La temporada 2021 para el tenis argentino no fue una más. Después del parate del año pasado por pandemia y las dificultades de un circuito que camina hacia la normalidad definitiva, los representantes nacionales volvieron a marcar una tendencia que ya tiene color de máxima: no hay escollo que detenga el milagro del tenis argentino.

Las grandes distancias con Europa y Norteamérica, los puntos neurálgicos del circuito, sumadas a los inconvenientes monetarios en un deporte tan caro y un exagerado congelamiento del ranking producto de la pandemia, no fueron suficientes para frenar el andar de los consagrados y la irrupción de los que empujan de abajo.

El repaso analítico, claro, arrastra consigo el riesgo de omitir una gran cantidad de historias pero contiene, a grandes rasgos, los highlights de una temporada que servirá como resorte para un prometedor 2022.

Diego Schwartzman, una garantía que no defrauda


En el tenis, como en muchas otras disciplinas, acaso la mayor dificultad no implique llegar sino mantenerse. Diego Schwartzman arrastraba un asombroso 2020 que lo llevó a engrosar su status de jugador clase mundial: había sido semifinalista de Grand Slam en Roland Garros, había llegado a su primera final de Masters 1000 en Roma, había derrotado por primera vez a Rafael Nadal en polvo de ladrillo y había llegado a tocar el 8° puesto del ranking ATP, logros que le valieron clasificarse al Campeonato de Maestros, terminar la temporada en el top 10 y, de manera tardía por el covid, alzarse con el Olimpia de Oro como el mejor deportista argentino de aquel año.

Con las limitaciones propias de arrancar en la vanguardia y la "obligación" de repetir las conquistas, el Peque no defraudó y se las ingenió para revalidar su perfil de top. No terminó entre los diez mejores pero sí alimentó la base de su constancia y de su ranking.

Registró 38 triunfos y 23 derrotas, sostuvo su condición de top 15 -finalizó 13°- y se sacó una espina que lo atormentaba: ganar en su país. "Tenía muchas ganas de ganar acá y me preparé muy bien pero no era una carga extra no haberlo conseguido antes, porque no es fácil este torneo", dijo después de cosechar su cuarto título en el Argentina Open. Acaso la única magra experiencia haya sido la durísima derrota que sufrió en la Copa Davis ante Daniil Ostapenkov, un desconocido juvenil sin ranking.

Horacio Zeballos, en la elite de la elite


Para Horacio Zeballos la temporada 2021
configuró una suerte de extensión de un proceso que no deja de acumular éxitos. El marplatense de 36 años, número seis del mundo en dobles, sumó más logros junto con su compañero español Marcel Granollers y agrandó su condición de leyenda del tenis argentino en la modalidad.

Junto con Granollers ganó dos títulos, ambos de nivel ATP Masters 1000: Madrid y Cincinnati. Cuatro de los seis trofeos de ATP que ganaron como pareja en general son de Masters 1000: también se consagraron en Montreal 2019 y Roma 2020. Juntos tienen un balance de 28 ntriunfos y 12 derrotas este año, con las finales de Acapulco y Wimbledon incluidas. Los dos trofeos le valieron quedar como el máximo ganador argentino de ATP en dobles (18) tras desnivelar con Guillermo Vilas (16).

Surgido en el Edison Lawn Tenis de Mar del Plata, Zeballos estuvo por segunda vez en las semifinales del Campeonato de Maestros en Turín, el torneo que reúne a las ocho mejores parejas de la temporada, como había logrado, también con Granollers, el año pasado en Londres. Finalizó el año en el puesto 6° del mundo y alzó el Olimpia de Plata como el tenista más destacado del país.

Juan Manuel Cerúndolo, la revelación


En medio de las complicaciones por la pandemia y del congelamiento del ranking ATP que sostenía a los de arriba y obligaba a trabajar el doble a los de abajo para escalar posiciones, el tenis argentino amasó los cimientos de una generación que ya es presente y que dará que hablar en el futuro próximo. Juan Manuel Cerúndolo, nacido en 2001, fue el primero de ese grupo que explotó. Y lo hizo en cuestión de días.

El zurdo de 20 años englobó un año para el recuerdo. Inició en el puesto 341 del ranking ATP y sus dos primeros torneos fueron en la primera línea profesional: dos M15, los ex Futures de 15 mil dólares en premios, en Antalya.

