El Gobierno porteño anunció que reprograma las clases en la Ciudad de Buenos Aires, suspendiéndolas por una semana y extendiendo el calendario escolar hasta el 22 de diciembre, al filo de navidad. La medida causó sorpresa entre docentes, familias, especialistas, gremios, porque va en contra de lo que las autoridades porteñas han levantado como bandera: "la escuela es lo último que se cierra". La medida corta en los hechos todo tipo de continuidad pedagógica por una semana, y causó sorpresa entre docentes, familias, especialistas, gremios, porque va en contra de lo que las autoridades porteñas han levantado como bandera: "la escuela es lo último que se cierra". Parte de la comunidad educativa viene pidiendo abrir la virtualidad por motivos de cuidado en primaria e inicial. Y la secundaria ya tiene aceitada la bimodalidad, que ahora se corta sin explicación. En este escenario y con los números de contagios y muertes dramáticamente altos, la Ciudad decide no dar una opción, pero tampoco la otra. "Nosotros creemos que es mejor esto", respondieron desde la cartera de Soledad Acuña ante la consulta de Página/12 por las críticas al "ni una cosa, ni la otra". El ministro Nicolás Trotta calificó en diálogo con este medio de "enorme irresponsabilidad" el anuncio de la Ciudad: "Si se anuncia que en 9 días se recupera la presencialidad, sin saber cómo va a ser el escenario epidemiológico, ¿por qué se suspende ahora?", plantea. Adelanta, además, que habrá una reunión de urgencia el sábado con los ministros y ministras de todas las jurisdicciones, a la que está invitada Acuña. Desde la Ciudad confirmaron que está en análisis adelantar las vacaciones de invierno, aunque aún no hay ninguna resolución en firme.  

La sorpresiva decisión trajo aparejada otra consecuencia de índole urgente: junto con las clases se suspende también la entrega de alimentos, que se posterga para la semana próxima. Desde las asocaciones cooperadoras y de familias como Interescuelas por la Educación y la Salud denunciaron el impacto que esto provoca en medio de la panemia. 

"Muchas familias están esperando quincenalmente ese día para retirar esa bolsa con productos de segunda a tercera marca. No les da lo mismo una semana más. Esto representa también el desprecio de esta gestión por los sectores más vulnerados, el modo en que ha decidido profundizar las distancias sociales", denuncia Daniel Ferro, director de la escuela 10 de la villa 21-24 Zavaleta de Barracas. "Suspender todo tipo de clases va en el mismo sentido, porque también golpea más a los más vulnerados. Y no es serio hablar de 'reprogramar' para el 20 o 22 de diciembre, cualquier educador sabe que es irreal, es una cargada", argumenta. 

Incomprensible 

"Para nosotros es incomprensible que no se garantice la educación virtual en el marco de la suspensión de la presencialidad. Venimos transitando un esquema de bimodalidad, ¿por qué deslegitimarlo?", plantea el ministro Trotta. "Yo personalente celebro que Larreta tome conciencia de la gravedad de la situación, y que cumpla el DNU que había judicializado, así como la resolución del Consejo Federal de Educación. Insisto en que debe escuchar más a los epidemiológos y menos a los encuestadores de campaña que lo rodean. Y que debe ser conciente de que su decisión de no acompañar las restricciones en parte ha complejizado la realidad epidemiológica de la República Argentina".

En el mismo sentido se manifestó el gobernador Axel Kicillof en conferencia de prensa: "Está comprobado que la segunda medida más efectiva cuando suben los contagios, es reducir la presencialidad en las escuelas", dijo citando a The Lancet. "Basta de mentir, es lo que dicen todos los estudios. Nos duele, nos cuesta, pero evidentemente cuando suben mucho los contagios no queda otro camino. El resto es hacer política con la pandemia. Es muy bueno ver el primer gesto de autocrítica del macrismo, y así lo considero a este cambio con respecto a la presencialidad. Porque han tratado de convertir algunas conferencias en spots electorales, y no corresponde. Llamamos a tener más responsabilidad, a dejar de sembrar más dudas, más angustias, más ansiedad, en el marco de una situación muy triste".

Explicaciones

Consultados sobre los motivos de la suspensión de clases, desde la cartera de Educación porteña contestaron a Página/12 que tomaron esta decisión "porque preferimos que los días se recuperen en la escuela, de manera presencial, y no reemplazarlos por una propuesta remota". Sobre las críticas de docentes y familias que consideran que es preferible la educación virtual, antes que nada, insistieron en que creen que tomaron la mejor opción.

La virtualidad o lo remoto, menos cuando no está planificado como sería este caso, no es algo que todos los chicos puedan acompañar. No es algo bueno para todos los niveles. Sí es un complemento que la pandemia nos trajo y que se incorporó a la enseñanza, pero para nosotros la presencialidad ya no puede ser reemplazada por la virtualidad. Entonces preferimos recuperar estos tres días de manera presencial, sobre todo para los más chicos”, explicó Soledad Acuña en declaraciones radiales.

“Es un tema técnico, acabo de hablar con la ministra. Al hacer un sistema presencial, todo está organizado para el sistema presencial”, sumó sinceridad la titular del PRO, Patricia Bullrich, entrevistada por televisión, sugiriendo que lo que ocurre es que el sistema no está preparado. “Para volver al sistema virtual, la organización del sistema virtual, implica que haya material, docentes, y toda la infraestructura… eso requiere por lo menos tres días. Anunciar las clases virtuales hubiese significado que los padres las estén esperando, y no se llega”.

