El domingo pasado, horas después del mediodía, un estupor generalizado invadió el micromundo del tenis. La brasileña Beatriz Haddad Maia ya había conquistado el W25 de Villa María después de vencer a la británica Francesca Jones y llegaba el turno de la final masculina. A punto de comenzar la definición del M15, sin embargo, se cortó la transmisión por streaming en el sitio oficial de la Federación Internacional de Tenis (ITF). No hubo manera de ver el match que consagró a Nicolás Kicker, ante Camilo Ugo Carabelli, por primera vez desde su regreso al circuito el mes pasado, luego de dos años y ocho meses de suspensión por arreglo de partidos. Así fue durante la semana completa: la ITF emitió toda la actividad de la cancha central y la cancha 1 salvo los compromisos en los que participó el jugador de Merlo.


Más allá del asombro que generó el hecho existe una explicación. Según pudo conocer Página/12, Kicker integra una suerte de "lista negra" por haber estado suspendido en el marco de los arreglos de partidos. “Cualquier jugador que haya sido sancionado en relación con las apuestas se incorpora a una Lista de Gestión de Riesgos (RML por sus siglas en inglés: Risk Management List) que impide que sus partidos en los torneos de tenis profesionales de la ITF se transmitan en vivo y que se use el livescoring para apuestas", justificó la ITF ante la consulta de este medio. La RML entró en vigor en la temporada 2018 y configura una de las medidas implementadas por la ITF en colaboración con Sportradar, la empresa con la que el organismo rector tiene contrato de streaming y livescoring. "Está rigurosamente probada para mantener los más altos estándares de integridad", añadieron.

Desde la organización del torneo, disputado en el Sport Social Club de Villa María, no recibieron demasiada información al respecto, aunque se dijo que no pasaron los partidos por tratarse de "jugador sospechoso". Los árbitros de ITF, por caso, tampoco supieron por qué se volvió la pantalla negra en los partidos de Kicker. Lo cierto es que desde el seno del certamen contaban con la transmisión porque significaría un beneficio para socios y allegados, pero se tradujo en un perjuicio, sobre todo por tratarse del campeón. Hay que tener en cuenta que este tipo de torneos corresponde al tercer escalón del tenis profesional.

El tenista de 28 años había hecho su regreso oficial en el cuadro principal del Córdoba Open y luego disputó otros tres torneos antes de Villa María: el Argentina Open, el ATP de Santiago y el Challenger de Santiago, todos ellos desde la qualy. Los partidos que tuvieron transmisión, no obstante, no se vieron afectados porque todos esos eventos son regidos por la ATP y sus propias medidas. La ITF tiene bajo su manto, por caso, los cuatro Grand Slams y la Copa Davis, aunque la emisión de partidos en los que participen eventuales integrantes de la RML no se vería perjudicada en esas competiciones: desde la ITF aseguran que los Slams son potestad de cada una de las federaciones y la Davis no corresponde al circuito profesional.

El otro argentino que volvió tras una suspensión relacionada con las apuestas es Federico Coria, quien estuvo parado dos meses entre junio y agosto de 2018 por no haber informado un intento de soborno. Más allá de que el caso tiene una diferencia sustancial, porque el rosarino no fue acusado de arreglo de partidos, la sanción fue efectiva y se desconoce si el jugador alguna vez figuró en la Lista de Gestión de Riesgos. Nadie sabe quiénes son sus integrantes y en la ITF aclararon las razones: "Hay casos en los que se incluye por un tiempo a algún jugador para evaluar el nivel de riesgo y por eso no se hacen públicos los nombres".

Kicker durante la final ante Camilo Ugo Carabelli. (Prensa Circuito Legión Sudamericana)

Kicker fue acusado de dejarse perder un partido en la primera ronda del Challenger de Padua, en junio de 2015 ante el surcoreano Duckhee Lee, y otro en la primera rueda en el Challenger de Barranquilla, en septiembre del mismo año frente al ecuatoriano Giovanni Lapentti. En aquel momento era el 171° del ranking y acarreaba problemas económicos, producto de la desigualdad en los circuitos menores de la que suelen aprovecharse las mafias de los apostadores. Los dos partidos investigados dispararon un proceso judicial de la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) que arrojó la sanción definitiva el 24 de mayo de 2018, cuando el jugador de Merlo estaba en su mejor momento: había alcanzado la tercera rueda del Abierto de Australia y del Masters de Indian Wells; había debutado en el equipo de Copa Davis; y, como 84° del mundo, se encontraba en París para jugar Roland Garros.

"Tengo una segunda oportunidad y voy por todo", avisó en enero, días antes del regreso al circuito, en una charla exclusiva con este medio. Arrancó desde el llano y hoy ya se ubica dentro de los 700 mejores del ranking. La mira está puesta en el futuro y la intención es volver a los primeros planos: "Me mandé una cagada, no era un santo, pero ya está, hay que mirar para adelante". Es por eso que resulta muy extraño el suceso de Villa María. El interrogante se dispara por sí solo, más allá del procedimiento formal de la novedosa RML: si Kicker ya cumplió la pena en tiempo y forma, ¿hasta cuándo permanecerá en la lista como posible factor de riesgo?

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