El ascenso fue meteórico: ganó el Córdoba Open, contra todo pronóstico y desde la qualy, para después avanzar a paso firme, consagrarse en tres Challengers -Roma, Como y Banja Luka-, llegar a otras dos finales (Meerbusch y Lima) y establecerse entre los cien mejores con margen. Cerró la temporada en el puesto número 90, con la certeza de que arrancará el año en el cuadro principal del Abierto de Australia.

Con el desafío de aprender los secretos del tenis en canchas duras, Juanma sumó una nueva pieza a su equipo, ya liderado por el coach Andrés Dellatorre: Juan Ignacio Chela, uno de los entrenadores de Schwartzman. "Por haber estado 15 del mundo tiene mucha experiencia; trabajó varios años con Diego y me puede aportar información que nosotros no tenemos".

Sebastián Báez, un desafío al sistema


Si existe un logro que materializó Sebastián Báez
este año, además de ganar infinidad de partidos en el circuito Challenger, es haber desafiado con éxito al sistema. Arrancó el año en el puesto 308 y, después de luchar en la segunda categoría profesional, rompió sesgo eurocentrista y se metió en el top 100 sin recibir una sola invitación de los torneos, ni siquiera los que se desarrollan en el país. Y lo hizo en pleno congelamiento del ranking, la medida que protegió a los jugadores de arriba. Nadie le regaló nada.

Nacido hace 20 años en Billinghurst, San Martín, habría irrumpido entre los cien varios meses antes. Ganó nada menos que seis títulos Challenger -incluido el de Buenos Aires-, jugó otras tres finales y acumuló 44 victorias, la mayor cifra de cualquier jugador sub 20 durante un año en el segundo circuito. Debió batallar mucho más que en las circunstancias normales, por lo que retrasó su acceso a torneos más importantes.

El jugador entrenado por Sebastián Gutiérrez -parte del cuerpo técnico de Daniel Orsanic en la conquista de la Copa Davis 2016generó incluso un golpe mayúsculo en el Next Gen Finals, el Masters sub 21 que se jugó a fin de año en Milán, en cancha rápida bajo techo, una superficie que suelen habitar los europeos desde pequeños: después de ganar dos partidos del round robin se metió en las seminales y provocó que lo "conocieran".

Juan Martín Del Potro, el retorno más esperado


Hacia fin de año Juan Martín Del Potro ilusionó a todos: anunció que se entrena para volver al circuito en el Argentina Open, la semana del 5 de febrero de 2022, después de una prolongada ausencia de más de dos años y medio por una severa lesión en la rodilla derecha que lo llevó cuatro veces al quirófano. La idea es jugar también, la semana siguiente, el ATP 500 de Río de Janeiro, propiedad de IMG, la misma compañía que lo representa.

En septiembre pasado, durante una exhibición con John McEnroe en el US Open, Del Potro había dejado entrever que le gustaría volver a jugar en su país: “En Argentina jugué muy poco; hay alternativas que tocan el lado emocional y voy a ir por ahí”. Ahora parece haber dejado atrás las rencillas que lo enemistaron con Martín Jaite, el histórico director del Argentina Open, con quien se distanció mientras duró su capitanía en la Copa Davis.

La cuarta y "definitiva" operación en la maltrecha rodilla derecha tuvo lugar nueve meses atrás, en Chicago y a manos del tucumano Jorge Chahla, un cirujano ortopédico especializado en lesiones complejas de rodilla y cadera. La lesión original se produjo en octubre de 2018, en Shanghai, cuando Del Potro se fracturó la rótula derecha tras una caída.

Copa Davis: una chance inmejorable


Guillermo Coria
tendrá un debut auspicioso como capitán argentino de la Copa Davis: los próximos 4 y 5 de marzo se sentará en la silla ante República Checa, de local, en una de las doce series correspondientes a los Qualifiers -ronda clasificatoria-, cuyos ganadores lograrán el pase directo a las Finales de 2022.

Ex número tres del mundo y finalista de Roland Garros en 2004, el Mago ocupará el cargo tras la desprolija etapa de Gastón Gaudio. En el arranque de este nuevo período tendrá una gran oportunidad de llevar a la Argentina a las Finales después de la ausencia en la edición de este año. Si bien el historial favorece a los checos, que ganaron cinco de las seis eliminatorias entre ambos, ahora apenas cuentan con dos jugadores ubicados entre los cien mejores del mundo: Jiri Vesely, de 28 años y actual 83° de singles, y Roman Jebavy, de 32 y 87° en dobles.

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