La política como fuerza de transformación comienza en el inconsciente mismo o no comienza verdaderamente jamás. Esta formulación era una guía poderosa en León Rozitchner. Al reparar en la complejidad de cada quien -no hay persona que no sea un "nido de víboras", un nudo en el cual ellas se nos enroscan sin que podamos advertirlo del todo- podía percibir con cierta claridad que la personalidad del sujeto no se resuelve en el mero alineamiento político. El amigo y el enemigo tal como se delimitan en la política no nos salvan de nuestras propias complicidades con el sistema (de ahí la ineficacia políticas de las izquierdas). De hecho, no hay -para Rozitchner- política sin constitución de una contra-coherencia que en última instancia remite a dos tipos de formaciones histórico-subjetivas. La de aquellos que precisan negar la vida de otros para salvar la propia, y la de aquellxs otrxs que -por el contrario- no pueden vivir sin crear un mundo que excluya la muerte de la vida de todos. Para estos últimos las cosas son siempre más difíciles, porque si realmente desean expulsar la muerte del sistema en este mundo deben asumir la exigencia de discernir a cada momento los obstáculos en los que ella se hace presente. En la película Las bestias (Rodrigo Sorogoyen, 2022) una pareja francesa llega a un bello pueblo de Galicia buscando una vida sin muerte y termina enfrentada a pobladores que los rechazan. La pareja afronta la hostilidad mediante un cálculo erróneo: cree que a los pueblerinos les falta "coraje para matar". No perciben la coexistencia entreverada -e históricamente constituida- de estas dos ideas diferentes de la muerte y de la enemistad anudadas en cada quien. Rozitchner creía que la izquierda sólo podía surgir como fuerza política mundana si realmente se sumergía en esta elaboración personal e inconsciente, desde la cual comenzar a elaborar una conciencia histórica diferente. Para él no había una verdad más profunda en el socialismo que aquella que se dispone a enfrentar la presencia de ese matar que debe ser invariablemente expulsado. Sea por la vía de la refutación (contra un enemigo que no deja de triunfar), o por la de los duros aprendizajes populares por venir (un pueblo que falta), lo cierto es que pocos pensamientos humanistas parecen haber tocado tan en lo hondo y hablado tan de frente sobre aquello ausente sin lo cual la política -cualquier política- pierde definitivamente su potencia redentora.
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