El histórico y tradicional Buenos Aires Lawn Tennis Club, el recinto de mayor peso para el tenis argentino, la casa de Guillermo Vilas, vivirá una verdadera revolución. La semana próxima su centenario estadio principal comenzará a ser remodelado y modernizado con un doble objetivo: poner en valor un sitio emblemático del deporte y garantizar por diez años la vida del ATP de Buenos Aires, que incluso podría aspirar a un ascenso de categoría.
Las autoridades del icónico club, inaugurado en 1892, llegaron a un acuerdo con la empresa Tennium, desde 2017 dueña del torneo denominado Argentina Open, para sostener la realización del certamen en conjunto y para vislumbrar un logro que lleva algunos años en agenda: subir el calibre de ATP 250 a ATP 500.
El Buenos Aires se aseguró, de esta manera, mantenerse como sede del quinto torneo más antiguo del mundo al menos hasta la edición de 2033, luego de extender el contrato con la compañía Altenis, la representante de Tennium en la Argentina.
El convenio anterior había expirado luego del título conquistado por el español Carlos Alcaraz, el número uno del mundo que ya confirmó de manera oficial que volverá para jugar la edición de febrero próximo.
La continuidad del torneo en el BALTC estaba en riesgo por los requisitos que impulsaba la ATP en torno a las falencias que representaba, desde hace tiempo, la infraestructura del estadio principal. El órgano rector del circuito masculino pretendía que, por historia y por tradición, el torneo siguiera en el mítico club de Palermo, pero a la vez demandaba una serie de obras para adecuar la tribuna y sus alrededores. En efecto las refacciones comenzarán la semana próxima. La apuesta del club, luego de este acuerdo, es ser reconocido como un escenario de categoría superior.
La puesta en valor del estadio incluirá varias fuertes actualizaciones en términos de modernización. Se construirá un nuevo salón VIP de 500 metros cuadrados; se hará un rediseño de los vestuarios con salida directa al Court Central; habrá nuevos sistemas de refrigeración; se refaccionarán los baños públicos; y habrá una renovación de los pisos exteriores del estadio y de las cabinas de transmisión, que ya presentaban deficiencias significativas por el paso del tiempo.
Las obras durarán cinco meses -el resultado final tendrá lugar en diciembre- y serán financiadas por la empresa Altenis, que se hará cargo del proporcional del club, con el adelanto de pagos a cuenta de cánones futuros. En el medio, sin representar problema alguno con los trabajos, el Buenos Aires albergará una serie de Copa Davis: Argentina recibirá a Lituania, del 16 al 17 de septiembre, por un pase a los Qualifiers de 2024.
La extensión del convenio, con la financiación clave para su actualización, incluye la gran oportunidad de apuntar a un crecimiento del torneo en los años venideros. Tiempo atrás, en diálogo con Página/12, el uruguayo Martín Hughes, ejecutivo de Tennium, contaba: "El Argentina Open lleva algunos años desde que lo agarramos nosotros; queremos y buscamos agrandarlo. Siempre está el tema de poder llevarlo a categoría 500 o modificar la superficie a cancha dura. Hay que buscarle la vuelta. Yo creo que tenemos muchas chances".
El crecimiento, claro, no depende ni de la compañía con casa matriz en Barcelona ni del club, sino de la ATP, pero hay que tener en cuenta que el organismo que rige el máximo circuito de varones buscó impulsar estas reformas para que el certamen siguiera en la misma sede.
Hughes, en aquel momento, reveló el plan que tenía la ATP con vistas a los próximos años, en el que Buenos Aires, el quinto certamen más longevo del planeta -data de 1893-, corría con ventaja: "Hay varios torneos ATP 250 a los que la ATP les genera un upgrade para rediseñar el calendario. Estamos atentos a lo que pueda suceder; Argentina siempre va a ser un candidato por la historia. Vamos a estar metidos de cabeza en el proceso. Habría que invertir un poco en infraestructura pero el incremento automático sería el prize money, que incluso puede cuadruplicarse y serviría para traer mejores jugadores".
El primer gran paso ya está concretado: el Buenos Aires vivirá una verdadera revolución con otro gran motivo para la celebración: las obras estarán listas camino al centenario del estadio en octubre de 1926. La Tribuna Central Billoch Caride, el Court Central Guillermo Vilas, donde jugaron grandes campeones como Björn Borg, Roy Emerson o el legendario Rod Laver, escribirán una nueva página en la historia del tenis.