La Comisión Organizadora del 35 Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries a realizarse en San Luis del 8 al 10 de octubre de 2022, lanzó una convocatoria a la unidad del Encuentro.
La comisión organizadora del “Pluri” consensuó concretar una reunión el sábado 16, con la intención de fortalecer la unidad entre los feminismos y transfeminismos populares.
“Deseamos que esta reunión nos permita seguir avanzando en la concreción del Encuentro y en la lucha contra este sistema que explota, oprime, asesina a mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersexuales y no binaries”, expresan en la convocatoria que incluye a todes quienes se fueron incorporando a los encuentros a lo largo de décadas.
La participación de muchas de estas personas fue resistida durante años en los Encuentros, por un sector homolesbotransfóbico y con la excusa de que “asustan a las mujeres”. Hay que señalar que es la primera vez que las lesbianas aparecen en el nombre de los Encuentros, luego de 35 años de participar en su organización.
El concepto de Plurinacionalidad comenzó a prevalecer a partir del 33 Encuentro de Trelew y en el 34 Encuentro de La Plata resultó aclamado junto con “las disidencias” sexuales, a las que en adelante se mencionaría una por una.
La comisión organizadora del Pluri San Luis 2022 considera “importante que la situación se resuelva en el territorio con la presencia de sólo las dos comisiones organizadoras locales de los Encuentros, en consonancia con los pilares históricos que consideran al mismo autónomo, autoconvocado, democrático, pluralista, autogestionado, federal y horizontal”.
Este párrafo del comunicado del Pluri sobre las comisiones organizadoras es muy importante. Veamos por qué.
CÓMO IMPEDIR EL PLURINACIONAL
A partir del 3 de julio circuló en algunas redes sociales otro “llamamiento a la unidad”, pero firmado éste por la comisión organizadora del 35 Encuentro Nacional de Mujeres. En ningún párrafo menciona a las identidades que reclaman ser nombradas. No emplea el término “transfeminismo” y en cambio sostiene que “un solo encuentro es una necesidad para el movimiento de mujeres, feminista y de las diversidades”. ¿Qué quiere decir “diversidades”? ¿Se invita entonces al Encuentro a los compañeros varones gays cisgénero? Porque están incluidos en las “diversidades”.
El sector muy minoritario que impulsa el Encuentro Nacional de noviembre en San Luis está integrado por militantes del Partido Comunista Revolucionario (PCR, integrante del Frente de Todes bajo el nombre de Partido del Trabajo y del Pueblo), por una comunidad indígena que solicitó que el encuentro se realice en noviembre (la mayoría de las comunidades asistirá al Pluri) y por feministas antiderechos transexcluyentes.
La importancia de la Corriente Clasista Combativa (orientada por este partido político de tendencia maoísta) y el ser parte del Frente de Todes le permitió durante años al PCR acordar con referentes del peronismo y del kirchnerismo la tutela de los Encuentros (esto es, manejar las comisiones organizadoras, encauzar la participación según los criterios del partido, controlar qué talleres se permiten y cuáles no). Años antes, un antiguo sector feminista que considera a las mujeres cisgénero el único sujeto del feminismo, ya había acordado la prevalencia del PCR, para frenar a los sectores trotskistas que buscaban cambiar la metodología del consenso y reemplazarla por votación a mano alzada (método que presenta el problema de que se puede invitar a cualquiera para dar vuelta una votación) y transformar el encuentro en un congreso resolutivo.
El “llamamiento a la unidad” de la comisión organizadora del Encuentro Nacional de noviembre -donde se advierte la mano política partidaria valiéndose de terminología e ideario feminista- suena a las palabras que emplean los varones heterosexuales cisgénero para endulzar los oídos de las mujeres. Hay que escucharlos hasta el final y llegar a la letra chica. La letra chica de este llamamiento es la invitación a las anteriores comisiones organizadoras a participar de las reuniones para “destrabar la unidad”. La maniobra es evidente. Si la comisión organizadora del Pluri acepta esto, viajarán militantes de las distintas regionales del PCR a poner obstáculos y a demorar la organización del Encuentro Plurinacional, de manera tal que el único encuentro que pueda realizarse sea el Encuentro Nacional, en noviembre.
Las militantes del PCR merecen reconocimiento por su interés en el movimiento de mujeres cuando el feminismo era minúsculo en Argentina, su participación en la creación de los Encuentros, su tesón en la organización. Y por supuesto, merece total respeto el trabajo de la CCC. Lo que no se puede admitir es la tutela y el cercenamiento de la autonomía de los Encuentros, la censura a los sectores de los feminismos populares y de los transfeminismos, el no reconocimiento de la plurinacionalidad.
El 35 Encuentro Plurinacional se llevará a cabo en octubre, ya hay mucha reserva de instalaciones hoteleras y venta de pasajes a San Luis para esa fecha.
(* La autora integró la comisión promotora del Primer Encuentro Nacional de Mujeres, Buenos Aires 1986).