El Buenos Aires Lawn Tennis Club volverá a vestirse de gala para recibir el mejor tenis del mundo. Y no es una afirmación figurativa ni azarosa: el cuadro principal del Argentina Open, el torneo de ATP más tradicional del país que se jugará del 10 al 18 de febrero de 2024 como parte de la gira sudamericana de polvo de ladrillo, tendrá una figura estelar como Carlos Alcaraz, el hombre que vendrá a defender el título que ganara este año.
El número dos del mundo, bicampeón de Grand Slam y principal rival de Novak Djokovic por la cima del ranking ATP, estará acompañado por otros nombres rutilantes: el suizo Stanislas Wawrinka, ganador de tres Grand Slams y ex 3°; Francisco Cerúndolo, actual 21° y número uno de la Argentina; el británico Cameron Norrie (18°), finalista de este año; el joven francés Arthur Fils (36°); el número dos argentino Sebastián Báez (28°); el campeón panamericano Facundo Díaz Acosta (95°); y el ex campeón del torneo Diego Schwartzman (ex 8° del mundo).
El quinto certamen más longevo del planeta -data de 1893-, en su 24ª edición consecutiva, contará además con un plus: se jugará en un BALTC totalmente renovado, una verdadera revolución para un recinto repleto de historia. El Argentina Open, en efecto, firmó un contrato de diez años con el club para poner en valor el sitio emblemático del deporte de las raquetas para garantizar, a futuro, la salud del certamen y el crecimiento en infraestructura.
"Firmamos contrato por 10 años más con el Buenos Aires Lawn Tennis; invertimos mucho dinero para mejorar las instalaciones. ATP nos pidió que lo hiciéramos. Queremos darle un gran impulso al torneo", expresó Martín Jaite, el director del Argentina Open, quien también confirmó que el estadio principal aumentará su capacidad: "Vamos a tener unos 850 espectadores más. La participación de Alcaraz levantó mucha expectativa, pero además vimos la necesidad de ampliar porque todos los años viene mucha gente".
Martín Hughes, ejecutivo de Tennium, la compañía dueña del certamen, expresó: "Argentina es un país con una enorme pasión por el tenis y por el deporte en general. La empresa realiza torneos en muchos lugares (NdR: también tiene el ATP 500 de Barcelona y el ATP 250 de Amberes, por caso) pero ninguno como Buenos Aires".
El uruguayo, además presidente de la Asociación Uruguaya de Tenis (AUT), agregó en torno a la apuesta a futuro en el BALTC: "El estadio y el club son un símbolo de nuestro torneo y estamos muy felices por haber renovado diez años más con el Buenos Aires Lawn Tennis Club".
Cerúndolo, el as argentino del certamen, rememoró sus inicios como seguidor del tenis y como hijo de un ex tenista como Alejandro Cerúndolo -309° en 1982, entrenador de varios jugadores destacados y capitán de Fed Cup a fines de los '80-. "De chiquito iba mucho al torneo. Mi primer recuerdo es haber visto Nadal-Gaudio en 2005. Siempre soñé con jugarlo y felizmente pude jugar una final. Me encanta jugar con mi gente y no tiene precio jugar en Argentina", dijo respecto de aquel recordado partido de cuartos de final quien acaba de anunciar que sumará a su equipo al prestigioso Franco Davin, ex coach de Juan Martín Del Potro, Gastón Gaudio y Fabio Fognini, entre otros.
El sueño trunco del ATP 500
"Creo que tenemos chances de llevar el torneo a categoría ATP 500", le había anticipado Hughes dos años atrás a Página/12. "Hay varios torneos ATP 250 a los que la ATP les genera un upgrade (mejora) para rediseñar el calendario. Estamos atentos a lo que pueda suceder; Argentina siempre va a ser un candidato por la historia. Vamos a estar metidos de cabeza en el proceso", ampliaba.
El año pasado Buenos Aires albergaba el último partido de Juan Martín Del Potro, una presencia que generara una verdadera revolución para el torneo. Y esta temporada conseguía traer por primera vez a Carlos Alcaraz, otro gran golpe de efecto.
La ATP, en congruencia, concretó la reconfiguración del calendario pero desestimó la actualización de Buenos Aires, más allá de su historia y de su peso propio. Los torneos de Dallas, Doha y Múnich se quedaron con la recategorización con vistas a 2025. "Fue una decisión errónea de ATP; me dolió mucho. Hubo condiciones que se exigieron que tenían que ver con lo económico, no sólo con lo deportivo. Nosotros logramos igualar la oferta pero el sistema de garantías y la celeridad del trámite no nos resultaron sencillas. No llegamos a tiempo. Si bien es un sueño que tenemos, y que en algún momento sucederá, no hay que obsesionarse. El torneo no cambia mucho, más allá de un par de jugadores más".
El propietario de Dallas también tenía la plaza de Atlanta: bajó la segunda para favorecer la mejora de la primera. Doha y Múnich, por otro lado, adquirieron otra plaza para bajarla y poder subir de categoría. Hughes fue claro al respecto: "La ATP pretendía tener más espacio en el calendario y, entonces, pidió reducir los torneos 250. Nosotros podíamos juntar Amberes con Buenos Aires pero no quisimos; Amberes está en otra parte del año, en otra región y es un torneo que nos costó llevarlo donde está. La opción era comprar otra plaza, pero se generó una inflación por la demanda. El valor de la plaza incrementó ocho veces; decidimos ofertar pero también lo hicieron Doha y Múnich".