La muestra que presenta Nora Seilicovich en el Museo Sívori evoca memorias familiares y personales en acrílicos y acuarelas con técnicas mixtas de diferentes formatos. A partir de esos recuerdos –generados por antiguas cartas y madejas de la lana que utilizaba su madre para la confección de tapices–, la pintora construye una serie de imágenes intemporales, pero al mismo tiempo nostálgicas, en las que los personajes y situaciones presentan festejos, reuniones, encuentros que la artista describe como “personajes itinerantes que pueden ser de Rusia o de La Boca; Buenos Aires al Sur, el Danubio y Besarabia hacia el norte”.
La cultura judía (que no sólo se registra en algunos elementos y personajes, sino también en la paleta) se combina con la argentina y en esa mezcla aparece la evocación de esos relatos visuales.
La exposición, que lleva por título Tramas y urdimbres de la memoria, materializa esas palabras no sólo en la atmósfera de los cuadros sino también en los recorridos de lana aplicada a las obras, que tanto marcan caminos metafóricos como construyen figuración.
Diferentes frases reaparecen en uno y otro cuadro, de modo que el relato que se narra visualmente pasa también a la escritura, al texto.
“Casi sin darme cuenta –explica la pintora–, con alegría, fui incorporando esas lanas a mis telas y papeles, generando así una técnica mixta. Al mismo tiempo, y para reavivar las tramas de mi pasado, encontré cartas enviadas entre mis padres en la época de su noviazgo y primeros años de casados y las integré también a mis trabajos”.
(En el Museo Sívori, Av. Infanta Isabel 555, frente al Rosedal, hasta el 1° de agosto.)