La nueva edición del Abierto de Estados Unidos no es un torneo más para Novak Djokovic. Es un Grand Slam, claro, y como tal tiene peso propio. Pero hay dos condimentos extra que podrían convertirlo en un acontecimiento para la historia. El número uno del mundo buscará dos récords en la era moderna, dos gestas que lo colocarían en un estrado inabarcable para el resto: emerger como el único máximo ganador de Grand Slams y completar los cuatro torneos más valiosos en una misma temporada.
El radar competitivo del serbio está motorizado por las grandes conquistas. Con 34 años y una carrera brillante a cuestas, ahora juega para agigantar la leyenda, un objetivo impulsado sólo por los torneos de máximo calibre. Djokovic está obnubilado con ser el mejor tenista masculino de todos los tiempos.
Este año ya cumplió ciertas metas que lo acercaron al olimpo. En marzo pulverizó las 310 semanas en la cima del ranking mundial, el récord que ostentaba Roger Federer -este lunes iniciará su semana 336 en la cúspide, marca inédita entre los varones-. Campeón en el Abierto de Australia, en Roland Garros y en Wimbledon, también se erigió como el segundo hombre que ganó los tres primeros Grand Slams de la temporada desde que el tenis se volviera abierto en 1968. Y es el único que lo hizo en tres superficies diferentes -Australia se jugó en pasto hasta 1988-.
Comparte ese privilegio con el mítico Rod Laver, aquel virtuoso jugador de los '60 y los '70, el único capaz de adjudicarse los cuatro títulos de Grand Slam de singles masculino en un mismo calendario. El australiano, además, lo consiguió dos veces: primero ganó todo en 1962 y, cuando los torneos ya eran abiertos a los profesionales, lo repitió en 1969. Apenas lo lograron otras dos personas después de Laver: la australiana Margaret Court (1970) y la alemana Steffi Graf (1988).
Djokovic, en efecto, va por una hazaña que ni siquiera pudieron concretar ilustres como Fred Perry, Don Budge, Andre Agassi o los propios Roger Federer y Rafael Nadal, sus dos grandes rivales contemporáneos con los que comparte el récord de trofeos de Grand Slam con 20 coronas. Romper la igualdad en ese rubro engloba su segunda ambición en Nueva York.
El US Open, entonces, configura la gran oportunidad de su vida, sobre todo porque los otros dos monstruos estarán ausentes: el suizo, de 40 años, anunció una tercera cirugía en la rodilla derecha, mientras que el español sufre como nunca el Síndrome de Müller-Weiss, una lesión congénita en el pie izquierdo que arrastra desde 2005, antes de que sugiera como una estrella mundial.
"Me considero el mejor, creo que soy el mejor, de lo contrario no hablaría con cierta confianza sobre los Grand Slams y la meta de hacer historia en este deporte. El debate sobre el mejor de todos los tiempos prefiero dejarlo para otras personas. Es muy difícil comparar las épocas en el tenis. Las raquetas son diferentes; hay otra tecnología, otras pelotas, otras canchas... No es lo mismo jugar en la década del '50 que ahora. De todos modos es un honor que muchos me consideren el mejor de la historia", había dicho Djokovic después de ganar su sexto título en Wimbledon y semanas antes de llevarse otra frustración olímpica de los Juegos de Tokio 2020.
Aquella actuación en la capital japonesa, donde dilapidó una nueva oportunidad de colgarse la medalla de oro en singles -el único trofeo importante que le falta-, es la última aparición del número uno, quien se bajara de los Masters de Toronto y Cincinnati para poner el foco en Flushing Meadows. La clave estará, sin dudas, en el manejo de la presión dentro de la mente de un jugador que viene de la desilusión olímpica y que pondrá la historia en juego.
Djokovic pondrá primera ante el danés Holger Rune, de 18 años y surgido de la clasificación, pero el sorteo le deparó varios cruces complejos en el camino. En la tercera ronda se vislumbra un eventual cruce con el japonés Kei Nishikori, finalista en 2014. En caso de avanzar podría chocar en octavos de final con el bombardero ruso Aslan Karatsev, una de las revelaciones del año. En cuartos aparecerían el italiano Matteo Berrettini (8º), a quien derrotó en la final de Wimbledon, o el polaco Hubert Hurkacz (13º), reciente semifinalista en el All England.
Las dos mayores amenazas para Djokovic serán Alexander Zverev (4º) y Daniil Medvedev (2º). El alemán, el polémico campeón olímpico que viene de arrebatarle el sueño en las semifinales de Tokio, acumula once victorias consecutivas entre los Juegos y el Masters de Cincinnati. Finalista el año pasado -tuvo dos sets de ventaja ante el austríaco Dominic Thiem-, volvería a cruzarse con el serbio en una hipotética semifinal.
Medvedev, principal perseguidor del número uno en el ranking ATP, ya jugó la final en Nueva York en 2019 y viene de ganar en Toronto, el otro gran torneo de la gira previa del último Grand Slam. Un partido por el trofeo significaría un desquite para el ruso de la derrota de este año ante el serbio en Australia.
Djokovic emprende una travesía sinuosa, con grandes escollos por derribar y metas inalcanzables por materializar. La presión emocional y el peso de la condición de máximo favorito conforman un tándem que el serbio tendrá que controlar si quiere, en definitiva, convertirse en un mito.
El debut de los argentinos
Serán siete los tenistas argentinos que participarán del Abierto de Estados Unidos. En el cuadro masculino, el porteño Diego Schwartzman se enfrentará este lunes desde las 12 en la cancha 5 ante el lituano Ricardas Berankis (96); y a la misma hora, en la cancha 12, lo hará el santafesino Facundo Bagnis (79) frente al japonés Taro Daniel (109).
Cerca de las 14 hará su debut el santiagueño proveniente de la clasificación Marco Trungelliti (198), quien se medirá ante el ascendente español Alejandro Davidovich Fokina (33); mientras que la primera jornada para los argentinos la cerrará el bahiense Guido Pella (84), que viene recuperando terreno luego de un mal comienzo de temporada se medirá, cerca de 16.30, ante el ascendente serbio Filip Krajinovic (38).
En la jornada del martes, debutarán el azueleño Federico Delbonis tendrá una parada difícil ante el top ten canadiense Denis Shapovalov (10), cerca de las 14.30 en el estadio Louis Armstrong; y el rosarino Federico Coria (61) se las verá desde las 15.15 en la cancha 17 con el francés Gael Monfils (20). Por el cuadro femenino, la Rosarina Nadia Podoroska se medirá cerca de las 17.15 en la cancha 14 ante la letona Jelena Ostapenko (29).