Cada quien lee sus cartas, escritas entre la segunda mitad de los cincuenta y la primera de los sesentas. Alrededor, público. Cristina es Perón. Un Perón, el Cristina Banegas, que tiene asombrosamente la voz de Perón. Abusando de una fórmula de León Rozitchner diríamos: Cristina debió comprender a fondo a Perón para componer de ese modo a su Perón. Al que le atribuye abruptas expresiones guturales cada vez con dramatismo