La gracia por TikTok 

"El anuncio es de una enorme irresponsabilidad, porque de aquí a 9 días hay que volver a observar la realidad epiemiológica. No pasa por una cuestión de deseo, todos queremos clases preseciales, en ese sentido presencialidad sí o no es una discusión falaz en medio de este drama", plantea Trotta.

En medio de la incredulidad, la comunidad educativa recibió un video de TikTok que a muchos y muchas dejó sin palabras. Alumnos y alumnas en los que no hay rastro de guardapolvo blanco piden por favor, desde una escuela: "hola larreta suspendenos las clases q el lunes tenemos prueba de matematica :)" (sic). El alcalde porteño les responde desde el edificio de Uspallata: "chicos, esas clases las vamos a recuperar a fin de año, porque no podemos perder ni un solo día. Estudien porque el profesor les va aponer la prueba apenas pueda".

"Está muy estudiado cómo abordar con liviandad temas que son muy importantes. Se propone con esa apariencia naif, para quitarle el peso específico que tiene. Pero con la angustia que tienen las familias, creo que es difícil que les caiga gracioso", opina la secretaria general de UTE, Angélica Graciano.

"Es un tratamiento de absoluta superficialidad, contiene una deslegitimización del esfuerzo que está haciendo toda la comunidad educativa. Larreta ha sido consecuente con la gestión de Macri en la desinversión educativa. Debería enfocarse en asumir un debate profundo sobre cómo fortalecemos la agenda educativa, priorizando la inversión, también en equipamiento, en conectividad. Lo invitamos a conversar sobre cómo retomar la entrega de netbooks, en línea con el plan Juana Manso que estamos iniciando. En lugar de seguir tomando decisiones enfrentadas al Estado nacional, y a la mirada colectiva que hemos construido en el marco del Consejo Federal de Educación", advierte Trotta. 

Virtualidad

La virtualidad, sin embargo, ocupa una parte importante del dictado actual de clases. Para los alumnos "exceptuados" (por cursar enfermedades preexistentes, ellos o alguien de núcleo familiar), para los casos en que se aisla una burbuja, y para la secundaria, donde se instaló oficialmente la "bimodalidad" (clases virtuales y presenciales alternadamente).    

"Nosotros ya tenemos una gimnasia de clases remotas, estamos laburando con instancias virtuales más o menos intensas, según el nivel, aunque están supeditadas a los problemasde conectividad y de dispositivos que tienen los pibes, pero la planificación sí la tenemos, desde hace más de un año. La verdad, estamos sorprendidos, no entendemos por qué se nos impide ahora la virtualidad", plantea el pedagogo Manuel Becerra, docente de Historia en secundaria, terciaria y universidad. "Es una decisión que sólo podemos interpretar como un cálculo electoral, más que educativo: mostrar que sin presencialidad, no hay nada".

Becerra suma un repaso interesante: "Si rescatamos los discursos que ha elaborado la misma Soledad Acuña, hasta que llegó la pandemia y la derecha global empezó a reclamar por una escuela únicamente presencial, esa derecha planteaba que el futuro de la educación era virtual. De hecho, la 'secundaria del futuro' proponía una virtualidad del 70 %. El giro es inexplicable por donde se lo mire", analiza. 

Continuidad

Desde UTE-Ctera, el gremio docente más grande en la Ciudad, convocaron a los maestros/as y profesores/as "a mantener la continuidad pedagogica estos tres días como sea posible: encuentros sincrónicos o asincrónicos, lecturas compartidas, la comunicación que sea posible", detalló Graciano a Página/12.  

La docente pone el acento en la angustia que suma el cambio de postura en la comunidad educativa. "Para conducir un país y una ciudad en un contexto de pandemia, la autoridad es fundamental, se tiene que mostrar racional, coherente y veraz. En la ciudad de Buenos Aires pasa todo lo contrario: dicen una cosa y al día siguiente otra, hablan de datos y certezas que no tienen, porque si no, no se hubiesen disparado los casos. La situación se desbordó, hay muchos trabajadores de la educación fallecidos, mucha vida en juego", advierte. 

Graciano asegura que, en comparación, el año pasado hubo más horas, continuidad de clases y secuencia didáctica que lo que se comprueba ahora. "Las burbujas son tan inestables, se cierran tanto por los contagios, a la par que no se establece la virtualidad, que es muy difícil la continuidad", argumenta. "Creo que la estrategia del Gobierno es meter a las familias en una situación de no tener opción, enfrentarlas entre ellas y con la escuela. Justo en un momento donde la comunidad tiene que estar más unida que nunca", lamenta. 

La experiencia de algunas familias va en el mismo sentido: "Todo lo que viene sucediendo en relación a la discusión presencialidad - virtualiad viene quebrando mucho a las familias. El gobierno se saca un poblema de encima, y se lo tira a las familias: hagan lo que puedan, como puedan. Pero en realidad lo que viene ocurriendo es una falsa presencialidad, porque la cantidad de contagios que se empezaron a dar en la escuela, las burbujas continuamente aisladas, hace imposible cualquier continuidad pedagógica", analiza Ximena Murillo, integrante de la cooperadora de la escuela Mafalda (la 13 del distrito 9). 

"Hoy vemos a Larreta como un nene caprichoso, empeñado en demostrar que la escuela está 'abierta' solo con presencialidad", concluye, y pide "que se deje de hablar de presencialidad a todo o nada, y se empiece a hablar de educación".