PLáSTICA
› POCOS INCIDENTES EN LAS LEGISLATIVAS COLOMBIANAS
Menos votos, menos atentados
Con una abstención del 55 por ciento y una relativa calma, los comicios en Colombia están favoreciendo a los independientes.
Acechaba el fantasma de los comicios municipales del 2000: se esperaba una jornada violenta. Sin embargo, las elecciones legislativas de Colombia se desarrollaron con una calma mayor a la prevista. En medio de un gran montaje de seguridad contra eventuales boicots de la guerrilla e intimidaciones de las fuerzas paramilitares, sólo se registraron incidentes en 22 municipios del país. Anoche, los primeros resultados del escrutinio apuntaban al candidato conservador –oficialista– Luis Alfredo Ramos y al ex guerrillero Antonio Navarro Wolf como los dos hombres más votados. A la vez, otro dato tomó relevancia: hubo un abstencionismo del 55 por ciento de la población a pesar de la exuberante oferta electoral.
Los comicios de ayer –para la elección de 102 senadores y 166 miembros de la Cámara de Representantes– se destacaron por la apatía de los electores, la proliferación de listas y candidatos y la crisis de los partidos Liberal y Conservador. Para un total de 268 cargos, se presentaron más de ocho mil candidatos, repartidos en 316 listas para el Senado y 885 para la Cámara de Representantes. Cinco de ellos son senadores aspirantes a la reelección que actualmente se encuentran secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los resultados de ayer servirán para ver de qué manera se distribuyen los escaños los partidarios de los candidatos presidenciales y los “deslizamientos” de los considerados “independientes”. El candidato al Senado y ex guerrillero del M—19, Antonio Navarro Wolff, al haberse escrutado el 42 por ciento de los sufragios, ocupaba el segundo lugar nacional con 113.700 votos, detrás de Luis Alfredo Ramos, ex alcalde de Medellín y candidato del oficialista Partido Conservador, con 116.225. Lo que parecía una tendencia a consolidarse fue el declive de la preferencia por los partidos tradicionales: el Liberal y el Conservador alcanzaban sumados el 37 por ciento de los sufragios para el Senado, mientras que otros partidos y movimientos políticos obtendrían el 63 por ciento restante. A la vez, según datos oficiales, en los primeros lugares de la votación se encuentran varios postulantes independientes que apoyan al candidato presidencial derechista Alvaro Uribe (liberal disidente), y algunos de izquierda, liderados por Navarro.
El presidente Andrés Pastrana mostró su optimismo ante las primeras hora de relativa tranquilidad: “A través del voto vamos a derrotar el terrorismo, vamos a demostrarle a los violentos y a los intolerantes que lo que queremos es fortalecer nuestra democracia y decirle al mundo que queremos la paz”. El ministro del Interior Armando Estrada reveló la causa de la euforia presidencial: sólo en 15 de los 1097 municipios de Colombia no pudieron realizarse los comicios por amenazas o ataques de la guerrilla. Los incidentes fueron en localidades ubicadas en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cauca, Chocó, Guaviare y Vaupés; es decir, seis de los 32 departamentos del país. “La guerrilla fracasó de plano, solamente no se realizaron elecciones en 15 municipios, en el resto del país fueron normales, la gente votó”, puntualizó Estrada. Más tarde, la Registraduría Nacional del Estado señaló que se elevó a 22 el número de municipios en los que no se realizaron comicios por la quema del material electoral y diversas amenazas contra autoridades de mesa. Sin embargo, el gobierno destacó la realización de las elecciones en los cinco municipios que integraban la zona desmilitarizada del sur del país, de 42.000 kilómetros cuadrados, donde hasta el pasado 20 de febrero se celebraba el diálogo de paz. Como plan de seguridad, las Fuerzas Armadas desplegaron lo que se denominó “Plan Democracia”, en el que participaron 110.000 efectivos. El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, reportó que en las horas previas al comienzo de los comicios ocho integrantes de las FARC murieron en combates en los departamentos de Antioquia y de Boyacá.
Las acciones de la guerrilla, sin embargo, no pasaron desapercibidas.
Las FARC derribaron una torre de comunicaciones en el departamento de Sucre, al sur del país, y secuestraron ocho funcionarios electorales y unaconcejal en los departamentos de Antioquia, Meta y Guajira (norte), según informó un reporte oficial. Sin embargo, todas estas acciones fueron, en número y magnitud, inferiores a las registradas en las elecciones parlamentarias de hace cuatro años y las municipales de octubre de 2000.
En Arauca, 13 miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fueron detenidos en una operación militar, en la que también se decomisaron armas, granadas y otros artefactos explosivos “con los que pretendían perpetrar atentados para interferir en las elecciones”, dijo el general Martín Carreño, comandante de la II División del Ejército. Por su parte, el jefe de la misión de observadores de la OEA, el argentino Santiago Murray, destacó que “ningún hecho logró empañar la fiesta cívica” que vivieron los colombianos en las elecciones legislativas, en las que votaron “por la paz y la democracia”.