Tocan a una, tocan a todas. La respuesta fue viralización instantánea en las redes sociales y salida a las calles a manifestar contra la violencia policial. A Mariana Solange Gómez se la llevaron presa por lesbiana y por defenderse de una patoteada institucional.
El contexto en que se dieron los hechos no es menor. Mariana acompaña a su pareja, Rocío Girat, a tomar el colectivo en Constitución, rumbo al trabajo. Conversan, fuman y se despiden con un beso en la galería con escaleras mecánicas ubicada en la Plaza. Rocío necesita esa contención de Mariana, porque este lunes deberá asistir en Mar del Plata a la audiencia contra su progenitor, un militar de la Armada que la abusó durante años. El militar ya fue condenado por los abusos, pero esta audiencia ser realiza porque amenazó a Rocío y a su madre, en presencia del tribunal que lo condenó: “A ustedes las voy a terminar matando”.
La despedida de Mariana y Rocío le molestó a un empleado de Metrovías y a un oficial de la nueva Policía de la Ciudad. La respuesta fue intervención y violencia institucional. Patrullero para la pareja. Golpes, calabozo, requisa desnuda y vejaciones para Mariana. Hoy a las 18, militantes/activistas lesbianas convocan a protestar con un Besazo en Constitución, en el lugar donde detuvieron a Mariana.
Volvamos al espacio donde comenzó todo.
Estación de Transbordo Constitución, subte línea C. Dos de la tarde del lunes 2.
“Lo termino y lo apago”. Mariana le da dos pitadas más al cigarrillo y aplasta la colilla contra el suelo. Rocío, la esposa de Mariana, no puede creer que el policía se quede parado, el gesto rígido en las cejas y en la mirada. “Usted no se puede ir, lo vamos a demorar por resistencia a la autoridad”.
En ese sector de la estación de subte, lugar de acceso a Plaza Constitución, varios pasajeros pasan fumando. Lo diferente (para la mirada institucional) es una pareja de lesbianas conversando largo, como lo haría cualquier pareja que decide tomarse un descanso para charlar y fumarse un cigarrillo. No hay carteles de “prohibido fumar” a la vista.
La escena termina con Mariana Solange Gómez (24) en el piso. Con el oficial de la Policía de la Ciudad Jonatan Rojo sobre su cuerpo, aplastándole la espalda con una rodilla y las cervicales con la otra. Mientras la oficial Karen Villarreal le aprieta las piernas para que no se pueda mover. Esposada. Reducida.
Pasajerxs se arremolinan alrededor, indignados. Toman videos de la detención y los viralizan. A las pocas horas, convocatoria para reclamar la liberación de Mariana, detenida en un calabozo del Destacamento de Subterráneos de la Policía de la Ciudad, en la estación Boedo de la línea E.
La policía le exigió a Rocío Girat (23) que presente certificado de matrimonio para probar que tiene una relación con Mariana. Algo que no se pide a ninguna pareja heterosexual. Rocío lo presentó, y así y todo la policía dejó constancia de que Rocío es “soltera”.
La presión de manifestantes feministas arremolinadas en el Destacamento consiguió la liberación de Mariana, luego de siete horas de detención. Se hicieron presentes integrantes de Asamblea Popular Feminista de Boedo, Asamblea Lésbica Permanente, Ni Una Menos, Tortas de Barrio FOL, Mujeres Piqueteras, Correpi y Tenemos Patria, entre otras agrupaciones. A la liberación también contribuyó la difusión rápida del caso en las redes sociales.
Tanto Rocío como Mariana son víctimas de abuso sexual intrafamiliar. En el caso de Rocío, víctima de su padre militar, y en el caso de Mariana, uno de los abusadores está próximo a salir en libertad y el otro con prisión domiciliaria, en Olavarría.
Durante la detención, Mariana intentó por todos los medios soltarse del policía que la tenía sometida en el piso, con una rodilla aplastándole la espalda y la otra sobre las cervicales. En ese intento infructuoso por liberarse de la sofocación, dio algunos manotazos. Según denuncia la policía Villarreal, en uno de esos manotazos desesperados, Mariana le arrancó un mechón de cabello. La Justicia tipificó “resistencia a la autoridad y lesiones”. De víctima de discriminación pasó a ser victimaria.
El abogado defensor de Mariana, Lisandro Teszkiewicz, dijo que “el secretario del Juzgado interviniente –Nicolás Coronel- pudo haber ordenado simplemente que se identifique a la joven, pero en lugar de eso ordenó su detención. Aunque manifestó que actuó según describió los hechos la policía, ya que él no estuvo ahí para ver qué ocurría. Para nosotros es un caso de actividad policial delictiva, inscripta en los delitos de odio. Por eso presentaremos una denuncia por abuso de autoridad y por discriminación”.