El equipo argentino de la Billie Jean King Cup, como se denomina de manera oficial a la ex Fed Cup, ya tiene el plantel confirmado para encarar el próximo reto: el Grupo I Américas, que se jugará en Cúcuta, Colombia, del 11 al 15 de abril, sobre polvo de ladrillo al aire libre.
El certamen contará con seis naciones -también estarán Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala y Perú-, de las cuales las dos primeras se adjudicarán el pase a los playoffs de 2023, instancia que pondrá en juego el acceso a los Qualifiers 2024.
La competencia sudamericana será la primera parada de la Argentina luego de la controversial derrota por 3-1 ante Brasil en Tucumán, una serie que desnudó los roces al interior del equipo y las deficiencias en el manejo del grupo por parte de la capitana Mercedes Paz.
Si bien la ex 28ª del mundo estuvo bajo el ojo de la polémica y su continuidad asomaba incierta, al cabo seguirá en la silla y comenzará su quinto año al frente del equipo, una situación infrecuente en la Asociación Argentina de Tenis (AAT), institución en la que los capitanes de los primeros equipos suelen estar hasta tres temporadas en el cargo. La extensión de su estadía, que no había sido confirmada por la dirigencia luego de la caída en Tucumán, no tuvo siquiera un anuncio oficial.
El equipo tendrá como líder deportiva a Nadia Podoroska (108ª), cuya participación en la competencia por equipos en los últimos años quedó en el debe: no gana un partido en la competencia desde febrero de 2020, antes de que pegara el gran salto con las semifinales de Roland Garros de ese mismo año. La acompañarán Lourdes Carlé (153ª), Julia Riera (266ª) y las debutantes Martina Capurro Taborda (400ª) y Berta Bonardi (541ª).
La tucumana designó un equipo con dos fuertes bajas: Paula Ormaechea, 174ª del ranking WTA y única jugadora que ganó un punto contra Brasil, y Solana Sierra, actual 363ª, la tenista argentina de mayor proyección. Por el lado de la sunchalense la decisión la tomó la propia Paz: ni siquiera la llamó, pese a ser la jugadora más copera de la última década -jugó un total 23 series entre 2009 y 2022-. La joven marplatense, por su parte, recibió la citación pero eligió priorizar el armado de su calendario para abril y mayo, en pleno proceso de búsqueda de un entrenador para establecer su crecimiento en el exterior -viene de ganar el W25 de Tucumán, el título más importante de su carrera, sin tener un coach-.
La continuidad de Mercedes Paz, quien no supo administrar el grupo en Tucumán, la tierra en la que emerge como una referente indiscutida, arroja una certificación: Argentina jugará sin el mejor equipo posible, una deuda imposible de soslayar. La responsabilidad de toda federación nacional es presentar la nómina más destacada de jugadores o jugadoras del momento.
La serie contra Brasil dejó sus esquirlas: Ormaechea ganó el único punto de la serie ante Laura Pigossi pero, por fallas estratégicas de la capitana, no pudo aparecer el segundo día para enfrentarse con la líder brasileña Beatriz Haddad Maia. Las decisiones y el mal manejo de la conductora impidieron que Argentina pudiera presentar a la mejor formación posible. Siempre se puede perder, pero la cuestión es la manera.
Lo mismo sucederá en adelante. La determinación de la dirigencia de la AAT, encabezada por Agustín Calleri, tiene un precio muy alto: la continuidad de Paz imposibilita la inclusión de la mejor jugadora de Copa de los últimos diez años. Lo más llamativo es que ni siquiera fue citada, según pudo confirmar Página/12. Argentina no podrá cumplir con la obligación de jugar con lo mejor que tiene, una situación que trae reminiscencias de la Copa Davis, en tiempos en que la dirigencia alejó a Juan Martín Del Potro, el único fuera de serie de aquel momento.
En 2012 el tandilense entró en conflicto con el capitán Martín Jaite, sostenido en el puesto por el director ejecutivo Héctor Romani, quien garantizó la conducción del ex 10° del mundo en la silla hasta la temporada 2014, incluso en detrimento del propio equipo de la Copa Davis.
Argentina no peleó el título mundial mientras Del Potro estuvo fuera de la nómina y hasta que, a fines de ese año, con Jaite ya fuera de la capitanía, hubo un cambio de rumbo: llegó Daniel Orsanic, se fue Romani, hubo un proyecto integral que "abrazó" al jugador franquicia y, en 2016, la deuda histórica del deporte argentino quedó saldada. Con las distancias pertinentes, el equipo nacional podrá ganar o perder en la Billie Jean King Cup, pero está claro que las decisiones pueden afectar el propio interés para formar el mayor equipo disponible.