Argentina quedó a un paso de volver a la elite. En el debut de Guillermo Coria como capitán, quien llegó para reemplazar al desganado Gastón Gaudio, el equipo nacional se impone 2-0 ante República Checa en el Buenos Aires Lawn Tennis por los Qualifiers de la Copa Davis, instancia que otorga un pase directo para la fase de grupos de las Finales, el selectivo certamen de fin año que reunirá, del 23 al 27 de noviembre en una sede a confirmar, a los ocho mejores países del mundo.
Sebastián Báez tuvo su presentación oficial en el plantel copero y no defraudó, incluso en medio del entorno que suele envolver los partidos por la ensaladera, con mayor exposición que en el circuito: se impuso 7-6 (4) y 6-3 ante Jiri Lehecka, de 20 años y 94º del mundo, para poner el 1-0 transitorio en favor de la Argentina. Más tarde fue Diego Schwartzman, el jugador insignia del conjunto local, quien debió sufrir para superar 2-6, 6-2 y 6-2 a Tomas Machac, de 21 y actual 131º del listado profesional.
El estreno copero de Báez no pudo ser mejor, sobre todo por tratarse del legendario torneo que suele reírse de la lógica y en el que la exposición crece de manera sensible. Con solvencia y una gran entereza emocional, el joven de 21 años lo convirtió en el debut perfecto.
“Me fui sintiendo mejor con el correr del partido. Arranqué un poco nervioso pero me encontré con mi juego. Estuve cada vez más confiado”, expresó, el 85º tenista argentino con al menos un partido jugado por la ensaladera. En medio del entorno, la presión y la atmósfera que generan los choques coperos, debió afrontar dos momentos de apremio ante las bombas del checo: en el primer set estuvo 3-5 abajo, con el saque de Lehecka, y arrancó con un quiebre de desventaja en el segundo parcial. Sin embargo respondió como si jugara un partido más del circuito, como si no representara a todo un país, con la fortaleza de los más experimentados.
Todo salió como lo había pensado: junto con su entrenador Sebastián Gutiérrez, con quien sostiene un sólido vínculo desde hace más de seis años, habían imaginado el debut como en cualquier otro ámbito, con la certeza de que sería un momento especial. “La planificación fue como en cualquier torneo. No hubo cambios. Seba durmió conmigo en el hotel. Estuvimos bien. Lo preparé como un partido más y, a la vez, intenté disfrutar lo que es la Copa Davis. A veces uno puede sobredimensionar el debut pero era un partido más. Seba y mi equipo me ayudaron mucho estos días”, analizó el jugador que fuera líder del ranking mundial junior en 2018.
El triunfo ante Lehecka configura una extensión del momento soñado que arrastra desde la temporada 2021, año en el que inició 308º, ganó seis títulos Challenger y finalizó 98º, pero la primera porción de 2022 no fue la excepción: inició con un gran desempeño en el Abierto de Australia, su primer cuadro principal de Grand Slam, donde jugó un partidazo contra el griego Stefanos Tsitsipas; y luego redondeó una gira muy positiva en el ladrillo sudamericano que incluyó su primera final de nivel ATP en el torneo de Santiago de Chile. Ganar en la Copa Davis representa otro paso al frente para el jugador nacido en 2000 en Billinghurst, partido de San Martín.
“Uno nunca sabe cómo va a ser el partido. El tenis puede ser así o un poco más cruel, pero estaba preparado para cualquier situación. Tengo las herramientas para aprovechar las oportunidades”, expresó un satisfecho y centrado Báez minutos antes de que Schwartzman saltara a la cancha para el segundo punto.
El número 14 del mundo tuvo que atravesar instantes de mucho riesgo durante su 14º partido de Copa Davis. Acostumbrado a sufrir los partidos de local, llegó a estar 2-6, 0-2 y 30-40, con break point en contra, instante hasta el que su juego no generó el daño ni la profundidad. Durante ese lapso hasta llegó a impactar su raqueta contra un panel de publicidad para quitarse la bronca, pero se recuperó y construyó un luchado triunfo ante la mirada de alrededor de dos mil personas, entre ellas una presencia de peso: Carlos Tevez, el ex futbolista de Boca, acompañado del ex presidente boquense Daniel Angelici, en una clara postura política de cara a las elecciones del próximo año en el Xeneize.
"En los primeros games yo pude haber hecho las cosas mejor. Uno trata de arrancar prolijo pero él empezó muy bien. Entré en un bajón tenístico y anímico del que no podía salir. Cuando me senté en el banco, después de sacar ese game en el 0-2, le dije a Guille: 'No hay manera de que pierda este partido'. Fue una buena charla y el partido cambió: gané nueve games seguidos y pasó todo lo que yo quería que pasara", analizó Schwartzman respecto de su peor momento en el partido.
"Los chicos sabían que iba a ser muy duro. Los checos son dos jugadores jóvenes que le pegan muy bien a la pelota: pudieron pegarle fuerte, con riesgo, porque la cancha muy pesada los ayudaba a que lo se les fuera", dijo Coria tras su primer día como conductor en la silla.
La serie continuará este sábado, desde las 11, con el duelo de dobles, en el que Argentina se jugará el primer match point con dos experimentados especialistas: Horacio Zeballos, actual 5º del mundo, y Máximo González, 24º. Los rivales serán Zdenek Kolar (25 años; 137º en dobles) y Vit Kopriva (24; 237°). De ser necesario, a continuación, se jugarán los otros dos singles: Schwartzman contra Lehecka y Báez frente a Machac. Los capitanes podrán hacer modificaciones hasta una hora antes del inicio del doble y hasta 15 minutos previo a cada uno de los eventuales singles.