La Copa Libertadores sigue siendo, como todos los años, el gran objetivo de River. Pero la Copa de la Liga Profesional también figura entre las prioridades "millonarias". Y con ese enfoque, el equipo de Marcelo Gallardo recibirá a Tigre este miércoles desde las 21.30 en un estadio Monumental otra vez repleto y con la televisación de ESPN. A priori, River aparece como gran candidato a avanzar a las semifinales. Pero ningún partido se ganó en las vísperas.
Más allá de las lógicas rotaciones, hasta aquí River ha afrontado de muy buena manera la doble competencia: está virtualmente clasificado para los octavos de final de la Copa Libertadores e hizo una muy buena campaña en el torneo local en el que terminó a un punto de Racing, el primero de la zona 1. En el último partido que jugaron los titulares por la Copa de la Liga, goleó 7 a 0 a Sarmiento en Junín y apuntándole al partido con Tigre, tras empatar 1 a 1 con Fortaleza en Brasil por la Libertadores, Gallardo puso una formación alternativa ante Platense y volvió a ganar 2 a 1.
Con lo mejor que tiene otra vez en la cancha y con un banco amplio y rico en variantes, el Millonario presume que puede dar otra gran función de fútbol apuntándole a la semifinal del próximo fin de semana con el ganador de Estudiantes-Argentinos. Santiago Simón o Tomás Pochettino como volante por la derecha es la única duda que tiene Gallardo que espera sumar a su próxima convocatoria al colombiano Juan Fernando Quintero, quien todavía no se repuso de un desgarro en el isquiotibial izquierdo que sufrió antes del juego con Talleres en Córdoba.
Tigre de ninguna manera se asume como un invitado de piedra a la fiesta riverplatense. Pero tampoco llega en su mejor momento. Aunque se clasificó tercero en la zona 2 con 20 puntos, ganó sólo uno de sus últimos seis partidos y sumó apenas 3 de los últimos 18 puntos que disputó. No es poco haber alcanzado los cuartos de final viniendo directamente desde el ascenso. Pero Tigre no pudo sostener en el cierre, el rendimiento que tuvo en el primer tramo del torneo. Por más que su técnico, Diego Martínez, intentó siempre apostar por el buen manejo de la pelota y una mentalidad preferentemente ofensiva.
Ni siquiera pudieron sostenerlo sus mejores jugadores: el lateral derecho Blondel, el volante Ezequiel Fernández (quien volvería a Boca en el segundo semestre) y su goleador Pablo Magnín. La última victoria como visitante de Tigre data de la quinta fecha (1 a 0 con Aldosivi en Mar del Plata). Volver a lograrlo en el Monumental y ante un River tan afianzado tendría aires de una verdadera proeza para el equipo de Victoria. Soñar no cuesta nada. Y esto es fútbol.