejos porque el circuito, en porciones predominantes, se desarrolla en Europa y en los Estados Unidos.
El europeo pierde y duerme en su casa, se dice desde siempre. El sudamericano, en cambio, está obligado a afrontar extensas giras para hacer valer el costo de un pasaje largo o la inversión de varias semanas, sin saber si el dinero le alcanzará para costear los próximos desafíos. Por eso hay instalada una necesidad latente: la región necesita más torneos para generar competencia y fomentar el crecimiento de los aspirantes de este lado del charco.
El impacto de la noticia, entonces, fue arrollador: sesta semana se oficializó el "Circuito Dove Men+Care Legión Sudamericana", que tendrá nada menos que 36 torneos en nueve países del continente, desglosados en 12 Challengers, 12 ITF World Tour masculinos y 12 femeninos. El argentino Horacio De La Peña, ex 31° del mundo y representante en siete series de Copa Davis entre los '80 y los '90, fue el motor principal de esta "locura" materializada en una realidad que no tiene precedentes.
"Me da pena que los chicos no tengan dónde competir, que les resulte tan difícil. Es duro ver un partido con un chico que sufre porque si pierde se le acaba el mundo; no, loco, si perdés hay otro torneo la semana que viene, no pasa nada. Tirá la derecha paralela si querés, no hay problema. Esto es generar oportunidades", comentó El Pulga en diálogo con Página 12.
Como buen apasionado, De La Peña tuvo una visión y por eso juntó a todos los legionarios de Sudamérica que hicieron historia en distintas épocas. Radicado en Chile desde hace quince años, necesitaba una imagen potente para impulsar una idea muy ambiciosa y, por eso, conformó un equipo de los sueños: Agustín Calleri, presidente de la Asociación Argentina de Tenis; Mariano Zabaleta, vice de la misma entidad; el brasileño Guga Kuerten, tricampeón de Roland Garros y ex número uno del mundo; dirigentes como el paraguayo Camilo Pérez, presidente de la Confederación Sudamericana de Tenis (COSAT), y el uruguayo Rubén Marturet, vice de COSAT y titular de la Asociación Uruguaya de Tenis (AUT); y otros jugadores de calibre como la tucumana Mercedes Paz, capitana argentina de la Billie Jean King Cup; el peruano Luis Horna; el boliviano Hugo Dellien, el colombiano Santiago Giraldo; y el ecuatoriano Nicolás Lapentti, entre otros.
"Mucha gente vio que se necesitan torneos, yo no inventé la pólvora, pero nadie supo cómo conseguir la empresa y devolver lo que la empresa quiere. El problema más grande de las instituciones es que quieren la plata pero no saben qué dar a cambio. Yo vi que ellos invirtieron mucha plata para traer a Federer hace dos años y les puse 20 tipos que le habían ganado a Federer. Estoy completamente loco pero les mostré que el mundo del tenis está conmocionado", se emocionó De La Peña.
El calendario oficial de ATP tiene confirmados cuatro torneos Challengers: Santa Cruz de la Sierra (12 de abril), Concepción (19 de abril), Buenos Aires (26 de abril) y Lima (3 de mayo). La gira continuará con un novedoso torneo en pasto, en Brasil, como previa de Wimbledon, el primer Challenger sobre césped en la historia de la región, seguido de otros siete eventos en las distintas sedes. Por el lado de los ITF, ex Futures y Women's Circuit -el nivel inicial del tenis profesional-, todo iniciará con dos torneos en Córdoba de 25 mil dólares en premios para las mujeres y 15 mil para los hombres; después seguirá con otros ocho eventos divididos por el resto de los países, con 15 mil dólares para ambas ramas. El móvil del circuito es armar torneos ubicados en el calendario de forma estratégica, con percepción equitativa respecto del resto del mundo, para que oficien como preparación de cara a los Grand Slams.
El "Plan De La Peña" ofrecerá un efecto catapulta como lo tuvo, por caso, la recordada Copa Ericsson, la gira de Challengers sudamericanos que se desarrolló entre 1997 y 2001, cuyos frutos quedaron a la vista años después con la aparición de La Legión Argentina, la mejor camada de la historia de nuestro país. Será una plataforma que, de no mediar grandes imponderables, llegó para quedarse: hay un contrato de dos años con el sponsor principal, con opción a renovar por dos más, aunque el propio De La Peña añora que pueda extenderse durante una década. El resultado de esta cruzada es incierto, claro, pero las bases quedarán establecidas y los jugadores emergentes podrán recolectar los puntos necesarios para crecer cerca de casa. ¿Surgirá una nueva Legión?