La Copa de la Liga Profesional llega a su fin y este domingo conocerá a su campéon: desde las 16 y en el estadio Mario Kempes de Córdoba, Boca y Tigre definirán el título en un duelo de realidades muy diferentes. Para los xeneizes servirá como una inyección de tranquilidad en medio de un semestre muy convulsionado, con su entrenador Sebastián Battaglia siempre en la mira y con la necesidad de asegurar su boleto para los octavos de final de la Copa Libertadores el próximo jueves. Para los de Victoria sería un festejo tan grande como inesperado, si se tiene en cuenta que a fines del año pasado se encontraban disputando el torneo de la Primera Nacional.

Para llegar a la gran definición, que se jugará a estadio completo porque ambas hinchadas agotaron las localidades que les habían reservado, ambos equipos recorrieron un camino parecido. Después de superar en los cuartos de final a Defensa y Justicia en uno de sus mejores partidos del año, Boca debió recurrir a los penales para eliminar en las semifinales a Racing, en un duelo en el que se vio superado claramente durante la mayor parte del desarrollo. Por el lado de Tigre, en los cuartos dio el gran batacazo del torneo al eliminar a River en Monumental con un partido soñado. Y en la siguiente ronda, al igual que Boca, también necesitó de los penales para eliminar a Argentinos Juniors, después de empatar 1-1 en el estadio de Huracán. 

Más allá de la irregularidad que mostró en su juego a lo largo del certamen, uno de los mayores méritos de Boca para llegar a la final está en haber superado al resto de los rivales que llegaron a las instancias decisivas. De los siete clasificados, Boca venció en la primera fase a Aldosivi, Estudiantes, Tigre y River, todos en condición de visitante. Luego derrotó 2-0 a Defensa y Justicia y después eliminó a Racing. Al único que no superó fue a Argentinos, cuarto en la otra zona y el único rival al que no se enfrentó.


Sin embargo, las lagunas en su rendimiento, con actuaciones deslucidas como la derrota ante Huracán y los empates ante Lanús, Godoy Cruz y Arsenal, todos en la Bombonera, dejaron a su técnico bajo cuestionamientos casi constantes. Para colmo, esa irregularidad se trasladó a la Copa Libertadores, donde el jueves deberá ganarle sí o sí al Deportivo Cali para lograr su boleto para los octavos de final. Un empate -y la consecuente eliminación del certamen continental- opacará el logro que significaría un triunfo en el Kempes.

Del otro lado, Tigre ya superó las expectativas, con una campaña elogiable, con la base del plantel que logró el ascenso desde la Primera Nacional. El entrenador Diego Martínez consiguió darle identidad y buen juego a un equipo sin grandes figuras que basa su fortaleza en el rendimiento colectivo.

El antecedente más cercano marca el triunfo de Boca 2-0 en Victoria hace dos semanas, con goles de Darío Benedetto y Luis Vázquez. No obstante, Tigre también cuenta con un recuerdo que le permite ilusionarse: hace tres años, y pese al descenso que había sufrido unas semanas antes, el conjunto que en ese momento dirigía Néstor Gorosito le ganó 2-0 a Boca en la final de la Copa de la Superliga, jugada en el mismo escenario del duelo de mañana.

En el aspecto futbolístico, Battaglia apostará por una formación bien ofensiva, con Pol Fernández y Alan Varela como volantes de contención y cuatro jugadores de ataque como el paraguayo Oscar Romero, Eduardo Salvio, Darío Benedetto y Sebastián Villa. Precisamente el colombiano está en el ojo de la tormenta, ya que el club no activó ningún protocolo por la denuncia de una mujer por la que el futbolista quedó imputado por "abuso sexual agravado con acceso carnal".

Del otro lado, Diego Martínez recuperó a su capitán, Sebastián Prediger, que arrastraba una molestia. De esa manera, el DT podrá poner el máximo potencial de mitad de cancha hacia adelante con Prediger y Ezequiel "Equi" Fernández en la recuperación, el buen trato de pelota de Cristian Zabala, Facundo Colidio y Alexis Castro en la creación y Mateo Retegui como único delantero de área, tras ganarle la pulseada por el puesto al goleador de la B Nacional, Pablo Magnín.

El decisivo encuentro, que contará televisación de ESPN Premium, será arbitrado por el neuquino Darío Herrera, mientras que a cargo del VAR estará Mauro Vigliano. Si el partido finalizara empatado al cabo de los 90 minutos, habrá un tiempo extra de 30 minutos para definir al campeón. Y en caso de persistir la igualdad se recurrirá a definición con remates desde el punto de penal, instancia en la que ambos equipos vienen dulce, sobre todo Boca.