PLáSTICA
› SEXTA EDICION DE ESTUDIO ABIERTO, EN RETIRO
Esplendor, caída y después
El emblemático edificio de las ex tiendas Harrods –él mismo una atracción– funciona como sede de la nueva edición del evento de las artes visuales que se expande a otras artes.
› Por Fabián Lebenglik
Hasta el domingo 6 de julio sigue la sexta edición de Estudio Abierto -esta vez en Retiro–, organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con dirección de Ana María Battistozzi y Marcelo Grosman.
Se trata de un conjunto de muestras, espectáculos, concierto y charlas, con epicentro en el edificio hasta ahora abandonado de las ex tiendas Harrods –con entrada por Córdoba y San Martín–, al que se suma un recorrido por los museos, centros culturales, galerías de arte, teatros, reductos distintivos y talleres de artistas de la zona.
Las características y la monumentalidad del edificio fundado en 1914, del cual se recuperó y habilitó un sector de acceso de la planta baja y tres plantas para las actividades, resultan un atractivo suficiente para las multitudes que durante el fin de semana lo visitaron.
Como antecedente cabe precisar que a comienzos de los noventa las principales galerías de arte, junto con la Asociación de Críticos, le dieron vida por poco tiempo al entonces agónico paseo de compras. En el marco de aquella feria de galerías permanente, que funcionó en el cuarto piso de Harrods, se intentó recuperar la costumbre de inaugurar simultáneamente los sábados y se presentaron algunas muy buenas muestras.
Como dice Battistozzi, en ese edificio “se deposita el imaginario de varias generaciones de argentinos. Así lo percibieron los artistas al recorrer estos interminables salones cuando aún estaban vacíos. En esos infinitos recovecos, muchos recordaron su infancia, el día feliz de las compras especiales, momentos transcurridos en la calesita, en la peluquería, o en el grandioso –y hoy desolado– salón de té. El contraste entre aquella opulencia pasada y la inactividad del presente fue el disparador de muchos de los trabajos que aquí se exhiben”.
Aquel esplendor perdido –un esplendor de época pero también un esplendor de clase, de cuando Florida era un paseo elegante–, en relación con la posterior devastación argentina, se evoca con humor negro en una de las primeras obras que recibe a los visitantes, en la zona de la calesita (curada por Florencia Braga Menéndez): Lorena Ventimiglia y Mariano Galperín lanzan un chiste: sobre una silla de estilo colocaron un sombrío esqueleto vestido de Papá Noel, víctima de la prolongada espera.
El contraste entre aquel esplendor y el actual abandono del edificio –en proceso de recuperación– es la metáfora dominante. Buena parte de cada planta está en penumbras, lo que genera un interesante enrarecimiento del espacio. Así, la monumentalidad, fraccionada por la iluminación por sectores, crea un clima inquietante, que invita a recorrer las propuestas.
La muestra se abre con un conjunto de obras e instalaciones de Analía Salazar, Alfredo Prior, Dalila Puzzovio, Daniel Trama, Elisa Strada, Ernesto Ballesteros, Fabián Burgos, Genia Streb, Karina Peisajovich, León Ferrari, Marie Orensanz, Nuna Mangiante, Paula Toto Blake y Susana Dragotta, entre otros.
Uno de los momentos culminantes se produce al atravesar la puerta de acceso al inmenso salón de té. El interminable parquet, la boiserie, las columnas, los espejos, la luz mortecina y la “banda sonora” de Oscar Carballo y Marta Calí producen una inmediata sensación que oscila entre la fascinación, la nostalgia y la decepción.
Dentro de la relativa división del espacio, un grupo de curadores invitados montaron distintas propuestas. Eva Grinstein presenta “Desmarcados”, una selección de videos iberoamericanos de Martín Sastre (uruguayo residente en Madrid), Cristina Lucas (andaluza residente en Nueva York), Eliú Almonte (de República Dominicana), Sandra Vivas (venezolana), Marepe (brasileño de Bahía), el grupo Las Agencias (España, especialmente Barcelona) y Artemio (de México). En “Zona de peligro”, Battistozzi eligió obras y artistas ligados a la reflexión sobre la violencia: Alberto Passolini, Facundo de Zuviría, Fermín Eguía, Hernán Marina, Juan Doffo, Karina El Azem, Pablo Zicarello y Ana Lisa Marjak, entre otros.
En “Acción Macadamia” una veintena de artistas presenta en varias salas cerradas una muestra de arte colectivo, que se extiende por paredes, techos, pisos y ventanales. A ese trabajo común se le suman diversas obras de autoría individual. Allí participan Marta Ares, Fernando Fazzolari, Juan Carlos Romero, Daniel Joglar y Francisca López, entre otros.
Por su parte, Patricia Rizzo se encargó de “la intervención visual del lugar en la puesta” y eligió “obras o proyectos ya elaborados que pudiera imaginar integrados al entorno existente”. La selección incluye a Luis Benedit, Danilo Danziger, Eduardo Navarro, Mariano Sardón y Lucrecia Urbano, entre otros.
Marcelo de la Fuente propone “Arte de trans-tienda”, a través de objetos y obras múltiples que evocan a su modo las mercaderías de Harrods. Participan Delia Cancela, Diana Aisenberg, Marina De Caro, Ana Gallardo, Patricia Hakim, Benito Laren, Marcos Xcella, Florencia Cacciabue y otros.
El chileno Carlos Montes de Oca –invitado por Arturo Carvajal–, con la instalación “La capacidad de dormir”, coloca sus carpas de camping suspendidas en el inmenso hueco central interno del edificio.
Entre los invitados europeos se cuentan Xavi Muñoz, de España, con su “Pozo de los deseos” –una instalación escultórica hecha con botellas de agua mineral, luz azul y voces grabadas– y Grout-Mazeas, de Francia, que presentan un texto de pared hecho con caramelo y una performance en la que trituran flores con dos máquinas trituradoras.
Hoy se presentarán, por único día, los becarios que a través de la Fundación Antorchas accedieron durante los últimos años a una residencia en el Banff Centre for the Arts, en Canadá.
Estudio Abierto no sólo es un acierto por la articulación entre el arte contemporáneo y la recuperación de la memoria cultural de la ciudad, sino también por la configuración de un contexto atractivo para la exhibición del arte contemporáneo, considerado árido e incomprensible para la mayoría. En este sentido la movida –una mezcla de laboratorio y kermese– logra masividad sin bajar la puntería y más allá de la lógicamente opinable selección de obras y artistas.
Las distintas ediciones de Estudio Abierto funcionan a su modo como resúmenes o anticipos de algunas de las exposiciones recientes en galerías y museos, que de otro modo no serían recorridos por el gran público. Y pone uno al lado del otro a artistas consagrados y nuevos.
El programa completo de actividades y visitas a museos, talleres y centros culturales se puede consultar en www.buenosaires.gov.ar/estudioabierto. (Edificio Harrods, en Córdoba y San Martín, hasta el 6 de julio. De 12 a 22 –los días de semana– o 23 –sábados y domingos–, con entrada gratuita.)