Diego Schwartzman encontró una salida justo a tiempo. Los resultados, ausentes durante casi toda la temporada, aparecieron en el momento indicado. Cuando la caída pudo haber sido catastrófica emergieron el coraje y el tenis del ex número ocho del mundo, nada menos que en Roland Garros.
El Peque encadenó dos victorias en París para meterse en la tercera ronda: en el debut había remontado dos sets de desventaja ante el español el español Bernabé Zapata Miralles (38º) y este miércoles hizo lo propio ante el portugués Nuno Borges (80°), a quien derrotó por 7-6 (5), 6-4 y 6-3. En el próximo cruce lo espera el griego Stefanos Tsitsipas, el cinco del mundo, con quien tiene un historial de 2-3 en torneos oficiales.
"Estoy feliz porque, con un poco de ritmo, se dio lo que me venía faltando. Pude jugar mejor que él en los puntos importantes. Ahora es pura felicidad. El ranking está en un segundo plano. Ya no soy un nene: tengo que dejar todo y disfrutar", deslizó el actual 95° del mundo.
La previa había sido angustiante. El argentino de 30 años llegaba a Roland Garros, el torneo en el que había cosechado innumerables alegrías, con un doble riesgo: extender una racha adversa que ya acumulaba cinco caídas en fila y, ante la eventual imposibilidad de no defender los 180 puntos de octavos de final, salir del top 100 del ranking ATP por primera vez desde julio de 2014.
Antes del arribo al Bois de Boulogne, el barrio parisino en el que se encuentra el Stade Roland Garros, Schwartzman había ganado apenas cinco partidos sobre 21 disputados en toda la temporada, un registro que lo llevó a descender 70 puestos en el ranking de la ATP -la primera semana de enero era el 25°-.
Había perdido la confianza, acaso el atributo principal de cualquier tenista de elite. En polvo de ladrillo, su superficie predilecta, apenas había cosechado dos festejos. Fueron todas frustraciones en la gira sudamericana y sólo dos partidos ganados en Montecarlo y Barcelona, ambos en el recorrido previo a Roland Garros.
El inminente riesgo de perder su posición entre los cien mejores del mundo, un sitio que garantiza la entrada directa a los torneos de Grand Slam y otros eventos de sumo calibre, empujó a Schwartzman a revitalizar su nivel y reencontrarse con las buenas sensaciones para volver a construir confianza, el mayor desafío de su vida deportiva. Y lo hizo en un torneo que, desde su estreno en el cuadro de 2014, sólo le trajo emociones: llegó a ser semifinalista en la edición de 2020 y cuarto finalista en 2018 y 2021.
Los dos golpazos que metió esta semana, los primeros dos triunfos en fila desde agosto del año pasado en el US Open, lo llevaron a establecer una marca personal con la que dejó atrás, en el rubro argentino, a un jugador de la talla de Juan Martín Del Potro: alcanzó los 23 triunfos en el cuadro principal de Roland Garros y superó los 22 que había sumado el tandilense, semifinalista en 2009 y 2018, entre 2006 y 2019. Sólo quedó detrás del gigante Guillermo Vilas, inalcanzable con 57 éxitos entre 1972 y 1989.
Schwartzman lo vivió a flor de piel: "Hay lugares en los que el tenista responde mejor que en otros. A mí me toca acá. No puedo estar más feliz. Nunca imaginé llegar a estos números, mucho menos en Roland Garros, que es el torneo con el soñamos todos los latinos".
Podoroska, eliminada
Antes del triunfo de Schwartzman, la Argentina perdió a la única representante en el cuadro femenino de Roland Garros: Nadia Podoroska, actual 101ª del ranking WTA, cayó en la segunda ronda por 6-3, 0-6 y 6-3 ante la checa Karolina Muchova (43ª).
La rosarina de 26 años venía de vencer a la francesa Jessika Ponchet, 123ª del listado profesional, por un contundente 6-2 y 6-0, pero no pudo sostener el nivel para dar el salto a la tercera rueda.
De cualquier modo resultó su mejor actuación luego de aquella revolución que provocara en la edición de 2020, cuando se presentó al mundo tras arribar hasta las semifinales después de haber arrancado en la clasificación.
La agenda de este jueves tendrá una fuerte presencia argentina: por la segunda ronda jugarán el platense Tomás Etcheverry (49°) ante el australiano Alex De Minaur (19°), el cordobés Pedro Cachín (64°) contra el croata Borna Coric (16°) y el otro platense Thiago Tirante (153°) frente al chino Zhizhen Zhang (71°).
El número uno argentino Francisco Cerúndolo (23°) se medirá contra el alemán Yannick Hanfmann (65°), el bragadense Genaro Olivieri (231°) irá ante el italiano Andrea Vavassori (148°) y el bahiense Guido Pella (423°; ranking protegido 75°) hará lo propio frente al brasileño Thiago Seyboth Wild (172°), entrenado por Sebastián Gutiérrez -el coach de Sebastián Báez-, quien viene de eliminar al ruso Daniil Medvedev (2°).